Mercado Sobre Ruedas
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Tras de que alrededor de
la una de la madrugada del pasado miércoles un albañil fue muerto por
policías del sector Mixquic, debido a que estos dispararon sobre el taxi en
el que viajaban cuatro personas más sin mediar palabra, luego de que los elementos de una unidad
del sector Zapotitla les habían marcado el alto al salir de una gasolinera, ubicada
en Gallo de Oro y Avenida Tláhuac, la
versión que de inmediato fue difundida por la Secretaría de Seguridad Pública
de la Ciudad de México de que quienes viajaban en el taxi eran asaltantes,
por lo visto acabó siendo impuesta.
Aun cuando la supuesta «balacera» que, según los elementos policiacos, tuvieron
con los presuntos delincuentes, se registró a la una de la madrugada y, doce
horas después, seguía acordonado por la SSP el tramo de la Avenida Tláhuac –a
la altura de la Colonia Zacatenco– donde aquellos aseguraron que habían
repelido la agresión de quienes viajaban en el taxi…
Y de acuerdo con versiones de periodistas que cubren la fuente de la Procuraduría
capitalina, hasta las 14 horas de ese día, 13 horas después de que había sido
muerto uno de los que calificaron como asaltantes, la SSP no había podido
notificar a la Procuraduría General de Justicia de la Ciudad de México la
persecución y el abatimiento de un individuo que, según dicen los policías,
llevaba una subametralladora en las manos.
En dos grabaciones en poder de NosotrosMSR
en las que se escucha lo que era reportado por los policías del sector
Mixquic al puesto de mando de la Secretaría de Seguridad Pública capitalina,
una persona a la que elementos policiacos reconocen como el «señor secretario»,
éste logra colar de manera tendenciosa a lo que le reporta el subordinado el
tema de que los presuntos «rateros» portaban armas largas.
Sin embargo, cuando el policía le notifica que es negativo que los
detenidos portaran armas largas, el presunto «secretario» insiste en que se
busquen.
«Tiene
que encontrar esas R13 (armas largas)»
En la primera grabación
un policía reporta al puesto de mando desde el lugar donde habían
interceptado a los supuestos delincuentes:
(Policía 1:) «El compañero tiene
como un rebote y una esquirla en su cara, tiene dos, y un rozón en un
ojo, esto que lo valore la médica. El compañero está consciente, señor
secretario».
(Un policía del puesto de mando:) Pregunta el señor secretario que los R9 (rateros) dónde presentan lesiones,
jefe. ¿Dónde presentan las lesiones los X4?
(Policía 1) «A uno de los X2 presenta un impacto en su cabeza,
señor. Y el otro, el segundo, lo presenta en un costado del lado izquierdo de
su costilla, señor».
Es entonces cuando decide intervenir en la comunicación a quien los policías
identifican como el «señor secretario»:
(Secretario:) «A ver, ahí alcancé a
escuchar que habían encontrado armas largas».
(Policía 1:) «No, es negativo jefe, es
negativo».
(Secretario:) «¿Y por qué dijeron eso por radio?»
(Policía 1:) «No señor, yo estoy aquí y en
ningún momento… Al menos yo de mi parte no he hecho mención de algún reporte
de armas largas».
(Secretario:) «No directamente usted, sino
alguien que estaba hablando por radio atrás, se escuchó que dijo ‘armas
largas’… Chéquenlo bien. ¿Es Z1 el que tiene el balazo en la cabeza?»
(Policía 1:) «Sí señor, sí señor».
(Secretario:) «Tiene qué encontrar R13» (armas largas).
Hasta aquí la
transcripción de lo que se escucha en la primera grabación del supuesto
puesto de mando.
En un segundo audio, se
vuelve a escuchar al presunto «secretario»,
tras de que se molesta porque otro policía no le dice lo que al parecer desea
escuchar:
(Policía 2:) «El
compañero está bien, está consciente, es una esquirla, una esquirla…»
Luego tiene lugar una pausa de casi un minuto…
(Secretario:) «A
ver puesto de mando, alguien que releve a este señor que no sabe leer
información. ¿Quién más está ahí en el mando que pueda dar información?»
Sin embargo, es el mismo policía quien retoma la comunicación, aunque con
incoherencias:
(Policía 2) «Señor
secretario, estos X2 se dieron a la fuga, estaban en una gasolinera, iban a
cometer X5, se jalaron, estaban abasteciendo y se jalaron, cuando nos pidió
apoyo uno de los despachadores laborados en la unidad y así empezó la persecución,
hasta llegar a este lugar donde otra de las unidades del sector se topó de
frente, se bajó y empezaron los disparos y bueno, derivado de eso un
compañero… de una esquirla, ahí tiene, no está en riesgo su integridad
física, está consciente, señor».
(Secretario:) «A
ver, los rateros estos, los R9, ¿están también heridos?»
(Policía 2:) «Sí,
afirma, tenemos en el lugar dos heridos».
(Secretario:) «¿Tienen
el R13 de ellos?» (Vuelve a preguntar por las armas largas que, por lo visto,
tardaron en aparecer en la escena del crimen.)
(Policía 2:) «Estamos
haciendo el R8, son tres más, son cinco que venían a bordo, señor, y estamos
haciendo el R8 al interior…»
(Secretario:) «Es
importante que aparezcan el R13 (armas largas), es muy importante que aparezcan».
Y efectivamente, horas
más tarde una subametralladora llegó a la escena del crimen, como se puede
ver en las fotografías, la cual supuestamente mantiene en las manos el
albañil que recibió un impacto en el cráneo, por lo que de manera inmediata perdió
la vida.
Resulta grotesco que hasta
para sembrar armas sean tan estultos estos policías, como coinciden en afirmar
quienes tienen experiencia en manejo de armas , por aquello de que quien fue
abatido con un disparo en la cabeza alcanzó a abrir la puerta del vehículo y
ladearse hasta depositar el arma en el suelo.
Lo cierto es que fue
hasta por la tarde cuando la oficina de comunicación social de la SSP de la
Ciudad de México, comenzó a difundir la versión de los supuestos asaltantes
detenidos tras de una persecución en San Francisco Tlaltenco a través del correspondiente
comunicado oficial.
¿Por qué el ostensible
retraso en la emisión del boletín de prensa con lo sucedido a la una de la
madrugada?
Al parecer, la versión
oficial de la SSP terminó por ser impuesta tras de ser avalada por su
replicación en los medios de difusión.
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viernes, 31 de agosto de 2018
Según grabación el albañil abatido en Tláhuac no tenía «arma larga»
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