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De una de estas góndolas flotantes cayó Itzel. Foto Noticiudadana |
Los
juegos que se encuentran en la plaza de la Colonia Selene, en Tlaltenco, ya
cobraron una vida esta semana.
Itzel
GH apenas había cumplido 15 años el pasado 10 de enero. Ella estudiaba en la
Secundaria Técnica 116.
A
unos pasos de la capilla del Espíritu Santo la chica subió a uno de esos
riesgosos juegos que supuestamente son para discapacitados, para columpiarse
junto con su hermana.
Sin
embargo, resbaló y cayó golpeándose la cabeza contra el irregular piso.
Rápidamente
su hermana avisó a sus familiares y estos pidieron ayuda, pero la ambulancia
tardó en llegar.
En
ese lapso, Itzel yació tendida en el suelo inconsciente, luego vomitó y se
convulsionó para, finalmente, fallecer.
Cuando
la unidad médica llegó, ya era demasiado tarde.
Apenas
ayer leíamos que el concejal Gustavo Adolfo Jui Bravo lamentaba que la
alcaldía destinara más recursos para mantenimiento de los deportivos de
Tláhuac que para la red de agua potable.
¡40
millones de pesos para deportivos nada más para granjearse el voto de cientos
de futbolistas llaneros es demasiado!
Bien
podría el alcalde destinar una parte de ese recurso para acondicionar los
espacios a donde van a jugar los niños de Tláhuac y que, por consiguiente,
aún no votan, a fin de que no expongan su vida entre fierros viejos,
retorcidos y oxidados, pero sobre todo, para emparejar esos terrenos
irregulares que se convierten en lodazales cuando llueve y a los que nunca
nadie más les metió mano desde la delegación o alcaldía.
Es
lamentable que se pierda la vida de una muchachita que sólo buscó un rato de
diversión junto con su hermana en un jardín de Tláhuac, debido a la
negligencia de tanto improvisado funcionario de la administración en turno
que, por lo visto, sólo están para lamerle el trasero a sus superiores a fin
de que no lo dejen sin chamba.
Porque
debe haber un responsable de esa fatídica muerte, alguien del área de parques
y jardines que pasó por alto el desastroso estado en que se encuentran esos
juegos de la muerte de la Selene.
¿Quién
es el irresponsable que no se dio cuenta del riesgo que corren los niños al
ir a treparse a esos infelices juegos?
Algo
tendría que decir al respecto el alcalde, pero está tan ocupado en sus
asuntos financieros que por eso no tiene tiempo para atender casos como el de
Itzel.
Habrá
qué ver que la muerte de esta niña no vaya a ser solamente una estadística
más.
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