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Habrá que ver si en
el establo de Marco Polo Carballo, esto es, la casa de su coordinador de
operaciones donde a su vez el oriundo de la Venustiano Carranza tiene
instalada su casa de campaña, así como en el resto del perredismo tlahuica, siguen percibiendo ese
tufo de victoria que tanto alardean en redes sociales por aquello de que ya se vieron en la alcaldía
repartiéndose los huesos.
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| Cuadernos de doble raya, Iván González y Marco Polo Carballo |
Si
ya de por sí el coordinador de campaña de Marco Polo Carballo tenía fama de que le gustaba empinar el
codo (luego de la guarapeta que dicen agarró de puritito gusto cuando del PRD le concedieron la candidatura a
la alcaldía a su cuate), con lo sucedido ayer por la tarde en el Barrio La Guadalupe
con el incidente de andar manejando una camioneta con logos de campaña del
abanderado por el Frente por México al enfrentar a brigadistas del
candidato del PRI al mismo cargo,
Emiliano Aguilar, a quienes corrió del Barrio La Guadalupe porque según
dijo eso era «territorio» de su jefe y amigo, ésta se le arraigó sobre todo
por andar de pendenciero… De acuerdo con la nota informativa publicada hoy
por NosotrosMSR, en donde se da
cuenta de la agresión que envalentonados por el alcohol hicieron los Carballistas (todos con pinta
masculina, como se puede ver en un video) a los de la brigada del tricolor,
que por cierto en su gran mayoría estaba integrada por mujeres, además de
tratar de impedirles que colocaran propaganda alusiva a Aguilar, lo único que se puede concluir
es que en Tláhuac los electores tienen muy poco de dónde escoger… Al menos
de los partidos que han tenido la franquicia de la capital del país, donde
se han intercambiado figuras de dudosa reputación, nos referimos al PRD y
Morena, la conclusión podría ser la de que no hay ni a cuál irle… Lo que
quiere decir que si la ciudadanía decidió por otra opción hace tres años
ante la ambición de los «uceperos» y torció por los morenos, tras del
fraude que estos significaron para la población con los lamentables resultados
harto sabidos y comentados, con la historia del «dipuporno» y sus felaciones, tras de lo sucedido la tarde de ayer en La Guadalupe cualquier vecino
que no necesite de dádivas partidistas para vivir y llevar su vida de la manera más honesta posible supondría que al final de
cuentas resultan lo mismo los unos que los otros… Cosa de imaginar lo que pasaría si Carballo llega a la alcaldía y decide premiar a quien fungiera como su coordinador de campaña, Iván González Bravo, con una dirección general, y al hermano de éste, Oscar, que era quien lo acompañaba
en la camioneta, lo recompensara con un cargo equivalente al de director de área; en
tanto que al «tofico» David González
también le reservara un puesto de nivel en el organigrama, y todo por
andar repitiendo las mismas prácticas y vicios que por años han hecho tanto
logrero advenedizo que ha llegado a Tláhuac a hacer fortuna… En la mañana cuando
abordamos el tema de los morenos en fuga
de la gestión delegacional para salvar el pellejo del desempleo, nos
referimos al ambiente enrarecido que generaban los brigadistas de Raymundo Martínez Vite y Rigoberto Salgado, pero no transcurrieron más que unos minutos para que nos enteráramos que en el establo de Carballo también soplaban aires viciados
por la prepotencia y el espíritu de Juan
Camaney de algunos de sus cercanos colaboradores… Máxime cuando el
propio Carballo se había
escapado de ser agredido la tarde del pasado domingo al término de una reunión en
Tulyehualco, ya del lado de Xochimilco, por presuntos porros morenistas, gracias
a que lo cubrieron unos transportistas con los que había platicado minutos
antes… Habrá que ver si no revienta la hebra de la tolerancia política
antes de las elecciones en Tláhuac, y si en el feudo de Marco Polo, esto es, la casa de su
coordinador de operaciones donde a su vez el oriundo de la Venustiano
Carranza tiene instalada su casa de campaña, así como en el resto del
perredismo tlahuica siguen percibiendo
el tufo de victoria por aquello de que ya se vieron en la alcaldía repartiéndose
los huesos de los puestos de la administración, sin importar las
repercusiones de los borrachales… Al tiempo.
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