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| La enfermedad de Peña Nieto seguirá siendo un secreto para la ciudadanía |  
 
  
A través de un video
  compartido en su perfil de Facebook y en su cuenta de la plataforma YouTube,
  el cual lleva por título «dos polémicas», el periodista Rafael Loret de Mola Vadillo afirma que el presidente Enrique Peña Nieto padece un cáncer
  expansivo y debe dejar la Presidencia de la República… Sin mayores pruebas
  que sus palabras y las citas de diversas situaciones en las que se ha visto
  involucrado el mandatario, Loret de
  Mola afirma que desde hace dos años el presidente está enfermo, «y está
  enfermo de gravedad, y por eso no está en condiciones de seguir gobernando»…El hijo del ex gobernador Carlos Loret
  de Mola Mediz y padre del también periodista Carlos Loret, asegura que es cada vez más evidente que Peña Nieto padece esta enfermedad,
  por su palidez y la demacración de su rostro; situación que ha provocado que
  su capacidad de mandato se haya visto mermada… El periodista asegura que «es
  torpe pensar que el presidente sea un ignorante tan grande que no se sepa las
  capitales de los estados ni el nombre de las entidades federativas, esto es
  un exceso, tiene un problema de lagunas mentales. Si tiene problemas de
  lagunas mentales esto quiere decir que todo su organismo está viciado y que
  sus capacidades para gobernar están muy mermadas. Es necesario, pues, un
  cambio»… Hasta el momento la Presidencia de la República ni el propio
  mandatario han emitido comentarios al respecto…
 
 
El periodista comienza con
  una aclaración: «Yo nunca dije que el Presidente estuviera enfermo de cáncer
  en la vesícula, lo que dije es que desde 2011, en octubre exactamente, fue
  sometido a una intervención para extirparle un tumor que resultó, dicen, benigno, de cáncer en la
  próstata, todavía en estado de incubación; pero lo extraño es que en 2013, en
  julio 31 para ser exactos, fue sometido a una nueva operación, ahora para
  extraerle nódulos tiroideos que finalmente pueden ser relacionados con la
  enfermedad original, la del cáncer, es decir, un cáncer expansivo… No se dijo
  que era de gravedad entonces ni se dijo nada respecto a lo que les cuento en
  2011. Ahora en 2013 hubo ya sospechas claras de que podría tener algo más el
  Presidente… Lo que se ha confirmado el fin de semana anterior, 2015 ya, es
  que fue claro que la operación que sufrió el Presidente en la vesícula para
  extraérsela, no tiene que ver con un cáncer directo, pero podría ser secuela
  de ese explosivo mal que en un momento rápido puede cubrir todo el organismo.
  No deseamos que así sea», comentó el periodista… Loret de Mola pide a la ciudadanía estar muy al pendiente porque
  no se puede tolerar es que haya un presidente que no esté al cien por ciento
  de sus capacidades. «Más aún, haciendo a un lado el cáncer, al observar que
  hay una falta de irrigación cerebral severa», subraya, para luego comentar lo
  que líneas arriba apuntamos acerca de lo torpe que resultaría pensar en que
  el Presidente sea tan ignorante que no sepa las capitales de los estados ni
  los nombres de las entidades federativas, por lo que debe solicitar licencia al
  Congreso y que éste designe a un sucesor… 
Un presidente no renuncia por
  motivos de salud 
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Tanto que se fletan para llegar al cargo y después renunciar a mitad del período, como que no es aceptado por un presidente |  
 
Sin embargo, más que
  derivado de alguna enfermedad, la incultura del Presidente no es exclusiva de
  él, sino que es algo común y corriente en la mayor parte de quienes integran
  la clase política en el país, por lo que pretender achacarle las barbaridades
  que dice en sus discursos a una severa deficiencia en la irrigación cerebral,
  eso estaría más en la intención de quienes sostienen la hipótesis para exigirle
  a Peña Nieto que renuncie y se
  vaya a rehabilitar a su casa, lo cual es algo que ni éste ni ningún otro
  mandatario va a hacer aquí en México, claro está, a menos que los deban sacar
  de Los Pinos con los pies por delante… Porque lo primero que arguye un político
  ante sus allegados para aferrarse al cargo, suele ser aquello de que tantos
  años que se fletó a fin de alcanzar esa posición que de ninguna manera va a
  dimitir; sin embargo, de que el Presidente está enfermo de eso no debe quedar
  la menor duda, de ahí que el tema de su enfermedad se le vaya a ocultar a ese
  segmento de la sociedad que procura estar medianamente informado, debido a
  que a ningún político, y mucho menos a un presidente, le gusta aceptar que
  padece alguna enfermedad por la sencilla razón de que eso significa
  debilidad, y a la gente no le gusta ver a su líder mermado de salud… Es más
  fácil que mañana los publirrelacionistas del Presidente lo vistan de pants y
  le manden tomar cientos de fotografías y videos en los jardines de la
  residencia oficial, con tal de enviar a la gente a través de los medios de
  difusión el mensaje de que Peña Nieto
  se encuentra en inmejorables condiciones físicas que ya corrió tranquilamente
  diez kilómetros por la mañana, nada más como para ir tomando condición física,
  aunque en la realidad hayan expuesto al mandatario a que pescara una pulmonía
  por el enfriamiento del caso… 
Por lo común los políticos
  son rústicos e iletrados 
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Al ex gobernador de Michiacán, Fausto Vallejo, sí le aplicaron el renuncia por por motivos de salud, pero con Peña Nieto no sucederá eso |  
 
Pero eso sí, la
  ignorancia, evidenciada en las continuas apariciones públicas, es inherente a
  él y a la inmensa mayoría de quienes integran la clase política mexicana, lo
  cual es más que entendible si nos detenemos a ver que precisamente por no
  distinguirse como mentes brillantes ni alumnos distinguidos de sus
  generaciones a su paso por la escuela y la universidad (¿cuándo un político
  ha hecho públicas sus calificaciones en los diversos grados que cursó?), fue
  que todas estas figuras del vodevil partidista acabaron incursionando en la
  política a fin de cumplir con sus expectativas de éxito mediante el
  aprendizaje de habilidades histriónicas para la caracterización de los más
  disímbolos papeles en la comedia de engañar incautos electores para obtener
  su voto, y satisfacer sus apetencias de poder y dinero… De ahí que la máxima
  de que «un político pobre es un pobre político», cuya autoría pertenece al
  maese Hank González, sigue siendo
  la vara que mide a quienes sí pueden ingresar al selecto club de los
  arribistas cuyas membresías las otorgan los partidos políticos… 
Una cosa es la ignorancia y
  otra la enfermedad 
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Puro montaje este tipo de fotografías, en las que se coloca a personas más maduras y obesas (con guardaespaldas) que el Presidente para favorecer una lozana imagen |  
 
Tras de aquel episodio
  inicial siendo aún candidato a la Presidencia, cuando confundió al autor de La Silla del Águila, atribuyendo la
  obra de Carlos Fuentes al
  historiador Enrique Krauze en la
  Feria del Libro de Guadalajara, vino una larga lista de desbarres
  lingüísticos, tartamudeos y galimatías, como aquella visita al Centro
  Industrial Temium donde Peña Nieto
  dijo que Monterrey era un estado de la República («Quiero saludar a los
  titulares de los poderes legislativo y judicial de esta entidad. Al señor
  comandante de la región militar aquí en el estado de Monterrey de esta región
  del norte del país»)… O cuando no pudo pronunciar la palabra «epidemiólogo»
  durante el discurso que dio con motivo del Día del Médico («epide, epidemio,
  epidemiólogos… Una disculpa por este trabalenguas que me he encontrado en el
  discurso»)… Sin olvidar cuando durante la presentación del Programa de Apoyo
  a la Zona Fronteriza, el Presidente confundió el municipio de Ojinaga,
  Chihuahua, con la isla de Okinawa, Japón («Quiero saludar a toda esta gran
  representación de la sociedad de Chihuahua que se da cita aquí en Okinawa… a
  liderazgos… aquí en Ojinaga»)… Ni pasar por alto aquel gazapo en la entrega
  del Premio Nacional del Deporte a los atletas más destacados, cuando cambió
  el nombre a la Comisión Nacional de Cultura Física y Deporte (Conade) por el
  de «Comisión Nacional de Deporte Física y Deporte»… Ahora que, durante su
  discurso el año pasado en el Foro Económico de Davos, Suiza, Peña Nieto cambió las siglas de la
  Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) por la
  «OSD» («con niveles de capitalización del orden de 16.1 por ciento que, sin
  duda, está por encima del promedio de los países de la OSD o de los países
  miembros del G-20»)… Sin olvidar cuando le cambió el nombre al Instituto
  Federal de Acceso a la Información (IFAI), por el de «Instituto de
  Información y de Acceso... a la Opinión Pública de toda la Información Disponible
  para la Ciudadanía desde el Gobierno, el IFAI»…
 
  
 
Lo cierto es que los yerros
  son cosa común en los políticos, pero sobre todo en los presidentes, debido a
  que ciertamente el cargo no exige mucha irrigación cerebral que digamos (lo
  único que debe hacer un presidente es escoger colaboradores que por mucho
  sean los mejores en sus respetivas disciplinas, pero eso jamás lo van a hacer
  aquí en México, donde el compadrazgo, el nepotismo o los lazos de oriundez
  están por encima de cualquier norma); cosa de recordar al inefable
  expresidente Vicente Fox cuando
  confundió en repetidas ocasiones a escritores latinoamericanos, como fue el
  caso de Jorge Luis Borges, a quien
  nombró «José Luis Borgues» y en un tuit le atribuyó al argentino el Premio
  Nobel, galardón que nunca recibió, lo que sucedió al momento de felicitar a Mario Vargas Llosa con aquel: «Felicidades
  Mario, la hiciste! Ya son tres: Borges, Paz y tú»… Mientras que su sucesor, Felipe Calderón Hinojosa, confundió
  el título del poema del uruguayo Mario
  Benedetti, «El sur también existe», con una canción del cantante Ricardo Arjona llamada «Si el norte
  fuera el sur»… Por consiguiente, una cosa es que como el sector más
  improductivo –debido a que no aportan ni un centavo al Producto Interno Bruto
  del país–, los políticos en su inmensa mayoría –porque tampoco podemos
  generalizar– sean burros, analfabetos o ignorantes, y otra que, como en el
  caso de Peña Nieto, que se esté
  enfermo… Y esto último no lo decimos nada más nosotros, la enfermedad
  desconocida del Presidente se comenta con profusión en ese sector informado
  al que también se le conoce como opinión pública, y cuya relevancia queda
  manifiesta a cada minuto en las redes sociales, que por lo demás han escapado
  de la censura oficial a pesar de los intentos de los políticos por legislar
  al respecto. 
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