SEP regaña a padres de alumnos en Tláhuac por nunca estar conformes

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Información Una supervisora de zona justificó el proceder del director del turno vespertino de la Escuela Primaria «Julio de la Fuente» al prohibir el recreo y los permisos para salir al sanitario de los alumnos al señalar que «la disciplina debe existir por la descomposición social que actualmente enfrentamos», tras de lo cual culpó a los padres de familia de «no educar a los hijos».

Escuela Primaria Julio de la Fuente Supervisora de zona Concepción Romero Kinney Tras del « hartazgo y fastidio» del director del turno vespertino de la Escuela Primaria «Julio de la Fuente», José Luis Bernal Jiménez, en la Colonia del Mar, Alcaldía de Tláhuac, para que los niños «jueguen, corran, se peguen o avienten en el recreo», y su decisión de suspender el pasado cinco de octubre ese tiempo de esparcimiento de los alumnos, lo que llevó a los padres de familia a exigir su remoción del plantel, la Secretaría de Educación Pública (SEP) a través de la supervisora Concepción Romero Kinney, reprochó a estos el que «nunca estén conformes con la forma de trabajar de profesores y directores». Se recomienda leer: En Tláhuac director de escuela prohíbe recreo. Está harto de juegos En un documento que hicieron llegar a la redacción de NosotrosMSR, los padres de familia aseguran que dicha supervisora justificó el proceder del director del turno vespertino al señalar que «la disciplina debe existir por la descomposición social que actualmente enfrentamos»,  tras de lo cual los culpó de «no educar a los hijos», al pasar por alto «lo que significa disciplina y el significado de maltrato verbal, psicológico y de abusos», dijeron estos. Durante una reunión con la supervisora de zona Romero Kinney, los padres de familia aclararon que ellos no están en contra de la disciplina, sino en contra del autoritarismo y abuso de poder «que se ejerce en el plantel». Luego de que dimos a conocer las disposiciones del director Bernal Jiménez, éste, en un intento por resarcir su error, pidió una disculpa pública a los padres y a los alumnos de la escuela primaria, aunque antes de disculparse acusó a la plantilla docente de haber sido los responsables de causar el enojo y malestar de los padres de familia, al señalar que la información proporcionada por ellos en el sentido de prohibir el recreo y suspender el seguro escolar había sido una «información equivocada». De ahí que la supervisora Romero Kinney reconociera que el director Bernal Jiménez había sido «grosero», por lo que aseguró que el director tuvo «la humildad de reconocer públicamente su error», lo cual debía ser motivo suficiente para dar por concluido el incidente, por lo que en su defensa argumentó que se trata de un director comprometido, que impone», y que «no todas las escuelas tienen personal con esas cualidades». A decir de los padres de familia en su documento, Bernal Jiménez los convocó el pasado 11 de octubre para que cuando pasaran a dejar a sus hijos se dirigieran al área de cómputo donde ofreció su disculpa por los acontecimientos del viernes cinco de octubre, donde «agredió de forma verbal a los alumnos, maestros y algunos padres de familia presentes en ese momento», de acuerdo con lo expresado en el documento. Fue ahí donde «efectivamente», refieren los padres de familia, reconoció haberse equivocado «al haberse dirigido con un tono, modo y palabras inadecuadas», por «tratar de proteger a los niños», por lo que les pidió «una nueva oportunidad» para demostrar «que va a cambiar su carácter explosivo», lo cual a muchos «nos cuesta trabajo creer, debido a que existe un historial de inconformidades derivadas de su mal modo de dirigirse y actuar con los alumnos y padres de familia», manifiestan estos. Posteriormente, para la reunión con la representante de la SEP el 19 de octubre, donde un grupo de padres de familia se manifestó de manera ordenada y pacífica en las puertas de la entrada del plantel en Calle Sirena, y sin interrumpir las labores escolares, Jiménez Bernal ingresó al plantel por la puerta de salida, ubicada sobre Calle Delfín, «dejando de manifiesto que lo que dice y hace es una total incongruencia», apuntan los padres en su documento. Ahí una madre de familia denunció ante la supervisora Romero Kinney el caso de su hijo sujeto de bullying, derivado de la prohibición de salir al sanitario, donde el menor frente a toda su clase tuvo un desafortunado desenlace que lo llevó a tener graves consecuencias psicológicas derivado de las burlas de sus compañeros. El director del turno vespertino, quien se presentó a la reunión cinco minutos después del arribo de la supervisora, sólo se limitó a escuchar las inconformidades de los padres de familia, pero durante el transcurso de la reunión mandó traer a la plantilla de profesores para que le manifestaran su apoyo presencial. En un momento de la reunión, sólo tres maestras (Guadalupe Jiménez Salazar, Irma Elizabeth Bautista Roldán y Joana Paola Vázquez Reyes) de 18 profesores, expresaron su apoyo al director al acusar a los padres de familia de ser los directamente responsables de no poder educar a sus hijos, así como de «hablar a la ligera y manchar la reputación de una persona». Dichas profesoras confrontaron a los padres en un intento por justificar el proceder del director, «sin importarles levantar el tono de voz haciendo referencia a que los alumnos en la escuela son unas personas y en casa otras, y por tanto no hay que creer en las palabras de los niños», subrayan los padres de familia en el documento entregado en nuestra redacción. Por lo pronto, y sin dar una «respuesta satisfactoria» a los padres de familia, la supervisora Romero Kinney supuestamente se fue a platicar con el personal docente al tiempo que expresó su confianza en que «todo se solucione para bien».