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Fátima Mena regresa a la senda de la honestidad valiente
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Tras de enterarse (por una hermana que trabajaba en la Procuraduría del DF) de que un juez estaba a
punto de girar una orden de aprehensión en su contra en octubre de 2004,
acusado como probable responsable de haber actuado en cohecho en pandilla, por
haber exigido medio millón de pesos en efectivo y un pago extra de 60 mil
mensuales al empresario gasero Enrique
Medrano para dejarlo trabajar «tranquilamente» en la delegación Tláhuac, como
fue registrado en la averiguación fsp/bt1/
2373/04-09 de la Procuraduría capitalina, que incluyó también a la delegada Fátima Mena, Julio César Sánchez de Alba regresa a la administración pública de
la «honestidad valiente» del líder moral del partido Morena, Andrés Manuel López Obrador, como
director general de Obras y Servicios de la delegación Tláhuac… De acuerdo
con una nota periodística del ocho de octubre de 2004, «al parecer (Julio César Sánchez), escapó tras
enterarse de que un juez estaba a punto de girar una orden de aprehensión en
su contra. Según documentó Crónica
el pasado 23 de septiembre, Morales
y Sánchez –bajo las órdenes de su
titular, Fátima Mena– se reunieron
y mantuvieron diversas conversaciones telefónicas con el dueño de la gasera ‘La
Habana’. Las llamadas, indicó el empresario, se realizaron debido a que los
servidores públicos amenazaron con cerrarle su negocio ubicado en la
carretera Tláhuac-Chalco, número 226, Colonia La Habana, y para evitarlo
buscaron ‘negociar’», registró el diario capitalino Crónica… La ruta de la denuncia dio inicio el 22 de septiembre de
2004 cuando el empresario Enrique
Medrano denunció a Misael Morales,
director general Jurídico y Gobierno en Tláhuac –y quien pagó por ello yendo
a prisión–, así como al director de Licencias y Uso de Suelo, Julio César Sánchez, pero también a
la titular de la demarcación, Fátima
Mena, por el delito de extorsión… Más tarde, el 30 de septiembre de 2004 el
dueño de la gasera «La Habana» se presentó en la Procuraduría para ratificar
su denuncia y entregar las pruebas que consideró pertinentes, entre ellas una
grabación. Y ese mismo día denunció que el director de Seguridad Pública de
la delegación Tláhuac, Rigoberto
Salgado, actualmente jefe delegacional, lo amenazó de muerte para que detuviera
las acusaciones, según la información de Crónica de ese día… Lo cierto es que
pocos días después, cinco funcionarios de la delegación Tláhuac fueron
suspendidos a causa de la denuncia por cohecho que interpuso el dueño de la
gasera. Estos fueron, además de Morales,
el director de Licencias y Uso de Suelo, Julio
César Sánchez de Alba; pero también fue suspendido el director de Seguridad
Pública, Rigoberto Salgado, y el de
Verificación y Reglamentos, Juan Reyna…
Según el diario Crónica «en la
dependencia se dio a conocer que algunos de dichos servidores públicos fueron
removidos y los nombres de quienes los sustituirán: Joaquín Juvencio Pastrana Chávez se encargará en adelante del
área jurídica y de gobierno y Gabriel
Trinidad Mendoza (quien supuestamente regresa ahora a la administración
del morenista Rigoberto Salgado como responsable de la oficina de Licencias) ocuparía
el cargo de director del área de Licencias de Uso de Suelo»… En octubre de
2004 la renuncia de la jefa delegacional, Fátima Mena, era casi un hecho debido a que se le vinculaba con
diversos actos de corrupción. Sin embargo, es otra de las que regresa a la
administración delegacional de la «honestidad valiente»… De acuerdo con Crónica el ocho de octubre de 2004, ni
el director de Obras, José Trinidad
Mendoza, ni el de Licencias de Uso de Suelo de la delegación Tláhuac, Julio César Sánchez, considerados «probables
responsables del delito de cohecho en pandilla», según el procurador
capitalino Bernardo Bátiz, habían
sido localizados «por lo que, se cree, pudieron haberse escapado para evitar
ser capturados por la policía judicial» … Como se recuerda, entonces la
contralora interna Bertha Luján y
el procurador Bátiz exoneraron de
toda culpa a Fátima Mena, mientras
que Alejandro Encinas como secretario
de Gobierno interino declaró que mientras no se comprobara que la jefa
delegacional en Tláhuac estaba involucrada en algún ilícito, él mantendría la
relación institucional con ella… Al mes siguiente vendría el penoso caso de
los linchamientos de San Juan Ixtayopan, y por consiguiente el asunto de la
extorsión al empresario gasero quedó en el olvido, así como la orden de
aprehensión contra Sánchez de Alba
(debido a que Trinidad Mendoza nunca fue perseguuido por la justicia) y Rigoberto Salgado había regresado a ocupar su cargo como director de Seguridad Pública, donde operaba desde
antes del escándalo de corrupción, según afirmaban entonces diversas voces, la
organización de grupos de choque con gente de Iztapalapa para simular asaltos
(como uno que sufrió la revista Nosotros
en San Francisco Tlaltenco), accidentes y percances, contra los críticos de la administración delegacional.
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