A decir
de la señora Alma Rosa Mercado, de la Colonia del Mar, en su caso el Fonden
fue «puro cuento», debido a que el dinero no se lo depositaron completo. «Del
depósito de 90 mil para compra de material, sólo pagaron 60 mil, y del de
30 mil para pago de albañiles, sólo 20 mil. La delegación Tláhuac nos dio
cuatro meses después un material de risa: cuatro varillas, dos tablas, dos
polines, tres metros de arena, 330 tabicones, y algunos bultos de mortero»,
refirió.
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La casa de Johana López, en proceso de demolición a ocho meses del sismo. Fotografía El Universal |
La reconstrucción no ha
llegado a la delegación Tláhuac, donde a poco más de ocho meses del 19 de
septiembre, en la zona cero se dio inicio con la etapa de demolición, a cargo
de la Agencia de Gestión Urbana del gobierno capitalino, por lo que no sorprende
toparse en las calles de la Colonia del Mar con la demolición total o parcial
de viviendas afectadas, principalmente en las calles de Pingüino y Aleta.
Esto no necesariamente
es una buena noticia para los damnificados, quienes han sido informados de
manera informal que, concluida la demolición, se realizarán estudios de suelo
en los predios y la colonia, a fin de determinar con certeza si es posible
volver a edificar casas en el lugar, o por el contrario, se requiere un plan
de reubicación en otro sitio.
De acuerdo con
declaraciones de Johana López a la reportera Erika Flores del diario El
Universal, por la Del Mar atraviesa una grieta grande, la cual «sigue por las
colonias vecinas, Cananea y molino, ubicadas en Iztapalapa».
«Unos dicen que la
grieta empezó cuando nos pusieron el drenaje profundo, otros que es una falla
geológica. De todos modos, si los estudios dicen que ya no podemos construir
aquí habrá que ver qué hacemos. La duela de la casa es mi mamá. En esta
colonia es común que en cada casa vivan varias familias, aquí éramos entre
dos y siete. Le dije a ella, si nos reconstruyen bien, si no, que nos
reubiquen. Ella considera probable que el gobierno capitalino tenga más
terrenos en la demarcación y supone que, de ser necesario, la reubiquen en
alguno de ellos para quedarse en la Ciudad de México», dijo.
Sin embargo, los grandes
terrenos en la colonia donde se pudiera construir pertenecen al Frente Popular
Francisco Villa, donde ya funcionan algunas unidades habitacionales, además
de otras que están en edificación. Los otros terrenos aledaños que
aparentemente están libres integran la reserva ecológica de Xochimilco.
La grieta a la que se
refiere Johana López separó la banqueta de al menos 12 viviendas ubicadas
entre las calles Aleta y Sirenal, además de que hundió éstas casi medio
metro, de ahí lo común de que dichas casas tengan decenas de polines
apuntalando sus fachadas.
«El Fonden sólo nos
entregó tarjetas por 120 mil pesos; 90 mil son para material que no he
comprado porque no tengo dónde guardarlo, y 30 mil son para mano de obra de
albañiles; de ésta sólo nos depositaron 25 mil. Suponiendo que hubieran
depositado completo el dinero, no alcanzaría para reconstruir una casa. Así
que no me queda de otra más que esperar y continuar rentando, porque aquí
también seguimos esperando que se reactive el apoyo mensual de renta que
Mancera canceló en enero».
Sin embargo, hace unos
días, el nuevo jefe de gobierno, Juan Ramón Amieva, reactivó el apoyo.
Alma Rosa Mercado vive
una calle atrás, en Aleta 176 esquina con Gitana. Tras del sismo el patio de
su casa se hundió medio metro; y ocho meses después los albañiles que
trabajan en su domicilio reparando los daños, estiman que el hundimiento fue
en realidad de 80 centímetros.
«En mi caso el Fonden
fue puro cuento, dejaron su pegote en la puerta pero el dinero no lo
depositaron completo. Del depósito de 90 mil para compra de material, sólo
pagaron 60 mil, y del de 30 mil para pago de albañiles, sólo 20 mil. La
delegación nos dio cuatro meses después un material de risa: cuatro varillas,
dos tablas, dos polines, tres metros de arena, 330 tabicones, y algunos
bultos de mortero», refirió.
Como era imposible
rellenar un hundimiento de 80 centímetros en el patio, los albañiles
recomendaron a Alma Rosa y su familia dejarlo así, reforzar el piso como si
fuera el colado de la loza y sobre éste colocar escalones para facilitar el
ascenso a la entrada de la casa. También arreglaron algunas grietas en las
paredes, y edificaron varias columnas en el exterior de la casa a fin de
brindarle un soporte a la estructura, en caso de que ocurra un nuevo sismo.
«Llevamos invertidos 140
mil pesos entre material y mano de obra porque, como puede ver, tengo una
grieta en la entrada de la casa», indicó.
En efecto, la banqueta
se encuentra en condiciones similares a la Calle Pingüino, pero esto no es
nuevo, desde el año 2000 Alma Rosa reportó la aparición de la grieta a las
autoridades delegacionales cuando instalaron el drenaje profundo en la
colonia. En un folder guarda los oficios enviados a los delegados que pasaron
por ahí, desde Francisco Martínez Rojo hasta Rigoberto Salgado. Seis en
total.
«El último oficio fue el
siete de septiembre con el primer temblor. En la mañana fui a ver a
Rigoberto, vino con su gente tres horas después, ordenó taparla y en la noche
tembló. A los cuatro días asfaltaron la grieta, pero sólo en el tramo de afuera
de la casa. El 19 vino el segundo temblor y fue cuando tuve más daños;
tuvieron que apuntalar la casa con 80 polines. Por eso empezamos a reparar
solos porque no pasa nada; y como verá, aquí apenas comenzaron las
demoliciones. Por seguridad los albañiles excavaron dos metros abajo del suelo
de mi patio para ver si la grieta atravesaba la casa por debajo, pero no.
Sólo pasa por fuera, por la banqueta».
El caso de María Bolaños
es más grave; ella vive una calle atrás, en Caracol número 125, lote 20, cuya
casa fue demolida por la delegación el 22 de septiembre, aunque días después
le pasaron la factura de la misma. «Era de dos pisos, quedó inhabitable y estaba afectando a la casa de al
lado y la de atrás. Aquí vivíamos 12 personas; Protección Civil de la
delegación hizo un estudio post sísmico y ordenó su demolición porque aseguró
que era una edificación insegura. Empezaron el 22 de septiembre, no me
entregaron ningún papel, por el contrario, sólo me hicieron firmar que estaba
de acuerdo».
Cuando el Fonden censó
la vivienda entregó la tarjeta bancaria para reconstrucción; pero en lugar de recibir 120 mil pesos que se
entregaban por pérdida total, María sólo recibió 15 mil. «Cuando reclamé el Fonden dijo que tenía
catalogada la casa como daño parcial, argumentó que el censo entregado por la
delegación así lo marcó. Fui entonces con Protección Civil y Participación
Ciudadana en la delegación y el tipo que me atendió dijo: ‘Uy señito, yo creo
que el Fonden le está cobrando la demolición, por eso sólo le dio 15 mil. De
todos modos, 120 mil no le iban a servir para nada’. ¿Y 15 mil sí me van a
servir?, le dije».
El predio de María es de
200 metros cuadrados, limpio tras de su demolición. Con los 15 mil pesos que
recibió, alcanzó para comprar láminas usadas en un tianguis de Iztapalapa;
con esto levantó un cuarto de cinco metros por cuatro, donde acomodó muebles
y pertenencias rescatados, además de una pequeña cocina y un catre. En este
pequeño espacio vive ella, su hermana, un bebé y un perro. «Los demás están
rentando. El catre nos lo turnamos por la noche y cuando no, toca dormir en
el suelo. Hasta ahorita no sabemos nada porque se supone que de los estudios
de suelo depende si nos reubican o no. No hemos llegado aún a ese momento,
pero no quiero ni pensarlo».
Breve historia de la Colonia
del Mar
Primeros asentamientos.
En 1987 se consolidó como concentración de equipamiento de nivel primario
para integrarse como zona de uso mixto.
Autosuficientes.
Los habitantes construyeron la mayor parte de sus casas.
Crecimiento.
En 1997 el DOF informó que la densidad promedio era 90 habitantes por
hectárea, en lugar de 128 como en el resto del Distrito Federal.
El auge.
En 1997 la colonia contaba con 18 mil 176 habitantes.
Comienzan los problemas.
El servicio de agua tenía muy baja presión. En 2000 se comenzó la instalación
del drenaje.
Detectan riesgo.
Desde 1997 en el programa delegacional de Tláhuac la Colonia del Mar ya
estaba señalada como vivienda con riesgo geológico.
Recuento de daños.
Después del censo de Protección Civil en 5 mil viviendas de la demarcación,
872 son habitables, 3 mil son de mediano riesgo y mil 200 son inhabitables.
Con información de El Universal
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