jueves, 24 de noviembre de 2022

Beneficiarios de programas sociales son amenazados por Javier Hidalgo

 

 

Información

El director general de Pilares dijo que si no van a la marcha de López el domingo y no llevan la cuota de acarreados que se les fijó, van a ser dados de baja.

 

Andrés Manuel López

Todo aquel beneficiario de programas sociales del gobierno federal está obligado a asistir a la denominada «marcha del pueblo» convocada por el presidente Andrés Manuel López el próximo domingo 27 de noviembre, así como a pegar la propaganda de dicho acto, además de cumplir con las cuotas de asistentes que les fueron impuestas.

En caso de no cumplir, será dado de baja del programa y objeto del veto definitivo para que ya no pueda reingresar al programa social correspondiente, denunciaron beneficiarios pertenecientes a programas como Puntos de Innovación, Libertad, Arte, Educación y Saberes de la Ciudad de México o Pilares para el Bienestar, así como Ponte Pila, Promotores Culturales Comunitarios y Talleres de Artes y Oficios Comunitarios.

En un manifiesto a la opinión pública, los beneficiarios de programas sociales acusaron «nuevamente los abusos» y señalaron que fueron notificados de las consecuencias «por órdenes del director general de Pilares, Javier Hidalgo Ponce».

Aseguraron que no es la primera vez que sucede esto, «Javier Hidalgo cuando estaba a cargo del programa Ponte Pila también exigía a las figuras sobrepasar la cantidad de horas establecidas en el programa, cumplir con cuotas de asistentes extra por beneficiario y apoyar en acciones como la Revocación de Mandato». Manifestaron que muchas de estas tareas las llevan a cabo «bajo malos tratos y jornadas extenuantes sin contar con ningún apoyo extra para pasajes o alimentos, dado que muchas de estas actividades se realizan a considerables distancias de nuestros lugares de residencia».

En su comunicado denunciaron que para realizar sus actividades normales, la mayoría de ellos se ven en la necesidad de poner de su bolsillo para sacar adelante los talleres y cursos y no quedar mal con los usuarios y la comunidad, porque según las intenciones expresadas en el diseño de dichos programas, buscan el desarrollo comunitario. «No obstante, este tipo de acciones corresponden a una lógica proselitista y clientelar en medio de una disputa partidista en el contexto de la reforma política», precisaron.

Se deslindaron de cualquier apoyo a los partidos PRI, PAN, PRD, MC «ni al neoliberalismo o conservadurismo», porque consideraron que tales prácticas «son nocivas a la sociedad y denigran aún más nuestra labor en un país donde la dignidad laboral, la educación, cultura y deporte han estado marginados».

«En una ocasión la titular de la Secretaría de Educación, Ciencia, Tecnología e Innovación de la Ciudad de México, Rosaura Ruiz Gutiérrez, en una comparecencia nos descalificó a las figuras aludiendo que teníamos un bajo nivel formativo; sin embargo, muchas de las figuras de hecho están sobrecalificadas y están en el programa porque confían en que es un espacio con un potencial de mejora social, a diferencia de algunos servidores públicos del programa que no cumplen con los perfiles requeridos».

Anteriormente, dijeron, «una inmensa mayoría de nosotros estuvimos apoyando en las jornadas de vacunación en la Ciudad de México; al inicio no contamos con vacuna y sólo en un reciente periodo por actividades de verano se nos informó que contábamos con un seguro médico básico que cubría accidentes dentro de las instalaciones de Pilares. Nos hemos encontrado en dinámicas de trabajo con poca planificación, estabilidad y sin recursos y personal para brindar las atenciones adecuadas».

Por último, denunciaron que muchos de ellos se encuentran «bajo la presión de cumplir cuotas de usuarios cuando además de existir una carga burocrática, especialmente en Pilares pequeños, no contamos con el apoyo suficiente para dar difusión», por lo que «hay una reticencia a reconocernos como trabajadores», de ahí que exijan se les dé un trato digno para que más compañeras y compañeros no se desilusionan y abandonen el programa con los procesos comunitarios en los que nos hemos esforzado.

«Sentimos temor por represalias, por lo que preferimos mantener el anonimato, no obstante, no nos podemos quedar callados ante esta situación», concluyeron.


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