| La alcaldesa de Tláhuac sostiene en alto la mano de Brugada |
La reciente disputa por la coordinación de comités de apoyo de la 4T
entre Omar García Harfuch y Clara Brugada y que por momentos tuvo barruntos
de tormenta interna, tras la definición en Palacio Nacional de quien debía
ocupar la candidatura morenista para la Jefatura de Gobierno de la Ciudad de
México, apaciguó las aguas y regresó la calma a los convulsos partidarios de
una y otro que ya empezaban a darse de trompones mediáticos y golpes bajos en
redes sociales.
Una vez que doña Clara fue reconocida como la real opción para la
contienda por la Ciudad de México, quienes aguantaron con ella a pie firme
las embestidas y descalificaciones del bando enemigo, vieron más cerca la
posibilidad de que su lealtad y compromiso fuera recompensado en el cercano
plazo con alguna candidatura para alcaldía, curul o cuando menos una
concejalía.
Sin embargo, nos dicen, la ex alcaldesa de Iztapalapa –en acato a la
instrucción del líder y guía absoluto de la 4T– llamó a quien había sido su
opositor en la contienda interna, así como a las figuras preponderantes que
lo acompañaron en campaña, para sentarse a platicar con ellos y negociar
posiciones en la Ciudad de México. | En primera fila, Rigoberto Salgado, Berenice Hernández y Omar García Harfuch |
A final de cuentas el escenario no iba a ser el que sus simpatizantes e
incondicionales imaginaron, luego de que doña Clara alcanzara su objetivo, no,
porque de lo contrario se correría el riesgo de una desbandada de morenistas
hacia –ya no partidos de la oposición porque la verdad así como están dan
lástima– otras tribus cuatroteras, en busca de mejores horizontes para sus
personales intereses, lo que podría poner en riesgo el triunfo de Morena para
la Jefatura de Gobierno en la Ciudad de México.
Así que doña Clara se sentó con don Omar para aclarar puntos y
negociar, y como Tláhuac es un bastión del morenismo en la capital, ahí en la
mesa estuvieron Rigoberto Salgado y Berenice Hernández Calderón, y sí, por lo
que se pudo ver, estos también estuvieron como invitados de primera fila en el inicio de su campaña como
candidata de Morena para gobernar la Ciudad de México el pasado lunes en el
Centro Cultural Roberto Cantoral.
La presencia de ambos en primera fila –ahí están las fotografías como testimonio– confirman que a la morenista le ha quedado muy claro que los votos que obtenga de Tláhuac
serán de mucha utilidad para conseguir el triunfo, pero para eso deberá tener el respaldo del grupo
preponderante de su partido en la demarcación.
Situación que no fue bien vista por quienes albergan expectativas
de recibir el beneficio de una candidatura en Tláhuac, aunque la situación esta vez será diferente. Habrá espacios
para curules y concejalías –incluso cargos públicos si es el caso– destinados
a quienes han acompañado a doña Clara en su camino a gobernar la Ciudad de
México, de eso no nos queda duda. Como tampoco dudamos en afirmar en su momento que García Harfuch nunca sería candidato por la capital del país.
En conclusión, la ex alcaldesa de Iztapalapa reconoció que ir
sin los del morenismo preponderante en Tláhuac le podría traer consecuencias, por lo que decidió sumarlos a su campaña... Y quizá a la reelección, en el caso de Berenice Hernández.
Al tiempo.
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