miércoles, 1 de enero de 2014

«Una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa»... ¡Feliz año!

Con las oportunas condolencias a través de su cuenta de Twitter del Presidente de la República al pueblo y gobierno de la Federación de Rusia, así como a los familiares de las víctimas y la condena de su gobierno a los atentados perpetrados en Volgogrado, además de la «preocupación» oficial por la crisis en Sudán del Sur «y su impacto devastador en la población civil» de ese país debido a que en las dos últimas semanas han muerto mil sudaneses con 180 mil desplazados y 75 mil personas refugiadas en instalaciones de Naciones Unidas, concluyó el capítulo correspondiente a 2013 de la historia nacional y que deberá ser recordado, según estableció Enrique Peña Nieto como el año de las «grandes transformaciones» y por haber sido el año en que «México se atrevió a despegar»… En el video difundido a través de YouTube, también determinó que es «la hora de creer» y que «juntos hagamos historia». Sin embargo, como aquí anotamos en reiteradas ocasiones durante 2013, el discurso oficial parece cada vez más alejado de la realidad que viven al menos los inmensamente mayoritarios millones de mexicanos que para subsistir deben hacerlo sin la pródiga rentabilidad de los presupuestos públicos en instancias gubernamentales. Por aquello de que mientras los que conforman la obesa clase política (con congresos afines) padroteada desde el Pacto por México, solamente están dispuestos a ver los redituables dividendos que puedan allegarse a través de sus cargos de representación popular, el ciudadano común, el de a pie como despectivamente suele ser llamado en los tres órdenes de la burocracia nacional cuando por algún interés forzosamente deben tomar en cuenta a la sociedad civil, tiene qué rascarse con sus propias uñas ante la cada vez más creciente desolación social (sólo es visto como sujeto de aplicación de impuestos) ante el contubernio de los dizque representantes populares y los gobernantes, y las conniventes instancias de procuración de justicia… Así que mientras el Presidente se conduele de la violencia en Volgogrado sin conmoverse por la que tiene en Michoacán, la Comisión Nacional de Derechos Humanos dio a conocer que 10 mil denuncias de las que casi en una cuarta parte se responsabiliza a integrantes de dependencias desplegadas para combatir el crimen organizado, interpuestas en los primeros once meses de 2013, por violaciones a las garantías fundamentales cometidas por militares y elementos de seguridad pública, permanecieron «inalterables», tal y como sucedió en la gestión de Felipe Calderón… En tanto que en varias entidades de la República continúan implacables los efectos de la guerra de los cárteles del narcotráfico, y el diputado Jorge Salgado Parra solicitó la intermediación del comisionado de Seguridad Nacional, Manuel Mondragón y Kalb, para lograr la liberación de dos de sus primos, quienes en junio pasado fueron secuestrados en la zona norte del estado de Guerrero… Y para no alargar por hoy esta lista de trágicas noticias, en el estado de Tamaulipas tres sacerdotes de la Iglesia católica se encuentran desaparecidos, otro murió a causa de una golpiza que le propinaron presuntos miembros del llamado «crimen organizado», y uno más continúa delicado tras de ser atacado con un bate de beisbol. Además de que en días pasados desaparecieron otros dos sacerdotes de Ciudad Victoria… Pero como estos acontecimientos forman parte de la realidad nacional, no merecieron ninguna condolencia oficial de parte del gobierno mexicano… Después de todo, como afirma el personaje del Benny (Damián Alcazar) en el filme El infierno (Luis Estrada, 2010), retrato fidedigno de la realidad actual mexicana, «una cosa es una cosa y otra cosa es otra cosa»… ¡Muchas felicidades!, para nuestros lectores de México y de otros países que en gran número nos siguen, como son en Estados Unidos y Somalia.
Tianguis ilustrativo
Entierro de adulto con ofrenda localizado en la estación Lomas Estrella
Cráneos de un tzompantli entre los hallazgos en la línea 12 del Metro. Cuatro cráneos orientados hacia el suroeste, correspondientes a dos individuos masculinos, uno femenino y un cánido, que formaron parte de un tzompantli, fueron algunos de los hallazgos arqueológicos que arrojaron las obras de la línea 12 del Metro, que se sumaron a las evidencias de asentamientos prehispánicos detectadas: casas habitación, tlecuiles, pisos, canales de piedra y lajas, esculturas, abundante material cerámico y lítico, y un centenar de entierros, en su mayoría de infantes… Al dar a conocer lo anterior, las arqueólogas María de Jesús Sánchez Vázquez y Georgina Tenango Salgado, del INAH, ofrecieron un balance de los descubrimientos realizados de octubre de 2008 a agosto de 2012, a lo largo de 24.5 kilómetros de extensión de dicha línea de transporte subterráneoLuego del estudio de los materiales y la información obtenida, las especialistas destacaron el hallazgo de los cráneos que formaron parte de un tzompantli, en la zona de transbordo de la estación Ermita, que datan del periodo Posclásico Tardío (1350-1521 d.C.), donde también se encontraron los restos de un empedrado y dos mangos de sahumador que estaban colocados en forma semicircular
Entierro de adulto con incensario como ofrenda en Alcancía
Los trabajos en gabinete realizados por la bióloga y antropóloga física revelaron que los cráneos pertenecieron a un tzompantli, el primero de ellos correspondiente a un cánido —que por vez primera se halla en este tipo de altares—, el segundo a un individuo masculino de entre 25 y 35 años, el tercero a una mujer de entre 18 y 22 años que presenta deformación cefálica intencional, y el cuarto a un hombre menor de 35 años… Los cráneos presentan una perforación a la altura de la sien, lo que indica que pudieron haber sido atravesados con una vara para colocarlos en el tzompantli. Sin embargo, tiempo después fueron retirados de éste y se quedaron únicamente como ofrenda en esa área
Entierro infantil sobre cacaxtle localizado en intertramo de Alcancía
y Sur
Respecto a la presencia del cánido, María de Jesús Sánchez dijo que quizá se deba a que los perros estaban relacionados con los ritos funerarios, para que acompañaran a los difuntos en su camino al inframundo, pero es la primera vez que se tienen referencias del cráneo de uno de estos animales en un tzompantli… «Sabemos que durante la Conquista algunos cráneos de caballos fueron puestos en este tipo de estructuras, pero no de cánidos. Sin embargo, nos falta más información documental, pues quizá sí hay perros asociados a estos altares en otros lados y no lo sabemos. Y es que son pocos los tzompantlis hallados en la Ciudad de México, hasta ahora sólo tenemos conocimiento de los de Tlatelolco y del Templo Mayor»…
Cajete tipo Azteca II. Fotografías proporcionadas por el INAH para nuestra columna
Asimismo, en el tramo comprendido entre las estaciones Atlalilco y Mexicaltzingo, fueron halladas diversas evidencias de asentamientos prehispánicos consistentes en muros de casas habitación, tlecuiles, pisos y apisonados, un canal hecho con piedras y lajas, dos esculturas, lítica, abundante material cerámico del tipo Azteca ii y iii, y 63 entierros entre los que predominaban infantes depositados en ollas y directo en la tierra, algunos con ofrendaTambién se detectó parte de una construcción de finales del siglo xix, que consiste en cimientos, muros, un canal hecho con tabique de laja y un drenaje que desemboca en un registro, que quizá pertenecen a la ex hacienda cercana de la que todavía se conserva un pedazo de un muro
Copa bicónica
En la estación Mexicaltzingo se registraron más restos de unidades habitacionales, entre ellos muros de piedra, pisos y apisonados, una plataforma, tlecuiles, fragmentos de cerámica doméstica correspondientes al periodo Posclásico Temprano (1150-1350 d.C.), en los que sobresalen los tipos Azteca i y ii, malacates de todos tamaños, agujas de hueso, además de 26 entierros preponderantemente de infantes colocados en ollas y en la tierraLa participación de diversos especialistas tanto de la Dirección de Salvamento Arqueológico como de la Subdirección de Laboratorios y Apoyo Académico del INAH, enriquecieron la investigación pudiéndose determinar padecimientos de la antigua población de Mexicaltzingo e identificar especies utilizadas tanto en la alimentación como en la industria
Entierro infantil con ofrenda
Por otra parte, en el acceso a la estación Lomas Estrella fueron halladas las osamentas de dos individuos adultos, uno en posición flexionada (fetal) que tenía como ofrenda un cajete miniatura en la región abdominal y uno trípode a la altura del cráneoEl otro individuo estaba en posición sedente flexionado (sentado) y tenía como ofrenda un desfibrador elaborado en basalto, tres canutos de hueso, dos cajetes trípodes, una miniatura de silueta compuesta, restos de cal, así como dos cajetes tipo Azteca iii, cuya antigüedad se estima en alrededor de 500 añosDe acuerdo con el análisis de antropología física, se detectó deformación cefálica intencional y en algunas piezas dentales restos de pigmento azul verdoso. En cuanto a los canutos, el estudio de biología identificó que eran restos de guajolote y de ganso, observándose que el corte fue hecho con técnica prehispánica
Cuarto con piso de estuco
Durante estos trabajos de arqueología de salvamento, al interior del panteón de San Lorenzo Tezonco fueron encontradas las ruinas de una troje y de lo que fue la casa grande de la Hacienda de San Nicolás Tolentino, que fue construída en 1622En el tramo que va de las estación Culhuacán a la de Atlalilco se registraron 46 metros de largo de un antiguo camino de piedra que pasaba frente al ex Convento de Culhuacán, restos de un muro muy ancho con piedra de gran tamaño y la estratigrafía correspondiente a un ojo de agua localizado sobre la Avenida TláhuacEn la estación Parque de los Venados se registró un entierro de adulto que tenía como ofrenda una jarra con círculos incisos, un silbato rojo zoomorfo, dos navajillas de obsidiana verde y un cajete pequeño con soporte de pedestal, del periodo Posclásico Tardío
Escultura femenina
En la estación Mixcoac se recuperó escaso material arqueológico en el que predomina la cerámica del periodo Epiclásico (650-900 d.C.), fases Coyotlatelco y Mazapa, así como evidencias del cauce de un antiguo río. Durante la vigilancia efectuada para colocar tuberías de agua potable, en Patriotismo, casi esquina con Donatelo, se halló parte del esqueleto de un individuo adulto que tenía como ofrenda una vasija del tipo MazapaLas arqueólogas señalaron que en fechas recientes se les comunicó sobre el proyecto de ampliación del eje del trazo de la línea 12 del Metro hacia el norponiente, para agregar tres estaciones y hacer correspondencia con la estación Observatorio de la Línea 1
Los cráneos datan del período postclásico tardío (1350-1521 d.C.)
«Ya entregamos la propuesta de trabajo a la Dirección de Salvamento Arqueológico, para que a su vez la envíe al Consejo de Arqueología del INAH. De acuerdo con las obras previas en el Distribuidor Vial de San Antonio y cerca de Tacubaya, parece ser que hubo asentamientos del periodo Clásico (100 al 750 d.C.) que es importante investigar. Es de resaltar que los ingenieros han aprendido a entender nuestro quehacer laborando en un ambiente de cooperación y respeto», aseguró Georgina Tenango¡Hasta el viernes!

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