miércoles, 19 de enero de 2022

Vendettas de un priista de Tláhuac tras de la reclusión de su guía moral

Mercado Sobre Ruedas                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                     

 

| Columna de Zaratustra |

§  Luego de encarcelar al dirigente del PRI hubo quien quiso desprestigiar a un empresario

§  Una nota del diario Crónica evidenció que el objetivo era afectar a Alejandro Durán

§  Sólo que al novel reportero se le cruzó la información y confundió nombres

§  ¿A quién se le ocurre decir que una nota está «basada en versiones no oficiales de la FGJ»?

Nota por encargo

La curiosa manipulación de nombres que en días pasados hizo el diario Crónica a través del reportero Mariano Chavarría con respecto a presuntos inculpados tras de supuesta declaración de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, ex dirigente –aunque para la percepción de sus correligionarios continúa siendo presidente de facto– del Partido Revolucionario Institucional (PRI) en la Ciudad de México, detenido por acusaciones de trata de personas, despertó suspicacias en los corrillos políticos de Tláhuac debido a que alguien pretendió involucrar con la sola mención de su nombre a un reconocido hombre de empresa de la demarcación, quien sin ser político de oficio, aunque sí militante del tricolor desde hace casi cinco décadas, llegó a contender por el cargo de alcalde en la demarcación en dos ocasiones (2018 y 2021).

Aun cuando el mismo diario reconoce que la nota publicada el cinco de enero está basada en «versiones no oficiales de la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México» (como para atribuirle la filtración de la información a un soplón de la fiscal Ernestina Godoy), llamó de sobremanera la atención el hecho de que fuera mencionado en primerísimo lugar –nombre con el que empieza la primera versión de la nota– a un tal «Alejandro Díaz Durán», lo que en un principio remitió al lector versado en temas políticos con Alejandro Rojas Díaz Durán, militante de Morena ligado al grupo del senador Ricardo Monreal; sin embargo, al parecer hubo confusión del reportero, debido a que el consejero morenista no era el objetivo del misil.

El blanco era muy distinto. Por lo visto, se trataba de involucrar a un empresario filántropo y ex candidato a alcalde de Tláhuac para hacerlo parecer como un presunto «prestanombres» de Gutiérrez de la Torre. Seguramente el insidioso autor intelectual del golpe mediático al ver el error, de inmediato se comunicó con el reportero para que rectificara el nombre de quien había que desacreditar: Alejandro Durán. El reportero hizo el cambio y una vez corregida la nota se volvió a subir al portal del diario, aunque la versión impresa se quedó como la que presentamos en la fotografía al inicio de nuestra colaboración. Como se ve, ya después del nombre que importaba colar, siguieron los de quienes sí han sido subalternos del conocido como «Rey de la Basura» desde por lo menos hace un par de décadas: Israel Betanzos y Tonatiuh González, ambos plenamente identificados como operadores políticos del dirigente priista en la capital del país.

Pero, ¿quién podía tener interés en difamar a un empresario cuya trayectoria como hombre de empresa, además de la partidista, ha sido todo lo contraria a la del perverso politicastro que lo quiso desprestigiar? Efectivamente, otro priista. En este caso, también de Tláhuac. Cosa de recordar: ¿A quién corrió Durán públicamente de un acto de campaña del cual él era el anfitrión? Lo sacó personalmente del lugar donde se celebraba el acto por el protagonismo exacerbado del priista que había llevado a sus huestes para estar fastidiando al empresario y sus simpatizantes con provocadoras porras hacia su persona y para llamar la atención de los dirigentes del tricolor que se encontraban en las instalaciones de una escuela particular como invitados especiales.

A pesar de que Durán tiene 50 años de militante del PRI –algo que para algunos rayaría en un absurdo masoquismo político–, vasallos y personeros de Gutiérrez de la Torre le hicieron la vida de cuadritos al empresario, esto fue al menos durante la última década, desde el momento en que decidió incursionar en asuntos de índole social y políticos al crear un grupo que en eso se ha quedado, desgraciadamente. Casi toda la información y testimonios concernientes al proceder del «Rey de la Basura» y sus huestes en Tláhuac se encuentra en los contenidos de nuestro blog, y dan cuenta de la serie de patrañas que los incondicionales de Gutiérrez cometieron en las fraudulentas elecciones para consejeros celebradas desde 2009. Porque si le pusieron piedras en el camino al empresario para que nunca fuera considerado por el PRI para una candidatura a la delegación o ahora alcaldía, fue por el usufructo de cargos que los incondicionales de Cuauhtémoc hacían debido a que las posiciones en la dirigencia local les han redituado considerables ganancias a los mismos de siempre, de toda la vida. Ser alcahuetes del PRD, como ahora de Morena, les ha permitido engordar su cochinito en todos estos años.

Durán, entonces, fue candidato a la alcaldía Tláhuac la primera ocasión gracias al Partido Verde, y la segunda, la del año pasado, lo fue gracias a la alianza Va por México que integraron el PRI y el Partido de la Revolución Democrática, sólo que ahora fue el PRD y los perredistas quienes lo arroparon. El partido que corrió con los gastos y, sobre todo, el que asumió el registro oficial de su candidatura, fue el del sol azteca. Los usufructuarios del priismo en Tláhuac lo desdeñaron porque si ganaba a ellos se les iba a terminar el negocio. Cosa de haber visto la cara de Israel Betanzos en el acto de cierre de campaña de Durán para darse cuenta que no se encontraba a gusto, porque en la dirigencia del tricolor capitalino estaban a favor de que ganaran los morenistas. No era de extrañar, sabiendo cómo son de trácalas y logreros, sobre todo después de que Gutiérrez de la Torre fue durante años personero y operador político de Marcelo Ebrard cuando éste era perredista y se hacía llamar el mejor alcalde del mundo (ahora parece que se hace llamar el hombre del año, o algo así).

Pero lo que nos ocupa hoy es lo bastante creíble que resulta la versión de que ese resentido priista fue el instigador de pretender sembrar sospechosismos en contra de una respetada figura pública en Tláhuac y quien, por cierto, se quedó muy cerca de ganarle una demarcación más a Morena en la Ciudad de México, de no haber sido por la compra de votos que presuntamente hizo un cártel de la localidad en favor de los abanderados del partido preponderante.

Así que la envidia de dicho priista, con obtusos sueños caciquiles en la región para que también dijeran de él que era capaz de mover los hilos políticos en Tláhuac, acabó por convertírsele en animadversión, y de la fea, sobre todo después de que a su mentor y guía moral la gente de la fiscal Ernestina Godoy le echó el guante por presuntamente andar en la trata de personas, con lo que también la carrera política de dicho tlahueño, así como la de toditos sus allegados y harto conocidos en la demarcación, de igual forma estarían cerca de su final. Cosa de que la Fiscalía llame a cuentas a Israel Betanzos y a Tonatiuh González Case para ver el desenlace de la obra.

Y es que con todo y que según nos dicen, profesa una fe cristiana, al más puro estilo del futbolista que es echado de la cancha por el árbitro debido a que cometió una falta contra un adversario, quiere llevarse a las regaderas a quien por su éxito empresarial y honorabilidad jamás pudo superarlo en ningún terreno de la cancha, ni en lo social ni en lo político.

Así que por más que la nota de Crónica se haya referido a «indagatorias por asociación delictuosa en contra de quienes tuvieron contacto con Gutiérrez de la Torre», a Alejandro Durán eso le hizo lo que el viento a Juárez.

¿Cómo empezó el primer párrafo de la nota?

«Alejandro Díaz Durán, político y empresario en Tláhuac, sería señalado por ser presta nombres de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre», escribió el reportero de Crónica antes de que le corrigieran el nombre. Se dice que si una sola vez ambos se vieron en la vida, fueron muchas. Y eso de que se vieron es muy relativo, porque fue un amigo del «Pepenas» el que le insistió al empresario que debía sentarse a platicar con tan avieso personaje.

Naturalmente que Durán no se iba a quedar callado, habló a Crónica para aclarar –réplica que ahora le tocó redactar a la reportera Ana Espinosa Rosetey negar nexos con Gutiérrez de la Torre. «Ni lo conozco», dijo aquel de entrada. «Nunca he tenido ningún trato con él; soy un empresario serio y no tengo nada que ver con gente que tenga nexos con el dirigente», dijo al diario y la reportera se concretó a transcribir con un lacónico «indicó el hombre».

No faltó quien se pusiera a buscar entre los morenos de Tláhuac al autor intelectual de la nota, sobre todo porque Durán había exteriorizado el año pasado su deseo de volver a contender por la alcaldía en 2024; sin embargo, a ellos no les quita el sueño la posible tercer postulación del empresario. Saben muy bien cómo se ganan las elecciones y que tipo de recursos deben invertir para lograr su objetivo. Porque su fórmula es infalible. Nadie que busque un cargo de elección popular y no meta dinero a su campaña de procedencia extraña, ilícita, o por muy rara que resulte, va a ganar una elección. Por muy diferente que sea, por mucho que pertenezca a otro costal. Desgraciadamente así es ya el juego de la pseudo democracia en México. Al tiempo


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