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Lo malo de la improvisación... Ni el sitio web de la delegación puede actualizar todavía |
Por aquello de las
promesas del dizque cambio verdadero
en Tláhuac que replicó hasta la saciedad el jefe delegacional Rigoberto Salgado, antes e incluso
después de haber conseguido el triunfo en junio pasado, no hay más que coincidir
con el sabio refrán del Más pronto cae
un hablador que un cojo, debido a que como aquí asentamos incluso previo
a que asumiera el cargo, su gestión por muy morenista que pintaba no iba a pasar de ser más de lo mismo… Y si
bien, luego de que a siete días de haber asumido el cargo el delegado del
Partido Movimiento de Reconstrucción Nacional aún no ha querido abrir a la
vista de la ciudadanía su lista completa de colaboradores, por aquello de que
en la misma había prominentes figuras del perredismo que como Gandhi Góngora evidenciaron su avidez
por continuar en un cargo público en Tláhuac –para ligar su cuarta administración
al hilo– al renunciar al Partido de la Revolución Democrática para sumarse a
Morena, faltando unos minutos para la asunción del «Rigoñas» (como lo bautizó
su ahora secretario particular), debido a que aquí dimos a conocer algunos de
los que ya estaban apuntados para hacer carrera junto a Andrés Manuel López vino posiblemente la reconvención superior y
todavía es hora de que nomás no sale a la luz la lista completa de «funcioñeros»
tlahuicas… Sólo algunos nombres. Como
Gloria Martínez, a quien el «Rigolfo»
la puso en la Dirección de Participación Ciudadana sin mayor mérito que el de
los usos y costumbres de quienes desde hace muchos años se pegaron a la ubre
presupuestal de la delegación Tláhuac para vivir a costa del erario, hacer
sus patrimonios y tirarse en la hamaca a disfrutar el trienio… De lo poco que
se ha podido saber es que el nuevo director de Recursos Materiales es un
individuo de apellido Guzmán y que
también ya sabe lo que es holgazanear de lo lindo en la administración
pública –huevonear y medrar con el cargo, por supuesto–… Dicho «funcioñero» estuvo
en el periodo de la corrupción –bueno, todas lo han sido, definitivamente– de
Fátima Mena en 2006, quien por lo
visto fue a la delegación Tlalpan a hacer una especie de posgrado en ya se
podrá usted imaginar qué; una especie de centro de alto estudios de la rapiña
tlalpense, una de las administraciones que se caracterizó por ser de las más
corruptas en materia de adquisiciones, donde estuvo como titular una de las
alumnas más aventajadas, Maricela
Contreras, del celebérrimo «señor de las ligas» de la honestidad valiente del Peje, el profe René Bejarano –profe en ciencias ocultas, no vaya a creer que en asuntos
del magisterio–, uno de los principalísimos factores para que los perredistas
perdieran esa demarcación justo ante una candidata de Morena… Sin embargo, el delegado de Tlahuac decidió
reciclar a Guzmán, sin ser tan
exigente como lo fue con el chapulín de Góngora
a quien sí le pidió que renunciara públicamente al PRD para poder aceptarlo
en su administración, a fin de encontrarle acomodo en Recursos Materiales… Algo que ciertamente está en sus facultades,
poner a quien le dé su regalada gana en donde quiera –a menos que a su jefe López alguno no sea de su agrado–, lo
malo es que se ponga de digno y farolón y salga a decir que él es el cambio
verdadero y demás trilladas soflamas, cuando en realidad ni siquiera está
reinventando el hilo negro, sólo acomodando a su equipo de acuerdo a sus
personalísimos intereses… Mientras tanto, el sitio web de la delegación
apenas se encuentra «en construcción». Y es que a siete días de que el «Rigoñas»
asumió el cargo, a sus exultados colaboradores la imaginación no les ha
alcanzado más que para poner en el portal un burdo speech acerca de que Tláhuac es una delegación que «renace»,
sangrona palabra que algún pretensioso se sacó de la manga por aquello de querer
significar que se vuelve a nacer cuando sólo se trata de una entidad
administrativa… Pero en fin, de ese tamaño están las improvisaciones… El caso
es que se afirma en el speech que Salgado Vázquez asumió «con gusto y
gran responsabilidad» el mandato que le confirió «la ciudadanía tlahuaquense»
–o apenas una parte de esta, tampoco se debe adornar mucho– el pasado siete
de junio, y que según esto el «Rigolfo» está consciente de los «grandes retos»
que implica esta nueva etapa de gobierno…
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En la administración pública de Tláhuac continuará la impunidad, así como lo lee |
Por lo pronto, y tras de que montó
todo un circo para decir que ya había denunciado ante la Procuraduría
capitalina a los de la pasada administración de Tláhuac por diversas
irregularidades administrativas, lo cual fue falso debido a que jamás mostró
ningún documento de la Procuraduría que acreditara su dicho, hay quienes
aseguran que para cuando Salgado se
plantó en el balcón del edificio delegacional para ver a los que el día de su
presentación en sociedad fueron a vitorearlo, esto es de arriba a bajo, como los déspotas del medievo solían mirar a sus
súbditos (o al peladaje como es
costumbre entre los de la clase política sin distinción de partidos referirse
al pueblo), los acuerdos con los uceperos
ya estaban más que planchaditos para que no la fuera a hacer de admirado porque,
de lo contrario, le iban a sacar a relucir sus trapitos al sol… Luego de la
reunión que sostuvieron morenistas
y uceperos en Temixco, Morelos, en
septiembre pasado, donde todo acabó como el final de un cuento de hadas por
aquello de todos felices y contentos y aquí no pasó nada, ni pasará, se palmearon las espaldas y se
juraron lealtad por el resto de sus días… Políticos, obviamente. Incluso, el «Rigoñas»
empeñó su palabra de que va a dejar que se concreten todos los proyectos de
construcción de unidades habitacionales que pronto comenzarán a ser
edificadas por el rumbo del «hotel de Flatimita»,
y que amarraron con los constructores los uceperos
antes de emprender las de Villadiego, obviamente con su correspondiente mochada…
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En Tláhuac parece también haber un remedo de Bronco |
De ahí que resulte admirable
que mejor Claudia Sheinbaum, la jefa
delegacional en Tlalpan –y que literalmente fue la que sirvió de tapadera del
Peje con el espinoso asunto de la
construcción de los segundos pisos en el Periférico–, haya sido quien ante lo
desolado que encontró en el edificio delegacional, donde únicamente halló una
mesa de cristal vacía, pero sin computadoras, expedientes de jurídico,
gobierno y obras, haya anunciado que apenas va, pero que irá, a denunciar los
hechos ante el ministerio público… Lo bueno es que a Sheimbaum sí le dejaron los perredistas en fuga una caja con
vales de gasolina con valor total de tres millones de pesos, no que en
Tláhuac ni el bolígrafo dejaron los uceperos,
cuando menos para firmar los dichosos vales… Pero repetimos, ni aun así, nadie en Tláhuac de la pasada administración será tocado ni con el más leve roce de la fricción de un memorándum
circunstancial para solicitar el inicio de una investigación en la
Procuraduría. Mucho menos en la alcahueta Contraloría Interna del gobierno
capitalino… En Tláhuac no habrá tiro entre
perredistas y morenos, después de todo no tiene por qué haberlo, son parte de
lo mismo, si acaso la culpa la tienen los incautos que creen que Salgado es capaz de consumar el
milagro de renacer a Tláhuac. ¡Por
favor!... Si ya ni necesario es que los de la Asamblea Legislativa legalicen la mariguana para que alguno en Tláhuac se ponga hasta el gorro de pacheco a fin de inventar eslogan propagandísticos en su delirio pachequil, que lo único que provocan por cierto es
risa y hasta lástima... Al tiempo.
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