| Fotografía SSC Ciudad de México |
Cuando el pasado 18 de marzo una
joven de 23 años abordó un taxi tolerado cerca de las 14 horas en el pueblo
de San Pedro Atocpan, en la Alcaldía Milpa Alta, para dirigirse a su
domicilio en el pueblo de San Antonio Tecómitl de la misma demarcación, no
imaginó que viviría una pesadilla.
Al llegar a su destino, la mujer
pidió al taxista que se detuviera y el chofer así lo
hizo, le pagó el servicio y después descendió de la unidad, pero
al caminar a su casa, ubicada al fondo de una cerrada, curiosamente no
detectó la presencia de un sujeto que la sorprendió al someterla por la
espalda.
O como quizás vio que se trataba de un
policía con patrulla en el lugar, la mujer se confió y ni atención le prestó.
El caso es que el agresor le
tapó la boca para que no gritara y le advirtió que por su bien más le valía
quedarse callada, de lo contrario, ahí mismo la «mataría».
Una vez que obedeció al sujeto,
éste le asestó fuerte golpe en la nuca, por lo que por un instante perdió el
conocimiento. Aun así, según el relato en su denuncia, dice haber
sido subida a un vehículo que «parecía una patrulla», donde el agresor le
tapó la boca y amarró las manos, para posteriormente abusar de ella.
Tras recuperarse, la joven pudo
ver que el hombre tenía toda la pinta de un policía debido al pantalón de «cargo» que traía, además de botas tipo militar
color negro, vestir playera color azul marino y chaleco antibalas sobrepuesto.
Consumada la agresión, el
vehículo fue echado a andar por un tercero en la escena del delito, el
atacante estuvo con ella en el asiento trasero todavía unos 15 minutos más de
tiempo, por lo que la víctima pudo ver durante el trayecto que la unidad
contaba con un radio de frecuencia similar al que portan las patrullas.
Al momento en que el vehículo se
detuvo, su agresor le dijo que conocía tanto a su pareja como a su papá, y
que el ataque sexual se había debido a «un encargo de Elizabeth», quien a la
postre resultó ser la ex pareja de quien ahora era su concubino.
El hombre que «parecía policía» dejó
que la joven descendiera del automóvil que «parecía patrulla», al que la
víctima describió en su denuncia como «de color blanco con verde»,
balizamiento similar al de las unidades de la Secretaría de Seguridad Ciudadana
de la Ciudad de México.
La joven presentó su denuncia
ante la Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, donde presuntamente
«se integra la carpeta de investigación por el delito de violación».
Se desconoce si aquello de que «parecía
patrulla» y si lo de su violador que también «parecía policía», al igual que
lo del balizamiento «similar» al de las patrullas de la SSC, no fue derivado
del «maquillaje» que en la Fiscalía capitalina al parecer han practicado por
años, a fin de encubrir a la corporación en un delito sumamente grave perpetrado
por dos servidores públicos.
Sobre todo cuando en temporada de campañas
políticas por la elección del próximo 2 de junio, el jefe de gobierno,
Martí Batres tiene toda la confianza puesta en su cuñado, Ulises Lara, para
que como encargado del despacho en la Fiscalía capitalina le apoye en su discurso
acerca de que el índice delincuencial en la Ciudad de México ha tenido
considerable descenso gracias a las políticas de seguridad pública
instrumentadas durante la llamada 4T.
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