Trascendió que el
contador público será el director general de Administración en la gestión
del próximo alcalde de Tláhuac Raymundo Martínez Vite, pero el retorcimiento
de colmillo que Chucho ha hecho
en cuestión de negociaciones y amarres con todo tipo de liderazgos desde
que los uceperos lo botaron de su
equipo en 2011, lo convierte también por antonomasia en el especialista en
asuntos de política que le va a facilitar la gobernanza a su jefe.
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Jesús Quintero en fotografía de Facebook |
Tras
de varios años de permanecer en Tláhuac haciendo gestión social a través
del colectivo Unyr (Unidad y Renovación), aunque en ocasiones con breves pausas
por aquello de atender otras cuestiones de carácter político fuera de la
demarcación, Jesús Quintero Martínez
va a estar de regreso en la palestra política de la próxima alcaldía de
extracción morenista cuando asuma
el cargo de director general de Administración en la gestión de Raymundo Martínez Vite, según se
comenta con profusión en Tlahuita la
bella… Fue en 2011 cuando Chucho,
como asesor del polémico delegado Rubén
Escamilla, vivió en carne propia la arrogancia de los del grupo
denominado «unión de colonias populares» que en Tláhuac vivían su mejor
momento, cuando éste y Gilberto
Ensástiga lo marginaron de una reunión que se celebró en la Sala de
Artes dizque para que los perredistas de la demarcación cerraran filas y
conservaran el hueso, desplante que sucedió poco después de que el líder de
los uceperos había roto la
relación política con Armando
Quintero, entonces secretario de Transporte y Vialidad en la
administración del no menos controvertible y ensoberbecido Marcelo Ebrard como jefe de Gobierno…
Así que el cortón a Jesús sólo fue
el principio del fin de sus días como asesor de quien –cosas de la vida– poco
después sería vergonzosamente conocido como el «dipuporno»… Días más tarde Jesús comentó a NosotrosMSR que jamás había
entendido su salida de la administración delegacional (Nosotros, número 141), al hacer un recuento de daños significados
porque aquellos literalmente lo botaran de su pandilla… «Me cesaron del
cargo, cosa que nunca entendí», platicó entonces… Siete años justos han
pasado desde aquellos días en que los uceperos
llegaron a considerar que prácticamente habían alcanzado la divinidad, pero
Chucho –como le dicen sus amigos–
nunca se fue de Tláhuac, se quedó y abrió con la ayuda de amigos su módulo
de atención en la Colonia Santa Cecilia y, al ver quienes decían apoyarlo
que nomás no conseguía ningún cargo en la administración pública, terminaban
por darle la espalda, acababan retirándole la ayuda que le daban, por lo
que Jesús se iba a otra parte
con todo y chivas. De ahí que su módulo de atención ciudadana lo mantuviera
otro tiempo más en la Colonia San José, el suficiente como para que quien
le prestaba un predio con cuartos a medio construir de igual forma
terminara por desesperarse a causa de que a los hermanos Quintero nomás no les iba bien… Así
que el contador público tuvo el tiempo suficiente para calarse en la grilla
y madurar en la política, de ahí que ahora se perfile como quien vaya a ser
el principal operador del futuro alcalde en eso de amarrarle alianzas y
hacerlo parecer bonito e inteligente, por aquello de la posibilidad de una
posible reelección… Con un colmillo claramente retorcido que se le enchuecó
con todo eso que vivió con quienes apalabró o pactó en ese lapso que hubo entre
su estancia con los uceperos y su
paso a Morena, Chucho vendrá
siendo el hombre experimentado que habrá de administrar los recursos de la
delegación, ciertamente, pero también quien habrá de sopesar las adhesiones
y ofrecimientos que le deberán llover al futuro alcalde… Para ludibrio y
reconcomio de quienes a últimas fechas habían buscado denostarlo en la red
social de Facebook a través de quienes esconden su identidad en troles… Al
tiempo.
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