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Del diario Record en su portada de hoy |
Al igual que cuando se
hacía creer a la sociedad mexicana que así como en cuestión de la terrífica y
devastadora política y según los propios y nocivos priistas ya había un nuevo PRI, de igual forma los corifeos
mediáticos del futbol mexicano llegaron a machacar hasta la saciedad en sus
espacios que en materia del espectáculo futbolero la decepción nacional o el equipo tricolor –como suelen llamarle al
vertedero de todos los males y complejos del individualismo de los de
pantalón corto del redituable negocio– contaba ya con la mejor generación de
futbolistas de todos los tiempos. Sin embargo, la decepción fue contundente y
la vuelta a la realidad angustiosa, principalmente para esas grandes legiones
de compatriotas que ven en el remedo de cracks
balompédicos a los contemporáneos próceres de la patria; pero sobre todo
cuando ya se creía superada aquella fatal etapa de los llamados «ratones
verdes» o «roedores verdejos», como allá por la década de los años 70 los
bautizó el periodista de deportes Manuel
Seyde, en el diario Excélsior…
Lo cierto es que el equipo de futbol representativo de Chile puso en su lugar
ayer sábado a la banda de mercenarios que lucra con el nacionalismo de
millones de mexicanos, tras de derrotar por siete goles a cero a los ratoncitos verdes, otrora fatuos y
ensoberbecidos cracks del futbol
profesional mexicanos que supuestamente triunfan
en Europa y por eso ya se sienten con derecho a mirar de arriba abajo a
quienes se atreven a cuestionarlos…
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El malestar tras de la derrota del publicitado equipo de remedos de contemporáneos próceres de la patria |
La historia se repite
Así como en la
actualidad se había consolidado la idea generalizada de que el futbol
mexicano ya era de primer mundo, debido a la medalla de oro conseguida en
Londres en 2012 y los dos campeonatos mundiales juveniles que se habían
obtenido, en marzo de 1978 y previo a la Copa del Mundo de Argentina, el
diario UnomásUno celebraba que en
menos de un año dos selecciones de jóvenes futbolistas mexicanos obtuvieran «posiciones
de indudable jerarquía», y daba ejemplos: «Subcampeones en Túnez (el primer
campeonato del mundo juvenil no oficial, por cierto –pero entonces no se
sabía–, celebrado en 1977), e igual colocación en la última versión del
Torneo de Cannes, cuya final se jugó hace 48 horas (el artículo fue publicado
el 29 de marzo). A ello se suma el triunfo de Cannes en 1975 y otras actuaciones
que llevan a la conclusión evidente: a nivel juvenil, el futbol mexicano es
una potencia mundial»… Dicho diario también subrayó que los resultados
rompían el viejo mito de que «la materia prima de México, en lo que hace al
futbol mexicano, es deficiente», porque resultaba por demás obvio que el
jugador mexicano estaba «» «a la altura de cualquier otro del mundo»… Pocos
días después, en un partido con «violentos incidentes», el representativo de
Perú derrotó a la selección mexicana en Los Angeles por un gol a cero,
cortándole «una racha de 14 victorias» (¿dónde hemos escuchado decir esto
antes?), pero los reporteros y demás «locotorros» del medio atribuyeron la
derrota a que muchos de los jugadores peruanos militaban en clubes mexicanos
y conocían «de memoria» a sus rivales… El 10 de mayo el mismo diario (en su
sección «Uno en los deportes») daba cuenta de la conclusión de la gira de la
selección por Europa: cinco partidos jugados, dos ganados (con un gol de
quiniela a un equipo de Finlandia que venía de perder 10-2 contra la
selección de la URSS que ni siquiera calificó para Argentina, y un sufrido
triunfo sobre el equipo Bochum, clasificado décimo cuarto en la Bundesliga,),
dos empatados (ante dos clubes de Alemania Occidental) y uno perdido (con una
selección de España que sólo había jugado 20 minutos y después se dedicó a
cuidar las piernas), seis goles a favor y otros tantos en contra, lo que
llevó al entrenador José Antonio Roca
a declarar en Bochum que por primera vez
«México saca resultados positivos en Europa»… Por ello, el diario
comenzó a advertir a sus lectores que no se debía permitir que la televisora
que manejaba el futbol en México comenzara a abrir «en derredor de este
equipo una esperanza desmedida»…
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A ver si los futbolistas mexicanos aprendieron un poco de lla resuelta actitud de los jugadores chilenos |
Inmadurez e ingenuidad
futbolística, los mismos males
Desde entonces (mayo de
1978) ya se señalaba a la inmadurez y la ingenuidad como los principales
defectos del futbolista mexicano. Pero en la sección «Uno en los deportes» se
apuntaban otros más: «…la sorpresa ante equipos que practican la ley del
fuera de juego o la carga desmedida; la lentitud física y mental para
elaborar la jugada ofensiva; el escaso aprovechamiento de todo el ancho
campo, son defectos que parten del subdesarrollo competitivo del futbol
mexicano»… Apuntes y observaciones que parece que fueron hechas tras de
concluido el partido de los futbolistas mexicanos ayer sábado contra los
chilenos… Por si faltara algo, debido a que tras de la apabullante derrota
algunos «locotorros» se refirieron a la falta de un líder en el equipo, «Uno
en los deportes» retomó lo que Roca había señalado en mayo de 1978, al
reconocer que al equipo tricolor le falta «un hombre como Grabowski (…) un supercrack capaz de
cambiar el destino de un partido en una jugada. No tiene un caudillo con la personalidad
y experiencia para tomar el timón cuando el equipo es dominado.
Sencillamente, carece de nivel para competir con posibilidades en el foro
máximo del futbol del mundo»… Aun así, en la euforia mundialista Roca llegó a asegurar que la
selección mexicana de futbol era la tercera del continente, apenas después de
Brasil y Argentina, y a cuatro días del inicio del Mundial de Argentina, Raúl el «Cora» Isiordia aseguraba que los jugadores estaban identificados con el
sistema implantado por Roca. «Me gusta este partido (ante el equipo de
Túnez) como para que debutemos con un triunfo y me gusta más el de Alemania
porque en ese se calificaría a la siguiente ronda (…) Sería de mucho
prestigio calificar a la ronda siguiente pasando sobre los campeones del mundo
(…) Pero aún si no se logra queda una segunda opción ante Polonia, así que
hay posibilidad»… Y en aquel 1978 esa fue la ilusión que se les vendió a los
aficionados mexicanos…
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El más grande fracaso del equipo de futbol mexicano en un torneo oficial |
Vuelta a la realidad
La segunda edición del
diario Últimas Noticias del viernes
dos de junio de 1978 cabeceó con grandes titulares y en tinta roja: «Son Ratones 1 a 3». Por su parte, El Gráfico tituló: «Humillante 3-1
Ante Túnez ¡Perdieron!». En
tanto que el Diario de México publicó a ocho columnas: «El ridículo Cayó México 3-1»… Apenas
en el segundo día de iniciada la Copa del Mundo en Argentina los futbolistas
mexicanos habían sufrido su primera derrota ante un menospreciado rival como
era el representativo de Túnez. De ahí que para el sábado tres de junio la
edición vespertina del Diario de México
anunciara con grandes letras en sus ocho columnas: «A la Federación Mexicana
de Futbol Amenazas e injurias».
Pero eso no fue todo, en la parte superior izquierda y debajo de una
fotografía de Brooke Shields venía
otra noticia que aunque relacionada con la nota roja tenía mucho que ver con
la Copa del Mundo: «No soportó el ratonero 3-1 y se mató»… Por su parte, la
edición del mediodía de El Sol de
México tituló «La derrota costó 250 millones» y entre las noticias de
primera plana venía ésta: «Pocos trabajaron tras la amargura que dejó la
caída»; «Para Túnez es como fiesta nacional»; «México labró el 3-1… Se perdió
la fe», y «Todos jugaron mal y Roca metió la pata»… Tres días después la
misma edición del mediodía de El Sol de México cabeceó a ocho columna: «¡A rezar!». Más abajo se leía: «Hay que
pedir un milagro para ganar… o evitar la goleada», mientras que otra más
decía: «Dios ayuda a los buenos»… Pero a las seis de la tarde de aquel seis
de junio Últimas Noticias rotuló a
ocho columnas: «¡¡Eliminados!!...
Fracaso total ¡6-0!»… Finalmente, el domingo 11 de junio El Sol de México publicó en su primera plana una fotografía en la
cual se veía a los futbolistas mexicanos festejar con frenesí algo que el
diario apuntó en el pie de foto: «Júbilo.-
Los seleccionados mexicanos festejaron con euforia el único gol anotado ante
los polacos ayer en Mar del Plata. Los jugadores esconden en un abrazo a Rangel, autor del tanto»… Y a un
costado, con pequeña letra: «Con una derrota de 3-1 Acabó el Calvario de
México»…
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Lo de roedores verduzcos vino por aquello de que siempre se experimentaba con ellos en la cancha, y el colmbiano Osorio no se quiso quedar atrás |
Experimentos y ensayos el
cuento sin fin
Así que cuando se
suponía que por fin los de la decepción nacional en turno ya habían dejado
atrás el fantasma de los «ratones verdes», bautizados así porque con el
argumento de que siempre se experimentaba y ensayaba con ellos, como si
fueran pruebas de laboratorio, la llegada como entrenador del colombiano Juan Carlos Osorio significó el
enésimo retroceso futbolístico de los susodichos. Porque el presunto
estratega resultó ser un fiasco más de ese inacabable proceso de aprendizaje,
al improvisar y experimentar con el continuo cambio de jugadores en las
alineaciones, lo que hace inconcebible que pueda haber tanta testarudez ante
el hecho de que así como una orquesta no puede alcanzar la excelsitud musical
de sus integrantes si estos son sustituidos por el director en cada
concierto, tampoco un equipo de futbol va a consolidar nunca una estrategia
de juego debido a que los componentes del conjunto no pueden sincronizar sus desplazamientos
sobre la cancha… De ahí la pena ajena que dieron los contemporáneos roedores verduzcos ayer en el estadio
de Santa Clara, al deambular como estupefactos, medrosos y titubeantes, ante
los futbolistas chilenos que les dieron una muestra (como ya lo han hecho
otros de sus compatriotas en diferentes circunstancias, verbigracia los
mineros que sobrevivieron 69 días enterrados a más de 600 metros de
profundidad en 2010) de lo que es tener una resuelta actitud no sólo para el
futbol, sino ante la vida… Porque para ningún aficionado mexicano es
desconocido que por esa indolente actitud que por lo regular caracteriza a
los futbolistas mexicanos, tan conformistas y anodinos que llegan a parecer
en muchos momentos, si se hubiese dado el caso de que anotaran uno o dos
goles, inmediatamente hubieran replegado sus filas para defender tan magra
ventaja, así corrieran el riesgo de ser alcanzados y hasta superados. Después
de todo, habría sido la misma película de siempre… Sin embargo, ahora fue
diferente, el sacudimiento fue definitivo. Habrá que ver si el contundente
fracaso futbolístico queda en el anecdotario de los vividores del espectáculo
–léase los directivos de la federación Mexicana de Futbol– o, como sucede en
otros campos donde la productividad sí importa porque influye en el ingreso
de inversionistas privados y cuenta para el PIB nacional, el embaucador
colombiano continúa en su puesto y sólo quedará en hacerles que beban a estos
espantadizos cracks europeos y
domésticos, unos tés de gobernadora, ajenjo o cuasia para que se curen de pánico
y se les quite lo churriento… Y ahora sí que… al tiempo.
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