Aguascalientes, peligrosa ciudad rebasada por la delincuencia

Mercado Sobre Ruedas

Información Las autoridades son incapaces de contener la ola delincuencial que tiene posicionado al estado como uno de los más inseguros del país, donde dos restaurantes, El Buen Santiago II y La Oveja Junior, propiedad de una familia de Tláhuac que cambió su lugar de residencia a esa ciudad, han sido asaltados 18 veces en un lapso de ocho meses, ante la abulia e inoperancia de la Fiscalía General para abrir una carpeta de investigación. Fotografía: elclarinete.com.mx (Escala la percepción de inseguridad en Aguascalientes) El incremento en los niveles de inseguridad en la ciudad de Aguascalientes y que han llevado a la entidad a puntear a nivel nacional en delitos de alto impacto, como son extorsión, robos a vehículo, a casa habitación, a negocio y a transeúnte, según estudio realizado por el Observatorio Nacional Ciudadano, tiene entre sus víctimas a dos restaurantes especializados en barbacoa y comida típica mexicana que han sido asaltados 18 veces en ocho meses. Uno es el restaurante El Buen Santiago II, ubicado en Boulevard Juan Pablo Segundo y Calle 80, en la Colonia Santa Imelda, el cual ha sido asaltado tres veces en menos de tres meses. El otro es La Oveja Junior, que se localiza en Avenida Aguascalientes 719, Fraccionamiento El Moderno, el que a decir de su propietaria, Beatriz Fernández Bautista, ha sufrido 15 asaltos en un lapso de ocho meses. La madrugada del pasado viernes los delincuentes entraron al restaurante El Buen Santiago II, el cual es propiedad de su hija, por lo que se presentó a levantar la denuncia a primera hora en las instalaciones del Ministerio Público de Héroes de Nacozari y Virrey de Mendoza, Colonia San Luis. Sin embargo, en la Fiscalía General del Estado cuyo titular es René Urrutia, demostraron que la indolencia e ineptitud que caracteriza al personal que ahí labora hacen prácticamente imposible que la justicia pueda combatir las bandas de criminales que han rebasado a las autoridades, al burlarse literalmente de las víctimas que aun a sabiendas de que acudir ante esa instancia es ir nada más a perder el tiempo, aun así decidieron hacerlo. «De entrada luego de levantar la denuncia correspondiente nos dijeron que para todo el municipio de Aguascalientes solamente había dos peritos en asuntos de robo –señaló a MSR Nosotros la señora Beatriz Fernández–, que lo mismo ‘podían ir el sábado, domingo o hasta el lunes, y si no cualquier día de la semana, pero que los peritos en huellas dactilares esos sí tenían que ir ahora’. Pero pasaron cinco horas y nunca llegaron, por lo que al comunicarme al Ministerio Público la persona que me contestó me pidió que le diera veinte minutitos; transcurridos estos volví a llamar y me dijo, ‘no, ¿sabe qué?, deme media hora porque no me contestaron’; luego ‘márqueme en cuarenta minutos’». Cuando la denunciante le dijo que ya no iban a hacer nada el tipo del MP le dijo que finalmente él no pertenecía a esa área. «Pues por ahí hubiera empezado», le reclamó contrariada la señora Fernández. Entonces aquel le pidió que se comunicara a la extensión 317 y pidiera hablar con Salvador Calzada, jefe del departamento de robos, quien le dijo que los peritos acababan de llegar (a las cuatro de la tarde) «porque andaban en un evento». El caso fue que la afectada no tuvo más remedio que quedarse desamparada de la justicia aguascalentense, ante la inoperancia de quienes trabajan en la Fiscalía General del estado. Restaurante que ha sido asaltado tres veces en menos de tres meses En el MP acabaron burlándose de las víctimas de robo A decir de Beatriz Fernández, «la primera vez que asaltaron el restaurante de mi hija (El Buen Santiago II) los delincuentes sacaron una arpilla de limones, cuchillos, una bandeja de plástico grande de jarros. La segunda vez se llevaron una mesa de trabajo de acero inoxidable de grado alimenticio que vale como unos cinco mil pesos. Esta vez entraron a la bodega y la vaciaron toda, se llevaron la báscula, el horno de microondas, vaporeras, hielera, machetes y cuchillos, se la vaciaron toda». Por su parte, «a mí me han robado en La Oveja Junior unas 15 veces en un lapso de ocho meses, hasta las cámaras de seguridad botaron con un tubo para que no hubiera evidencia», dijo. Sumamente contrariada por la nula respuesta de quienes trabajan en el Ministerio Público para ir a constatar el robo e iniciar la investigación correspondiente, Beatriz lamentó la indolencia de los burócratas que simplemente acaban burlándose de la desgracia de quienes son víctimas de la delincuencia organizada. «No podemos vivir en el miedo» «No se vale que no hagan su trabajo, que se esté permitiendo tanta delincuencia y tanto robo, y la verdad no hagan su chamba», indicó. Consideró que el gobierno de Aguascalientes «está muy mal porque sus autoridades y su policía no trabaja como debe de ser, han estado robando constantemente a domicilios y negocios y ellos no hacen su chamba». Tras de reconocer que nunca antes había acudido al Ministerio Público a levantar una denuncia, a pesar de que ya habían asaltado su establecimiento de servicios 14 veces, finalmente se decidió denunciar y, sí, lamentablemente constató que hacerlo significa pura pérdida de tiempo porque los burócratas del MP no le dieron ninguna respuesta. «Pero no podemos vivir en el miedo, caramba, por eso están pasando las cosas que pasan, porque uno no denuncia», refirió. «Yo nunca levanté ninguna denuncia porque sabía que era una perdedera de tiempo –comentó la empresaria restaurantera–, pero suena irrisorio, porque la primera vez sí arrasaron con todo debido a que hasta entraron con camioneta, se llevaron vaporeras, seis hieleras, tres básculas, cuatro tanques de gas grandes, machetes, cuchillos, carne del refrigerador; vaciaron mi negocio, se llevaron hasta tenedores, cucharas y refrescos. Después se volvieron a meter por la báscula que había comprado porque no entendí, seguí dejando aquí mis cosas, y el horno de microondas». «La tercera vez se volvieron a meter por otra báscula, cuchillos y machetes, y como vi que esto ya era constante me empecé a llevar todo. Las otras veces ya entraron por el queso, asadero, chorizo, por carne que yo llegaba a dejar aquí, y ya últimamente era por el Nescafé, el azúcar y si no había refrescos se tomaban las cervezas que encontraban», apuntó. «La última vez que se metieron después de que puse ya pura herrería como protección levantaron una parte por donde nada más cupo una grabadora tipo cilindro, fue la última vez que se metieron a La Oveja Junior», asentó. «Ya es una majadería que constantemente esté pasando esto y la policía como si nada», condenó. La policía y la carabina de Ambrosio Tras de «cortarle la cabeza» al anterior jefe de la Policía Municipal de Aguascalientes, Héctor Benítez López, apenas el pasado nueve de septiembre Antonio Martínez Romo lo relevó en el cargo de secretario de Seguridad Pública municipal, con el apoyo unánime de los regidores del Partido Revolucionario Institucional (PRI) debido a que, dijeron estos, «urgía un cambio en la corporación policiaca municipal para la mejora de la seguridad pública de la sociedad aguascalentense». La alcaldesa María Teresa Jiménez Esquivel se refirió entonces a la necesidad de que los mandos medios de la policía municipal trabajaran al parejo de su administración, porque según advirtió, si no había buenos elementos dentro de la corporación también podía haber una «limpia» en caso de ser necesaria. Incluso aseguró que había la coordinación necesaria con la Policía estatal, y planteó la necesidad de establecer una estrategia «con realmente mano dura», a fin de poder entrar a todas las colonias de Aguascalientes, por lo que había que involucrar a la Zona Militar, la Policía Federal, la Policía estatal y la Fiscalía. Y es que varias colonias de la capital de Aguascalientes están infestadas de narcomenudistas, por lo que en un reciente operativo que realizó el Ejército, así como las Policías federal y estatal, de plano dejaron fuera a la Policía Municipal debido a problemas en los mandos medios, según reconoció el propio gobernador Martín Orozco Sandoval. Sin embargo, para el regidor Mauricio González López aunque se elija a un buen secretario «la seguridad no mejorará si no hay una coordinación entre toda la administración municipal». Por su parte, el regidor Netzahualcóyotl Ventura Anaya denunció que ninguno de los miembros de la terna propuesta para elegir al secretario de seguridad pública nunca presentó un plan de acción para el caso de ser seleccionado, pero al estar planchado el nombramiento de Antonio Martínez Romo, regidores como Jennifer Parra Salas sólo se concretaron a exhortarlo «para que no defraudara a la ciudadanía». Desgraciadamente, la policía municipal y la carabina de Ambrosio resultó lo mismo, «no sirven de nada», ironizó Beatriz Fernández. Más fácil sacarse la Lotería Según un estudio, elaborado por la organización Impunidad Cero, la posibilidad de que un delito sea denunciado ante la Fiscalía General del Estado de Aguascalientes y se abra una carpeta de investigación en respuesta fue de 7.3 por ciento, en tanto que la efectividad de la investigación –que se determine si hay o no delito que perseguir así como un probable responsable– fue de 9.2 por ciento, casi cinco puntos por debajo de la media nacional, 14.1 por ciento. «La probabilidad de que se resuelva un hecho delictivo en esta entidad fue de apenas 0. 68 por ciento –por abajo de la media nacional de 0.90 por ciento–, mientras que la de resultar ganador de la Lotería, de 0.83% o una de cada 120, de acuerdo con el Índice Estatal de Desempeño de las Procuradurías y Fiscalías», señaló el articulista de La Jornada Aguascalientes Francisco Javier Chávez Santillán. Dos datos —En agosto de 2009 el secretario de Seguridad Pública de Aguascalientes, Jesús Manuel García, y el agente Arturo Cruz fueron arraigados 40 días por considerar que pudieron haber brindado protección y tener vínculos con organizaciones criminales de la entidad. —Apenas el pasado cinco de agosto, Jairo Ibarra Huízar, director de Seguridad Pública de Nochistlán, fue asesinado a balazos por sujetos armados luego de salir de un nosocomio en Aguascalientes, donde había acudido a visitar a uno de sus hijos que se encontraba internado.