Las
acciones vengativas de las autoridades de un hospital que nació como producto de la corrupción en la gestión de quien se hacía llamar el mejor alcalde del mundo, se dieron luego de que
la Tercera Visitaduría de la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de
México dio inicio con la investigación del caso a través del expediente
3748, al tiempo que emitió medidas cautelares para proteger a Lorenzo.
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Víctima de la negligencia médica del Hospital General de Tláhuac |
Autoridades del Hospital
General en Tláhuac tomaron desde el miércoles represalias contra familiares
de Lorenzo Guzmán Romero, de 41 años y voluntario en un camión de basura,
quien sufrió convulsiones y una caída en las instalaciones de dicho centro
hospitalario tras de la burocracia y consecuente negligencia médica, de
acuerdo con los testimonios de sus familiares.
Luego de que los
familiares hicieron pública la denuncia por negligencia médica por parte del
personal del hospital, las autoridades comenzaron a tomar represalias contra ellos.
«Nos desalojaron de la sala donde está mi tío, nos restringieron el acceso a
verlo para obligarnos a firmar su hoja de alta, pero ésta contiene un
diagnostico amañado», comentaron.
Las acciones vengativas de
las autoridades hospitalarias se dieron tras de que la Tercera Visitaduría de
la Comisión de Derechos Humanos de la Ciudad de México dio inicio con la
investigación del caso a través del expediente 3748, al tiempo que emitió
medidas cautelares para proteger a Lorenzo.
Un hospital donde se lucra
con la necesidad de pacientes
Sin embargo, el hospital
tiene ya diversas denuncias por negligencia médica, además de la queja
frecuente de que carece de medicinas, equipo y personal para atender a la
población que recurre a solicitar atención.
Una de las más recientes
denuncias es que las autoridades pretendían cobrar 100 mil pesos por atención
médica a una familia baleada hace unas semanas.
Médicos recomiendan operar
por fuera
En mayo de 2012 un
vecino de Tlaltenco se presentó en el Hospital General a fin de que se le
evaluara y tratara de un problema de próstata, pero cuando fue atendido en el
primer piso del edificio por un supuesto especialista, éste le dijo que en el
nosocomio más grande la red hospitalaria –como lo presumía el gobierno
capitalino– era mejor que se operara por fuera, por lo que él lo podía hacer
siempre y cuando pagara 20 mil pesos.
Lo anterior, aun cuando la
obra de 15 mil 596 metros cuadrados de construcción, inaugurada por el que se
hacía llamar «mejor alcalde del mndo», Marcelo Ebrard –y quien como jefe de
gobierno se consumó la mayor obra fraudulenta de la historia de la Ciudad con
la línea 12 del Metro– estaba «completamente equipada, con aparatos de
tecnología de punta», y había tenido inversión de 462 millones de pesos según
el secretario de Salud, Armando Ahued.
Un hospital que nació entre
la corrupción
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El alta a modo de que los burócratas del Hospital queden exentos de negligencia médica |
Por lo pronto, los
familiares de Lorenzo insisten en que hay muchas irregularidades en el caso, como
la de que los datos consignados en la hoja de alta fueron inventados por
médicos del hospital «Matilde Petra Montoya», ubicado en Calle Gabriela
Mistral de la Villa Centroamericana.
De otra forma no se
entiende cómo fue dado de alta el vecino del pueblo de Zapotitlán, quien tras
de esperar cinco horas a ser atendido debido a que sufría de vómito, diarrea
y convulsiones, sufrió una caída dentro de las instalaciones de ese centro de
atención médica, debido a la negligencia del personal que ahí labora.
De nada valieron las
peticiones de los familiares de Lorenzo Guzmán Romero para que pudiera
permanecer internado a fin de continuar con la atención médica.
Simplemente personal del
hospital optó por evadir su responsabilidad en el estado grave del paciente,
que presenta alteraciones de su estado mental tras de la caída que le provoco
fractura en el cráneo.
El domingo 29 de abril,
Lorenzo convivio con su familia e, incluso, participó en el carnaval de
Zapotitlán; sin embargo, a las 14:30 horas del lunes 30 abril comenzó con
vómito y diarrea, y a las 15 horas comenzó con convulsiones, por lo que luego
de prestarle los primeros auxilios, fue trasladado a las 15:30 por sus propios
medios a la sala de urgencias del Hospital General de Tláhuac, a donde llegan
a las 16:20 horas, según relataron familiares.
En dicha sala de urgencias
estuvieron sin que nadie se dignara a proporcionarle atención médica, sólo
fue hasta que de nueva cuenta se presentó el cuadro de convulsiones, lo que
sucedió alrededor de las 21:00 horas, cuando el paciente al tratar de incorporarse
del piso, se desplomó de frente y se rompió el cráneo, lo que obligó al
personal del hospital a atenderlo e internarlo.
El dos de mayo a las
16:30 horas lo dieron de alta a pesar de que su estado de salud no era el
conveniente, por lo que ya en su domicilio comenzó a presentar síntomas de
alteración mental, como delirio de persecución y molestias ante el más mínimo
ruido, lo que de inmediato extrañó a los familiares.
La reacción de Lorenzo fue
pedir ayuda al tiempo de ponerse a amontonar cosas sobre la puerta de su casa
para atrancarla, a fin de que nadie pudiera entrar, lo que asustó aún más a
los familiares.
El jueves cuatro de
mayo, a eso de las 19:00 horas, nuevamente comenzó a convulsionarse, por lo
que acudieron otra vez al hospital y lograron que lo volvieran a internar.
Solamente que en las posteriores
visitas, sus familiares se percataron de que su estado se mantenía igual, por
lo que al pedir información al médico que lo atendía, éste les indicó que su
cuadro se debía a que se encontraba en «proceso de desintoxicación» y a la «baja
de sodio».
Los familiares
alertaron que, a pesar de su estado grave, el personal del Hospital General
de Tláhuac les indicó que a las 10:00 horas del miércoles 9 de mayo sería
dado de alta, por lo que pidieron la intervención de la Comisión de Derechos
Humanos de la Ciudad de México y del gobierno capitalino, a fin de evitar de
que literalmente fuera lanzado a la calle.
Sobre todo, debido a que
por su estado representaría un peligro en primer lugar para sí mismo y después
para quienes les rodean.
Además de que la caída que
sufrió se produjo como consecuencia de que no fue atendido a tiempo en la
sala de urgencias, de ahí que ahora el personal del nosocomio buscó la manera
de deshacerse del paciente para evadir su responsabilidad, indicaron los
familiares.
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