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Memorias del general en micrositio |
Casi dos millares de
documentos, pertenecientes al archivo personal del general Lázaro Cárdenas
del Río (1895-1970), fueron devueltos por el Instituto Nacional de
Antropología e Historia (INAH) a sus familiares, representados por el
ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, en un acto que constituyó el punto
culminante de un proyecto de conservación, catalogación y digitalización,
realizado sobre el citado corpus por personal de la institución.
El archivo del general
Cárdenas, apuntó Baltazar Brito, se compone por un total de mil 855
documentos, entre diarios de su periodo presidencial, transcripciones,
correspondencia familiar, laboral y política, hojas de servicio, diplomas,
hemerografía, fotografías, acetatos y discursos –uno de ellos grabado en
formato LP–, que se agruparon en 744 registros y seis expedientes
principales.
Los documentos fueron
digitalizados por la empresa Janium, por lo que fue creado un micrositio en
la página web de la biblioteca (www.bnah.inah.gob.mx) donde ya puede
consultarse la documentación.
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La familia Cárdenas en el INAH |
La entrega del acervo la
hizo Diego Prieto Hernández, director del Instituto, así como por la
historiadora María Teresa Franco, en cuya se gestión al frente del INAH se
dieron los primeros acercamientos con el ingeniero Cárdenas Solórzano.
Prieto recordó que fue justo el general Cárdenas quien, durante
su gestión presidencial, instruyó que el Castillo de Chapultepec dejase de
ser residencia oficial para convertirlo en museo y espacio de divulgación
cultural, a la vez que decretó la creación del INAH.
A decir de Cuauhtémoc
Cárdenas, la familia recibió «un mejor y más cuidado archivo», al tiempo que
se cumple el anhelo familiar de ponerlo a disposición de historiadores y
público en general.
Fue hasta finales de
2017 cuando el cuerpo documental pasó temporalmente a manos de investigadores
y especialistas.
Fueron 10 meses de
labores de conservación y catalogación, a fin de estabilizar la documentación
al retirar clips, folders y carpetas en mal estado, para posteriormente
colocarla en guardas de papel cultural y, en el caso de las fotografías,
soportes de Mylar; ambos materiales libres de ácidos.
En su diario, por
ejemplo, Lázaro Cárdenas plasmó lo que pensaba sobre los acontecimientos
político-sociales que ocurrieron durante su gestión, pero también de una
excursión que hizo al Iztaccíhuatl en mayo de 1942.
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