| Claudia Sheinbaum, dos tiros por la culata... |
Una de las grandes
perdedoras con las elecciones del pasado domingo en –específicamente dos
entidades– fue la jefa de gobierno de
la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum, por lo que significó su
intervención en ambos procesos al enviar operadores políticos con los correspondientes
recursos económicos –se supone– de la Ciudad de México, a fin de inclinar la
balanza en favor de las candidatas de
Morena (de la coalición Juntos
haremos historia), Nora Ruvalcaba
en Aguascalientes y Marina Vitela en Durango.
En lo que quiso ser
un ensayo para lo que Sheinbaum
considera su inminente candidatura a la Presidencia de la República en 2024,
al estado de Aguascalientes fue enviado un grupo de operadores que, al menos
en Tláhuac, se han especializado en
técnicas de «mapachismo» electoral y acuerdos con el narco para compra de
votos con recursos oscuros.
Mientras que para Durango, el trabajo sucio le fue
encargado a dos operadores de Morena que se han caracterizado por su eficiencia en la compra de voluntades
vía dádivas con pago en especie o en efectivo.
Aun a sabiendas de
que la misión iba a estar harto difícil, la jefa de gobierno asumió el reto
confiada en las capacidades de sus
operadores para revertir tendencias adversas, tal y como había sucedido en
Tláhuac previo a la elección del año pasado, cuando la inconformidad de la
población luego de la tragedia de la Línea 12 del Metro favorecía a un
candidato de la oposición, y aun así sus operantes lograron que la candidata
del partido oficial resultara ganadora.
Sin embargo, Tláhuac
o Milpa Alta no son lo mismo que Aguascalientes y Durango, donde al menos en
esta última entidad, el Cártel del Pacífico mantiene el control político y no
fue de la mano con el partido oficial.
Nos dicen que en Aguascalientes
había tanta inconformidad entre los cercanos a la candidata de la coalición
opositora, debido a la presencia de los operadores
de Tláhuac con fama de ser aliados del cártel que opera en varias alcaldías
de la Ciudad de México, que hasta arremetieron a golpes contra un ex servidor de la nación –acusado de
acoso sexual pero protegido por la fiscalía capitalina–, por lo que el grupo
tuvo que replegarse unos días ausentándose de la ciudad aguascalentense.
Igual sucedió con
los operadores de la jefa de gobierno en la Comarca Lagunera de Durango –legisladores por distritos de Milpa Alta y Gustavo A.
Madero–, los cuales fueron sorprendidos la víspera con las manos en la
masa, cuando andaban en presunta operación de compra de votos a través de líderes
morenistas de la localidad, por policías de Ciudad Lerdo, una de las tres
ciudades que forman parte de la zona metropolitana de La Laguna. Y a partir
de que fueron sorprendidos, los susodichos ya no pudieron hacer mucho por el
objetivo para el que habían sido enviados.
En fin, que el ensayo
de la jefa de gobierno no resultó muy alentador para el objetivo que persigue,
la candidatura de Morena para la sucesión presidencial. Con toda seguridad, estos
operadores del altiplano debieron convencerla
de que ellos tenían la experiencia para influir en las tendencias del voto y
hacer que las candidatas de Morena revertieran los pronósticos y ganaran su
correspondiente elección. Los resultados ahí están, con la jefa de gobierno
de bruces ante su desesperada situación por protagonizar hazañas que agraden
al presidente. ¡Cosas veredes lector,
lectora, en el vodevil político de la cuarta simulación!
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