| Para resentido, Tiberio, un hombre de doble personalidad |
A 18 días de las elecciones para elegir a quienes
serán titulares de las alcaldías en la Ciudad de México, en la de Tláhuac el panorama
se ve favorable para la candidata de Morena y actual alcaldesa con licencia, Berenice Hernández, quien va en busca
de un segundo período en el cargo. Eso, conste, lo dicen las encuestas, no
nosotros.
Los intentos de quienes se han significado como
opositores al morenismo preponderante, al serles negados espacios en la
administración local –sobre todo para
sus cercanos colaboradores– desde la gestión de Rigoberto Salgado como jefe delegacional, han fracasado. Por más
lucha que han hecho, previo y durante el actual proceso electoral, nada más
no han podido desestabilizar al movimiento que aquel lidera en Tláhuac.
Uno de los mayormente resentidos con Salgado es el ixtayopense Héctor Jiménez
Garcés, dirigente del PVEM en la demarcación, posición a la que llegó
debido a que en dicho partido –de
los sobrevivientes «bisagra» o «rémora»–,
sólo se persigue el interés de sus cabecillas o, para decirlo en la abstrusa jerigonza
leguleya, el de «interpósita persona».
De otra forma no se entiende
cómo los presuntos aliados de Morena –y que en el resto de las demarcaciones
de la capital sí forman parte de la coalición «Juntos Hacemos Historia»–, se
hagan de la vista gorda ante el
apoyo que el dirigente del Verde local brinda a las candidaturas de la
coalición «Va por la Ciudad de México».
Jiménez opera, según testimonios vistos y escuchados en
las benditas redes sociales, con su
equipo en favor de la coalición opositora, porque el presunto apoyo a la candidata del Verde, Yessenia García
Aguilar, a la postre su sobrina –y
al igual que su tío, oriunda de San Juan Ixtayopan–, sólo es un distractor
debido a que su real objetivo es canalizar su prácticamente nulo capital político
en favor de la candidata del
PAN-PRI-PRD a la alcaldía Tláhuac, la iztapalapense Karen Yáñez.
Una coalición, por cierto, a la que se negó a apoyar
en 2021 porque consideró –según
refirió entonces a sus cercanos y amigos– que el candidato (Alejandro
Durán) no tenía ninguna posibilidad de triunfo.
En tanto que la otra contendiente por la alcaldía
Tláhuac, la abanderada del Partido del
Trabajo y actual concejala con licencia, Karina Alcalá Loera, nos dicen,
es una propuesta del propio instituto político donde no tiene ninguna relación ni mucho menos injerencia, el ex alcalde Raymundo
Martínez Vite, quien en su gestión sólo permaneció dos años en el cargo
tras el torpe manejo que hizo con el asunto de la solicitud de licencia para
poder contender nuevamente por la alcaldía.
Ante el desolador panorama que el también ex
asambleísta debe enfrentar una vez que la candidata presidencial de la coalición «Juntos Hacemos Historia», Claudia Sheinbaun, torció por el morenismo preponderante en
Tláhuac, debido a que ese movimiento le garantizaría los votos tanto a ella
como a Clara Brugada (Jefatura de Gobierno) y a la propia Berenice
Hernández, aquel ha seguido a la sombra del jefe de gobierno, Martí
Batres.
Y ni modo, la corazonada
no le falló a Sheinbaum, porque los votos del electorado en Tláhuac,
de acuerdo con las encuestas, ahí estarán para las candidaturas de Morena el próximo
dos de junio.
Así que por lo visto, oído y entendido, Martínez Vite ya no tiene ni voz ni
voto en ningún lugar de Tláhuac, sólo es una figura errabunda y dubitativa, la
única opción que le quedó es inducir entre los pocos simpatizantes que aún
tiene el voto en favor de la iztapalapense Karen Yáñez, en represalia porque en su partido lo dejaron fuera
del reparto de candidaturas.
Y todo eso, obviamente, con el aval de su aún jefe
Martí Batres.
¿O nos va a salir éste con que desconoce los
mejunjes en que anda metido su asesor?
¡Cosas
veredes que non crederes!, lector, lectora,
en un mundo raro de fuego amigo y piquete de ojos en el cuadrilátero
electoral donde no faltan resentidos y prendidos de la cuarta transformación.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario