viernes, 2 de octubre de 2015

A Obras en Tláhuac un involucrado en caso de corrupción en 2004

Se trata de Julio César Sánchez de Alba, quien huyó para no ser capturado | Entonces la delegada era Fátima Mena, quien también regresa a la administración | En 2004 Rigoberto Salgado fue denunciado por amenaza de muerte por Enrique Medrano | Como director de Seguridad Pública, Salgado fue suspendido unos días

Fátima Mena regresa a la senda de
la honestidad valiente
Tras de enterarse (por una hermana que trabajaba en la Procuraduría del DF) de que un juez estaba a punto de girar una orden de aprehensión en su contra en octubre de 2004, acusado como probable responsable de haber actuado en cohecho en pandilla, por haber exigido medio millón de pesos en efectivo y un pago extra de 60 mil mensuales al empresario gasero Enrique Medrano para dejarlo trabajar «tranquilamente» en la delegación Tláhuac, como fue registrado en la averiguación fsp/bt1/ 2373/04-09 de la Procuraduría capitalina, que incluyó también a la delegada Fátima Mena, Julio César Sánchez de Alba regresa a la administración pública de la «honestidad valiente» del líder moral del partido Morena, Andrés Manuel López Obrador, como director general de Obras y Servicios de la delegación Tláhuac… De acuerdo con una nota periodística del ocho de octubre de 2004, «al parecer (Julio César Sánchez), escapó tras enterarse de que un juez estaba a punto de girar una orden de aprehensión en su contra. Según documentó Crónica el pasado 23 de septiembre, Morales y Sánchez –bajo las órdenes de su titular, Fátima Mena– se reunieron y mantuvieron diversas conversaciones telefónicas con el dueño de la gasera ‘La Habana’. Las llamadas, indicó el empresario, se realizaron debido a que los servidores públicos amenazaron con cerrarle su negocio ubicado en la carretera Tláhuac-Chalco, número 226, Colonia La Habana, y para evitarlo buscaron ‘negociar’», registró el diario capitalino Crónica… La ruta de la denuncia dio inicio el 22 de septiembre de 2004 cuando el empresario Enrique Medrano denunció a Misael Morales, director general Jurídico y Gobierno en Tláhuac –y quien pagó por ello yendo a prisión–, así como al director de Licencias y Uso de Suelo, Julio César Sánchez, pero también a la titular de la demarcación, Fátima Mena, por el delito de extorsión… Más tarde, el 30 de septiembre de 2004 el dueño de la gasera «La Habana» se presentó en la Procuraduría para ratificar su denuncia y entregar las pruebas que consideró pertinentes, entre ellas una grabación. Y ese mismo día denunció que el director de Seguridad Pública de la delegación Tláhuac, Rigoberto Salgado, actualmente jefe delegacional, lo amenazó de muerte para que detuviera las acusaciones, según la información de Crónica de ese día… Lo cierto es que pocos días después, cinco funcionarios de la delegación Tláhuac fueron suspendidos a causa de la denuncia por cohecho que interpuso el dueño de la gasera. Estos fueron, además de Morales, el director de Licencias y Uso de Suelo, Julio César Sánchez de Alba; pero también fue suspendido el director de Seguridad Pública, Rigoberto Salgado, y el de Verificación y Reglamentos, Juan Reyna… Según el diario Crónica «en la dependencia se dio a conocer que algunos de dichos servidores públicos fueron removidos y los nombres de quienes los sustituirán: Joaquín Juvencio Pastrana Chávez se encargará en adelante del área jurídica y de gobierno y Gabriel Trinidad Mendoza (quien supuestamente regresa ahora a la administración del morenista Rigoberto Salgado como responsable de la oficina de Licencias) ocuparía el cargo de director del área de Licencias de Uso de Suelo»… En octubre de 2004 la renuncia de la jefa delegacional, Fátima Mena, era casi un hecho debido a que se le vinculaba con diversos actos de corrupción. Sin embargo, es otra de las que regresa a la administración delegacional de la «honestidad valiente»… De acuerdo con Crónica el ocho de octubre de 2004, ni el director de Obras, José Trinidad Mendoza, ni el de Licencias de Uso de Suelo de la delegación Tláhuac, Julio César Sánchez, considerados «probables responsables del delito de cohecho en pandilla», según el procurador capitalino Bernardo Bátiz, habían sido localizados «por lo que, se cree, pudieron haberse escapado para evitar ser capturados por la policía judicial» … Como se recuerda, entonces la contralora interna Bertha Luján y el procurador Bátiz exoneraron de toda culpa a Fátima Mena, mientras que Alejandro Encinas como secretario de Gobierno interino declaró que mientras no se comprobara que la jefa delegacional en Tláhuac estaba involucrada en algún ilícito, él mantendría la relación institucional con ella… Al mes siguiente vendría el penoso caso de los linchamientos de San Juan Ixtayopan, y por consiguiente el asunto de la extorsión al empresario gasero quedó en el olvido, así como la orden de aprehensión contra Sánchez de Alba (debido a que Trinidad Mendoza nunca fue perseguuido por la justicia) y Rigoberto Salgado había regresado a ocupar su cargo como director de Seguridad Pública, donde operaba desde antes del escándalo de corrupción, según afirmaban entonces diversas voces, la organización de grupos de choque con gente de Iztapalapa para simular asaltos (como uno que sufrió la revista Nosotros en San Francisco Tlaltenco), accidentes y percances, contra los críticos de la administración delegacional.

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