jueves, 21 de marzo de 2019

Denuncian «guerra sucia» del alcalde vecinos de Tlaxialtemalco

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Mediante asambleas amañadas el alcalde de Xochimilco impuso a sus representantes por encima de las autoridades tradicionales de cada uno de los pueblos, pero el Tribunal Electoral las echó abajo.

Fotografía de archivo
Tras de que el Tribunal Electoral de la Ciudad de México emitiera una resolución para anular las distintas asambleas en pueblos de Xochimilco, orquestadas por el alcalde José Carlos Acosta Ruiz, habitantes del pueblo de San Luis Tlaxialtemalco advirtieron que éste ha puesto en marcha una «segunda oleada de guerra sucia» contra el derecho que tiene cada comunidad para determinar la estructura de su gobierno interno.
Ahora la alcaldía de Xochimilco ofrece cambios de uso de suelo en zonas ecológicas, como gancho para obtener apoyo social y legitimar la imposición de personas afines a los intereses del alcalde, dijeron, para lo cual servidores públicos visitan barrios a fin de enganchar incautos con dicho engaño.
Por lo pronto, continúan con la defensa de sus derechos ante la sala regional de la Ciudad de México del Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, donde denunciaron que mediante asambleas amañadas el alcalde impuso a sus representantes por encima de las autoridades tradicionales de cada uno de los pueblos.
En respuesta, el pasado seis de marzo dicho tribunal emitió la resolución de echar para abajo las distintas asambleas que ya habían sido realizadas en pueblos de Xochimilco, debido a la ausencia de adecuados mecanismos de coordinación entre las autoridades tradicionales de los pueblos y las autoridades del Estado, además de que no se contó con una adecuada difusión para las asambleas comunitarias.
Igual a como sucedió días después en Tláhuac, donde el director de Jurídico, Tomás Noguerón, cometió garrafal pifia al desempolvar una convocatoria y hacerla pública para la elección del coordinador territorial del pueblo de San Pedro Tláhuac, lo que de no estar en tiempos de la dizque «cuarta transformación» hubiese sido motivo suficiente para que presentara su renuncia al cargo.
La «segunda oleada de guerra sucia de la Alcaldía Xochimilco», dijeron, ha sido orquestada junto con la diputada local Donají Olivera Reyes y la diputada federal, Guadalupe Ramos Sotelo. Ambas emitieron un comunicado el pasado lunes 11 de marzo en el que señalaron que el Tribunal Electoral de la Ciudad de México tomó una decisión equivocada al anular las asambleas, y que con dicha anulación se violaron los principios de certeza y democracia.
Con ello, las diputadas ignoraron que las asambleas se llevaron a cabo incluso con violencia en muchos casos, y sin que existiera una plena participación de habitantes, originarios, y autoridades tradicionales.
«Lo que pretenden en realidad las diputadas es convalidar elecciones en donde apoyaron a ciertos candidatos», señalaron vecinos de Tlaxialtemalco, en razón de que Donají «tiene presencia en las colonias de Huichapan, Ampliación Tepepan (de donde es habitante) y Jardines del Sur», en tanto que Guadalupe «fue una de las personas que acudió a la asamblea del pueblo de Xochitepec a imponer la figura de Coordinador Territorial, ya que habita en ese pueblo».

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