En ningún momento Hiram Almeida dio muestras de
estar molesto por la corrupción que tiene infectada a la SSP capitalina,
como aquí lo hemos señalado en diversas ocasiones. Sobre todo en el sector
Mixquic, de la delegación Tláhuac, que es de donde hemos obtenido varias
denuncias de elementos que han sido presuntamente extorsionados por sus
superiores…
|
|
Por conveniencia parecen ignorar el estercolero de corrupción en la policía capitalina |
Tras
de que el problema les estalló donde menos esperaban, con el caso de abuso de
autoridad y la supuesta desaparición forzada de un alumno de la Preparatoria
8 de la UNAM, el jefe de gobierno, Miguel
Ángel Mancera, y su secretario de Seguridad Pública, Hiram Almeida, se encaminan a la recta final de su gestión en
medio del descrédito y la descalificación de la ciudadanía. Sin embargo, el
testarudo doctor MAME se resiste a dar su brazo a
torcer por aquello de reconocer públicamente la podredumbre de corrupción que
tiene infectada a la corporación policiaca –desde los tiempos de la
celebérrima Hermandad y que después fue sustituida por un tal jefe Apolo ya en el actual gobierno
capitalino–, presuntamente debido a los redituables dividendos que ambos reciben
cada semana… Como quien dice, van a concluir su gestión en la raya, sin
apedrear a la gallina de los huevos de oro de la corrupción en los mandos
policiacos, faltaba más… Tras de la enérgica condena que el rector de la
Máxima Casa de Estudios, Enrique Graue,
hizo de la detención del alumno –menor de edad por cierto–, y de su
señalamiento en el sentido de que los universitarios «tenemos mucho que hacer
para asegurarnos que la justicia se imparta en forma equitativa, sin temores
de la ciudadanía, y apegada a las normas necesarias que permitan una vida
libre y dentro del marco de la ley», Mancera
debió haber pedido clemencia y comprensión al rector, al tiempo de solicitarle
que hablara de la preocupación de su administración por esclarecer dicho caso
y de la comunicación que existe entre ambos… Lo anterior, en un desesperado intento
por reducir los daños causados a su ya de por sí deteriorada imagen pública… De
hecho, al omiso gobernante lo que más le ha preocupado en su gestión es que
se genere entre la ciudadanía la percepción de que lo hacen a un lado de los
temas que más preocupan a ésta, como fue el caso del operativo de la Marina
en Tláhuac el 20 de julio del año pasado, el cual se realizó aprovechando que
Mancera andaba de campaña
regalando patrullas en el Norte del país, por lo que a su regreso a la
capital lo primero que hizo fue comunicarse con el titular de la
Marina-Armada para pedirle que dijera que el operativo se había hecho a
petición suya y que obviamente su gobierno también había participado en él…
Regaño
de Almeida pareciera montaje mediático
El
caso es que como parte de esa intentona por lavarse el estiércol de la
corrupción de su talante, el jefe de la policía, Hiram Almeida, convocó a los medios de difusión para que
atestiguaran una «reunión urgente» con 140 mandos, a quienes ordenó aplicar correctamente los
protocolos e, incluso, les repartió algunos documentos que contienen las
normas que rigen el actuar de los uniformados… Todo eso tras de la presión
mediática por la forma en la que se detuvo al joven Marco Antonio Sánchez el pasado 23 de enero, lo que llevó a Almeida a recordar las reglas a 89
mil policías adscritos a la Secretaría de Seguridad Pública… Curiosamente, en
este espinoso y hediondo asunto de la detención arbitraria del menor de 17
años habrá que notar que las propias autoridades se lavaron las manos, debido
a que apenas lo encontraron, dieron inicio a una campaña enfocada al manejo
mediático y una actividad inusual en redes sociales, orientada a descalificar
las movilizaciones y reclamos de la sociedad capitalina… Incluso, no se
descartó que la desaparición de algunos de los policías involucrados haya
sido manejada desde la oficina del propio Almeida, como parte de la estrategia para hacerlos que se
memorizaran algún guión qué recitar ante los medios de difusión…
Mando
de la SSP retenido en Guerrero
Porque
(qué casualidad), Ubel Mora, el
uniformado que huyó hacia Guerrero, apareció tras de que de su corporación fueron
a buscarlo a Guerrero y de inmediato se presentó en la Comisión de Derechos
Humanos de la Ciudad de México como parte del expediente de queja que inició
el organismo. Y sobre todo cuando la patrulla con matrícula MX-805-P1, en la
que Marco Antonio Sánchez fue
detenido el 23 de enero, ya tenía denuncias de extorsión hechas por un
usuario de Twitter… Como pudo saberse, en Guerrero fue retenido durante un
día por autoridades comunitarias y vecinos de Tecoanapa Álvaro Sánchez Valdés, tercer mando de la Policía de la Ciudad de
México, al que acusaron de robo y abuso de autoridad. De acuerdo con
informaciones, los comunitarios y vecinos de Pochotillo retuvieron a agentes
capitalinos al acusarlos de abusos, luego de presuntamente ingresar a la casa
de la madre del elemento buscado (Ubel
Mora), a la cual habrían detenido e intentado subir a una patrulla; sin
embargo, los pobladores evitaron que se llevaran a la mujer de 75 años… Además,
los habitantes de la comunidad acusaron a los policías de haber sustraído dos
mil pesos en efectivos, dos tabletas electrónicas y dos teléfonos celulares… Así
que de vuelta con Almeida, su regaño
a los mandos policiacos por no cumplir con los protocolos de actuación —tanto
de detención como de liberación—, debido a que estos «siempre tienen que
estar apegados a la legalidad y los derechos humanos», debió haber sido un puro
y vil montaje. Porque en ningún momento ha dado muestras de estar molesto por
la corrupción que tiene infectada a esa corporación, como aquí lo hemos
señalado en diversas ocasiones… Sobre todo en el sector Mixquic, de la
delegación Tláhuac, que es de donde hemos obtenido varias denuncias de
elementos que han sido presuntamente extorsionados por sus superiores…
Denuncias
de corrupción ignoradas hasta por EPN
Las
denuncias de corrupción en la policía de la Ciudad de México por parte de
elementos de dicha corporación ha sido la constante, al menos desde 2015
cuando una mujer uniformada que se acreditó como elemento en activo de la
Policía Auxiliar del Distrito Federal, en un video dirigido al presidente de
la República, Enrique Peña Nieto,
y a la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), pidió frenar la
corrupción, arbitrariedades y tráfico de influencias que supuestamente ejercía
el llamado «Jefe Apolo», Luis Rosales
Gamboa… Tampoco las cartas al secretario Almeida han sido atendidas por la autoridad, como la que firmaron
elementos del sector Mixquic de Tláhuac quienes con indignación denunciaron
«una vez más» la forma «impune y corrupta» con que el segundo inspector César Arnaiz dirige esa UPC (Unidad
de Protección Ciudadana)… Para Almeida,
con tal de bajar la presión mediática a las corruptelas que en la dependencia
a su cargo suceden, siempre será más fácil regañar y ordenar la
redistribución de reglamentos y normas así como del protocolo de actuación policial
que atreverse a matar la gallina de los huevos de oro que tantos beneficios les provee… Al tiempo.
|
No hay comentarios:
Publicar un comentario