jueves, 12 de enero de 2017

Como secretario de Hacienda Gurría fue reprobado por sus alumnos

Sucedió en agosto de 1998 cuando José Ángel Gurría era maestro invitado del diplomado Programa de Alta Dirección de Entidades Públicas | En dicho diplomado del Instituto Nacional de Administración Pública los alumnos era quienes calificaban a los maestros | Lo reprobaron por lo confuso de su exposición y por pretender convencerlos de que el país prácticamente era uno de primer mundo | Ya desde entonces el tamaulipeco daba muestras de ser muy fantasioso con lo relacionado a la hacienda pública y la situación económica del país | Por eso ahora que vino a darle una manita a los del gobierno federal con el asunto del alza de combustibles poco hay que creerle
José Ángel Gurría en fotografía de La Jornada
José Antonio González Anaya, director general de Petróleos Mexicanos, en una confusa y enmarañada defensa del vulgar «gasolinazo» al tomar un espacio en el noticiero radiofónico matutino de Radio Red el pasado martes, y en atenta reciprocidad al apoyo recibido por José Ángel Gurría, secretario general de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos, quien horas antes había defendido la subida de los precios de las gasolinas, se refirió en varias ocasiones a las siglas de dicho organismo, pero como si estuviera en un programa de concursos del comediante de Televisa Adrián Uribe, donde los participantes cuando les piden que digan el nombre de un estado de la República que empiece con la letra C, responden que Zacatecas o Sinaloa, dijo que se trataba de la «o, ese, de» en lugar de decir «o, ce, de» (OCDE, cuyo acrónimo por cierto debe ir sólo con mayúsculas)…


De plano...
Qué pena que a esos niveles funcionarios multiusos muestren ese tipo de analfabetismo funcional… Por cierto, cuando fungió como secretario de Hacienda y Crédito Público en la administración de Ernesto Zedillo como presidente de la República, Gurría Treviño acudió en su carácter de profesor invitado al Instituto Nacional de Administración Pública en Cuajimalpa en agosto de 2008, para impartir su cátedra ante los alumnos del diplomado más importante que tiene esa institución, el Programa de Alta Dirección de Entidades Públicas. Gurría formaba parte del grupo de docentes que al mismo tiempo que desempeñaban sus funciones como secretarios del gabinete, una vez al año acudían al Instituto para compartir sus experiencias en su correspondiente cargo…  Cabe precisar que de acuerdo con el sistema que al menos hasta entonces se tenía con respecto a dicho diplomado, los alumnos (por lo regular altos funcionarios del sector público federal, principalmente) eran quienes calificaban al final de la clase al maestro, y como es de suponer casi siempre premiaban al ponente invitado con las más altas calificaciones. Sin embargo, en esa ocasión, por lo confuso de su exposición y por pretender convencer a esos alumnos, que estaban ahí porque sus jefes –que en la mayoría de los casos eran los propios secretarios o subsecretarios de sus dependencias, de ahí que hubiesen sido inscritos en el diplomado y querían su actualización y capacitación en temas de liderazgo, de que tenían un país que en nada de lo descrito por Gurría correspondía a la realidad –al igual que ha sido siempre con los políticos encumbrados en las más altas posiciones del gabinete y con el presidente mismo–, por lo que hablaba con frenesí de un vertiginoso crecimiento económico y una reducción de la pobreza como si se tratara de un país europeo…
De ahí que los alumnos al ver que lo expuesto por el secretario de Hacienda no cuadraba con los datos de primera mano que ellos tenían de sus respectivas secretarías, y tras de refutarlo en la sesión de preguntas por espacio de una hora a Gurría, al final de la sesión y de manera unánime el secretario de Hacienda fue reprobado por el casi medio centenar de alumnos… Por eso fue que al día siguiente, el entonces director del Instituto, José Natividad González Parás, se mostró contrariado con los alumnos del diplomado del Padep porque pensó que estos se habían confabulado para ridiculizar al flamante secretario de Estado, por lo que atento escuchó las explicaciones que a detalle aquellos le ofrecieron acerca de cómo había estado la situación con Gurría, así como el hecho de que cada quien por su cuenta, sin ponerse de acuerdo con nadie, decidió reprobarlo debido a la confusión mental que aquel traía con respecto a la situación económica del país… Sobra decir que González Parás aceptó la explicación, misma que días después le transmitió al propio Gurría, quien lastimado en su orgullo como secretario de Estado le comunicó al director del INAP su decisión de no volver nunca más a dar cátedra ahí… Lo cierto es que ya desde entonces el tamaulipeco daba muestras de ser muy fantasioso con lo relacionado a la hacienda pública y la situación económica del país. Y nadie puede decirnos que lo anterior sólo se trata de un invento nuestro, debido a que simplemente ahí estuvimos y fuimos uno más de quienes lo reprobaron con ¡cero! de calificación… Por eso no extraña que ahora haya regresado a México en atención a la invitación que los del gobierno mexicano le hicieron para que les diera una ayudadita con eso de justificar lo del alza a los combustibles, después de todo, es uno de los que parece navegar en una dimensión muy distinta a la que millones de compatriotas viven, sufren y tienen que soportar a causa de la ambición de quienes integran la depredadora clase política mexicana… ¿O no fue así señor Gurría?

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