| Al parecer las represalias al trabajador son por su activismo en contra de la administración del alcalde Octavio Rivero |
Por
negarse a desempeñar las funciones de «guardaespaldas» del alcalde de Milpa Alta, Octavio Rivero
Villaseñor, Encarnación Rivera Olivos, trabajador de base con 27 años de
servicio en la Alcaldía Milpa Alta, denunció ser víctima de discriminación
laboral, maltrato institucional, explotación y violencia psicológica por
parte de la directora de capital humano del gobierno local, Tanía Martínez
Pradel, así como del señor Eloy Jurado.
De
marzo de 2020 al seis de enero de 2021, dicho trabajador desarrolló sus
actividades de supervisor de personal, ya que derivado de la pandemia el
total de la base trabajadora no ha acudido a laborar; sin embargo, fue
obligado a presentarse a partir del siete de enero, y a partir de ese día ha
sido acosado laboralmente.
Aseguró
que Martínez Pradel o la secretaria particular de ésta lo vigilan
personalmente para saber si se encuentra en su área y que no se mueva de ahí,
además de que Jurado Fuentes «ha dado la instrucción de cerrar con llave los
escritorios del área, las gavetas, e incluso prohibido al personal, unas 12
personas, compañeros supervisores, que no me dirijan la palabra», por lo que «a
cambio de su lealtad reciben tiempo extra, guardias y pasajes».
Lo
anterior, dijo en su declaración, «debido a no querer realizar el trabajo de
guardaespalda o cuidar del alcalde y del director de administración, ya que
en este período de gestión del alcalde no ha sido del todo bueno, y existe el
reclamo de sus gobernados por el pésimo trabajo que realiza».
Según
señaló en su denuncia, «los supervisores –las 12 personas a las que
presuntamente se les beneficia con tiempo extra para que no le dirijan la
palabra– son los que hacen la función de protección» al alcalde y a su
director de administración.
Manifestó
que diariamente –desde que fue declarado el semáforo rojo en la Ciudad de
México– se llevan a cabo desayunos en el área de supervisión, a los que
acuden los directores de capital humano y de administración, para convivir
con los supervisores que les son leales y a los que les dan salida a las 12
horas, cuando ésta es a las 15 horas, mientras que al denunciante su horario
de salida es hasta las 16 horas.
El
señor Rivera Olivos señaló que aun cuando su edad se encuentra en el rango de
riesgo del Covid, es obligado a presentarse en las instalaciones de la
alcaldía, lo que violenta, «y con agravantes el acuerdo por el que se
suspenden trámites y servicios en las alcaldías de la Ciudad de México para
prevenir y controlar la propagación del Covid-19», dijo.
El
trabajador Rivera Olivos, quien tiene 60 años y radica en el pueblo de San
Agustín Ohtenco, teme por su salud e integridad física tras de haber
levantado su denuncia en la Fiscalía capitalina.
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