jueves, 29 de septiembre de 2022

Ejido de Tlaltenco sin asambleas, pero sí eventos de aerobics y ‘perreo’

 

 

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Ejidatarios dicen que quizá alguien se beneficia con la desorganización que propicia la mesa directiva del comisariado ejidal, porque así no hay respuesta a los despojos del crimen organizado.

Ejidatarios de Tlaltenco en la Alcaldía Tláhuac lamentaron que ante la serie de anomalías y conflictos que enfrentan de unos años a la fecha, derivados de invasiones y despojos de parcelas y terrenos a sus legítimos propietarios por parte de bandas del crimen organizado y, sobre todo, ante la indiferencia de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, la comisaría ejidal no se ha preocupado por convocar a una asamblea informativa para analizar y discutir la situación.

Es el único ejido en México donde en lugar de que la mesa directiva convoque a una asamblea, se dedica mejor a organizar sesiones de aerobics y «perreos» en el ejido, como denunciaron a NosotrosMSR un grupo de ejidatarios que, dijeron, están hartos de la situación de negligencia e ineptitud que ha caracterizado por años a las mesas directivas.

Los ejidatarios señalaron a quien funge como comisario ejidal, Juan Manuel Romero Santillán, de ser incapaz de resolver problemas inherentes al núcleo ejidal, debido a que se niega a convocar a una asamblea informativa para aclarar la situación que de unos años a la fecha se vive porque, según ha justificado, el salón ejidal en Paseo Nuevo está en riesgo de colapso por falta de mantenimiento.

«O posiblemente estará en contubernio con los invasores o autoridades», dicen los ejidatarios, para que prevalezca la desorganización y los vivales y autoridades puedan seguir haciendo de las suyas. No se debe pasar por alto que mandos policíacos brindan protección a dichas bandas para que operen impunemente.

La Guardia Nacional sólo puede intervenir cuando
los invasores están cometiendo el delito

No hay asambleas, sólo clases de aerobics

Sin embargo, el salón ejidal sí está en condiciones para ofrecer clases de aerobics al público en general, cuyo instructor es Antonio Leyte, supuesto presidente del consejo de vigilancia y jefe de brigada de la Corena (Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo Rural), quien «se auto renta» el espacio, de acuerdo con los ejidatarios.

«No ha habido asamblea en dos años y medio, tampoco asesorías, mucho menos apoyos que se hayan gestionado con el gobierno de la Ciudad. No hay nada. En el tiempo que lleva Romero Santillán como supuesto comisario no ha habido informes de ningún tipo», afirmaron.

«Esto de los aerobics los de la mesa directiva del comisariado no lo ven mal, aun cuando es una actividad peligrosa por los movimientos que requiere ese deporte; pero una asamblea, ¡ah, no!, eso sí es de muy alto riesgo y extremadamente peligrosa para los compañeros ejidatarios», ironizaron.

«El mayor riesgo de una asamblea es dar información, tal vez eso sea de mucho peligro, pero para los de la mesa directiva», manifestaron.

Brigadas de vigilancia, ¿para qué sirven?

Dijeron que los ejidatarios desconocen las funciones de las «brigadas de vigilancia» de la Corena o, simplemente, «no sabemos para qué están».

«Lo único que se sabe es que cobran mes a mes una cantidad buena de dinero».

«El caso es que el consejo de vigilancia brilla por su ausencia –establecieron–. El compañero Antonio Leyte funge como jefe de brigada y a su vez es el presidente de vigilancia del ejido».

Asambleas no, pero para «perreos» si hay disposición

Relataron que el viernes 16 de septiembre «con permiso de quien sabe quién» se llevó a cabo un evento de «perreo» en el ejido, a partir de las 17 horas, en el predio conocido como Los Lavaderos; testimonios de vecinos dieron cuenta de que en el lugar hubo venta de bebidas alcohólicas debido a que en plena vía pública fueron instaladas «dos carpitas», además de una enfrente del evento.

«La ley seca que había sido decretada por la autoridad en Tláhuac ahí se la pasaron por el arco del triunfo», comentó un ejidatario.

Además, el sonido fue muy molesto para los vecinos por el alto volumen que mantuvieron los organizadores del «perreo» que terminó alrededor de las cuatro de la madrugada del sábado 17 de septiembre.

Lo anterior, aunado a que «la calle quedó llena de basura y hedionda a orines, sin contar el ruido de las motos y los arrancones de los vehículos». Nadie solicitó permisos para llevar a cabo el «perreo» callejero, los organizadores ni siquiera se tomaron la molestia de pedir la anuencia de los vecinos, mucho menos avisaron con antelación al evento.

Quizá las autoridades ejidales esconden algo

«Para eso sí hay disponibilidad, pero para celebrar una asamblea con los ejidatarios nunca hay condiciones. Será porque esconden algo estas autoridades ejidales que no quieren hacer asambleas, porque por obligación la tienen que realizar», dijeron.

A decir de ellos, el campo estaba árido, «hasta que en lo individual los compañeros ejidatarios se organizaron para trabajar en equipo y se dieron a la tarea de investigar, por sus propios medios, cuáles eran los programas de gobierno para el campo», precisaron.

«Es sabido que solamente los más allegados a las dizque autoridades del Comisariado son los que obtienen y reciben apoyos de cualquier índole».

El argumento de algunos ejidatarios acerca de que «las tierras no son productivas», también se debe a que desde hace cinco años y medio no se ha dado difusión de los programas de gobierno para reactivar la productividad del campo en Tláhuac.

«En resumidas cuentas, no se ven avances en ningún aspecto», dijeron los ejidatarios de Tlaltenco.

Probablemente el comisario ejidal no sepa ni lo que es

Otra de las interrogantes para los ejidatarios es si el comisario ejidal «sabe lo que significa su representación o sólo ocupa el cargo, como lo han hecho otros más, sin tener la capacidad para resolver los problemas del ejido», cuestionaron.

«En resumidas cuentas hay mucha gente que tiene cargo en la mesa directiva, pero ni por eso hay avances ni se brinda ningún tipo de atención a los compañeros ejidatarios», indicaron.

Ineptitud, característica de las mesas directivas

Por lo pronto, las anomalías persisten en el ejido de San Francisco Tlaltenco, por lo que cansados de llevar años con el mismo patrón de ineptitud en la mesa directiva, decidieron dar sus testimonios acerca de la situación.

«Siempre son los mismos grupos, grupos de antaño que se pelean el cargo para después, cuando ganan, no hacen absolutamente nada por el ejido», lamentaron.

«Queremos gente nueva, de trabajo, gente que quiera su tierra y a su pueblo, en vez de eso, como siempre, nada más la están saqueando y engañando. Por eso es que estamos hartos», concluyeron.


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