lunes, 5 de junio de 2023

El triunfo de Delfina y el regocijo de Claudia por amarrar candidatura

Mercado Sobre Ruedas                                                                                                                            

 

| Dicho por Zaratustra |

§  Importante fue el trabajo realizado por organizaciones sociales en favor de Morena

§  Alejandro López Villanueva operó en los municipios de Almoloya y Atizapán

§  Liderazgos territoriales, ignorados por la engreída cúpula morenista de la capital

La fotografía que Claudia Sheinbaum
presumió en su cuenta de Twitter

Tras la elección del fin de semana para la gubernatura del estado de México y el triunfo de la candidata de Morena, Delfina Gómez, la jefa de gobierno en la Ciudad de México, Claudia Sheinbaum Pardo, se mostró feliz por el resultado y en su cuenta de Twitter recordó que la maestra «cuenta con experiencia, además de que viene de abajo y ha despertado el interés de la ciudadanía hacia el proyecto de la Cuarta Transformación».

Sheinbaum acompañó el mensaje con una fotografía en la que posa junto con la ahora gobernadora electa.

Fue una jornada de especial relevancia debido a que marcó el final de la era del priismo, unas exequias en sentido figurado del otrora todopoderoso PRI junto con su bastión del grupo Atlacomulco, Requiescat in pace, sí, al menos en el discurso. Porque en los hechos Morena se consolidó como la principal fuerza partidaria en el país.

Sin embargo, es importante señalar que el triunfo de Morena en el estado de México, así como para el proyecto de la 4T, no podría explicarse sin el fortalecimiento territorial que diversas organizaciones proveyeron a la jornada electoral del pasado domingo.

Nos dicen que al menos desde tierras tlahuaquenses, Alejandro López Villanueva y el Frente Popular Francisco Villa contribuyeron de significativa manera al triunfo de Delfina Gómez en territorio mexiquense, a través del trabajo proselitista que desarrolló una numerosa infraestructura humana en los municipios de Almoloya y Atizapán de Zaragoza.

Gracias al nivel de influencia que tiene la organización que dirige el ex diputado local en varias entidades federativas, los resultados en cuanto a operación política en favor de la causa morenista se refiere, la mayoría de las veces deja buenos resultados a la causa en turno.

En este caso, el triunfo de Delfina Gómez fue también, en gran medida, un triunfo de Claudia Sheinbaum, porque prácticamente la jefa de gobierno ha asegurado la candidatura para la Presidencia en 2024, aun cuando no cuenta con el apoyo de la mitad de capitalinos, tal como establece la distribución de alcaldías en la Ciudad de México entre titulares de extracción morenista y de la Alianza PRI-PAN-PRD –con todo y lo nefasto que resulten ser quienes fungen como «dueños» de dichos partidos políticos–.

Tras las embestidas  electorales que la oposición le ha propinando a Morena en la Ciudad de México, como se demostró en 2021 al ganar nueve alcaldías, y luego de quedar en evidencia con los resultados en Coahuila el pasado fin de semana, donde a pesar del nefasto «Alito» (Alejandro Moreno), en el PRI pueden presumir de que ganaron la elección a gobernador con Manolo Jiménez –y ahí sí por «paliza»–, a pesar de la derrota en el estado de México luego de 93 años de dominio tricolor se puede decir que a la Alianza todavía se le mueve una «alita», y es en la capital del país.

En 2024 los de Morena irán por retener las siete alcaldías que consiguieron en 2021 y a ver cuántas más consiguen sumar, mientras que los de la Alianza van a ir con todo por esas siete que Les faltan para completar su predominio en la Ciudad, entre ellas están las demarcaciones de Tláhuac, Xochimilco y Milpa Alta.

Lo que significa que más valdría a los del partido fundado por AMLO empezar a desviar su atención de las tribus guinda y blanco que, como antes lo hicieron en el PRD al heredarse cargos y reproducir prácticas caciquiles con tal de usufructuar posiciones por nueve o más años en Tláhuac y empezar a voltear a ver el papel que han venido jugando desde hace tiempo los liderazgos territoriales.

Están a tiempo de recomponer esa dinámica vertical y cupular que ha excluido a líderes sociales que dan resultados en su trabajo político y partidista, porque de no hacerlo así, los morenistas correrán el riesgo de reproducir los añejos esquemas del «nuevo» PRI. Cosa de verse en el espejo tricolor de la Ciudad de México y, de manera específica, en lo que ese arcaico partido ha hecho sobre todo en Tláhuac.

¡Cosas veredes, lector, lectora, que non crederes! Sobre todo ahora que viene el festín antropofágico entre huestes de la corcholatería bisutera de la cuatroté.


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