Hay pacto en Milpa Alta entre José Luis Cabrera y Judith Vanegas

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La reunión se hizo en Las Adelitas, pequeño hotel familiar de la familia Cabrera, en el pueblo mágico de Tlayacapan, Morelos. A medio día de este sábado 10 de julio, la alcaldesa electa en Milpa Alta, Judith Vanegas se reunió con su otrora adversario, José Luis Cabrera Padilla. Dice uno de los asistentes a la reunión, por cierto, muy molesto por el encuentro, que ahí se selló el destino de su alianza. Y es que el ex jefe delegacional de Milpa Alta es un tiburón sin dientes, porque (dicen) la alcaldesa no toma decisiones propias, debido a que las consulta primero con su hermano Víctor, y éste a su vez con su pareja sentimental, la influyente Columba López Gutiérrez –directora de la Corena– , hija adoptiva de Claudia Sheinbaum. Habrá que ver, pues, quiénes dan el visto bueno a los que ocuparán los cargos de la nueva administración milpaltense. Administración en la que, por cierto, los simpatizantes del diputado electo Octavio Rivero Villaseñor, lamentan su apoyo a Morena, pues avizoran que serán desplazados de cualquier cargo público en la administración milpaltense, ya que «en corto», Vanegas no niega su animadversión y desprecio por el otrora «niño naranja». En medio del arribo del cabrerismo, que gobernó Milpa Alta por nueve años al amparo de las siglas de Nueva Izquierda, agrupación crítica al lopezobradorismo, otro choque de locomotoras comienza a dibujarse con los caminos, muy distintos al de la alcaldesa, que han tomado el aún concejal Edén Garcés, así como Paola Rojas, recientemente llegada a Morena y adoptada de inmediato por el dirigente estatal Hector Ulises García, desplazando a su ex delfín Arnulfo Alvarado, ex coordinador de campaña y quien nunca tuvo el control de ningún hilo. Ambos por separado han manifestado que seguirán una ruta distinta al de su lideresa en la alcaldía, por lo que ya recorren Milpa Alta sumando adeptos para sus aspiraciones futuras. Y eso que aún faltan dos años para que comiencen los guamazos electorales. Pero como el presidente López ya puso el ejemplo, pues entonces al mal paso darle prisa.