| Mensaje que le envió Judith a la jefa de gobierno en junio de 2018 en su Twitter: «Vemos en ti a una líder indiscutible», escribió quien ahora también es candidata a la alcaldía |
Trascendió que la
candidata de Morena a la alcaldía Milpa Alta, Judith Vanegas,
tuvo cordial encuentro nada menos que con el celebérrimo «Señor de las ligas»,
René Bejarano, y su esposa Dolores Padierna, hace cosa de días.
El lugar donde se reunieron no fue dado a conocer ni mucho menos lo que ahí estos
tres personajes acordaron; sin embargo, nos dicen que el encuentro llegó a
oídos de doña Claudia Sheinbaum y fue entonces cuando ardió Troya.
Con eso de que en
el feudo morenista se están dando hasta con la cubeta por los cargos de
elección que habrán de ser factores importantes para los intereses de quienes
tienen ambiciones presidenciales en 2024, a la jefa de gobierno no le pareció
nada bien que su alfil en Milpa Alta anduviera juntándose con la competencia.
Nos aseguran que
doña Claudia se puso como energúmena y tras de enterarse de lo que
andaba haciendo doña Judith, de inmediato se comunicó con ella por
teléfono para advertirle que el amistoso
encuentro que había tenido con la ínclita pareja de Bejarano-Padierna hasta
le podría costar la candidatura.
Ahora sí que tanto
trabajo que le costó a la jefa de gobierno desarticular la candidatura a la
alcaldía Tláhuac de una alfil de don René para sustituirla por
una que le pusiera su aliado, el diputado local Rigoberto Salgado, para
que en Milpa Alta la señora Vanegas le vaya a salir con su domingo siete
con eso de aliarse con los del bando contrario en la lucha por la candidatura
que es la joya de la corona.
Porque, según versión
digna de todo crédito, la intención de doña Claudia era poner en
Tláhuac a su diputado de confianza como candidato a la alcaldía, tras de que
había acordado con el dirigente de Morena, Mario Delgado, de que ella tenía
vía libre para poner y quitar candidatos a las alcaldías en la capital del
país, mientras él se dedicaría de tiempo completo a atender lo concerniente al
proceso electoral en las entidades federativas.
Sin embargo, en donde
aquellos menos esperaron les saltó la liebre,
significada en el hecho de que fue doña Citlali Hernández, secretaria
general del partido, quien agarró por la libre
y decidió a nombre del partido que en Tláhuac y por cuestión de género la
candidata debía ser mujer, eso le echó a perder a doña Claudia el plan
que ya tenía de nombrar al cuestionado Rigoberto como candidato. Sobre
todo, y para entendernos en el argot de la pelota caliente que tanto apasiona
a algunos, después de subirse a la lomita y lanzar una recta de más de cien
millas a home, ni Mario ni la jefa de gobierno la vieron pasar hasta
que el ampáyer cantó el strike; y sin darles tiempo a reponerse de la
dimensión de la pedrada, Citlali designó a Adriana Espinoza de los
Monteros –del equipo del «Señor de las ligas»– como candidata de Morena a la alcaldía.
Lo anterior fue
motivo para que en los siguientes días en el feudo de Salgado anduvieran
con una corredera de los mil demonios a causa del coraje vivido, pero doña Claudia,
que para eso de los escapes y salidas rápidas algo le aprendió al gran Houdini
desde que estuvo en Tlalpan como jefa delegacional, se las arregló para que en
mancuerna con Mario Delgado sentaran a Citlali y la
convencieran de que con Adriana irían derechito a la derrota, por lo
que debían simular… perdón, sacarse de la manga una segunda encuesta y
relevar a Espinosa de los Monteros por Berenice Hernández, que no
es ninguna garantía de triunfo, por cierto, para Morena, aunque anden
presumiendo resultados de encuestas-sastre debido a que están hechas a la
medida del cliente. La única garantía para doña Claudia es que la
candidata ya no tendría el tufo de los bejaranistas.
Por eso ahora que
la jefa de gobierno supo de la regada de tepache hecha por Judith, lo
menos que le dijo en la conversación telefónica fue la despedida, así que la milpaltense
vio pender de un mechón de su luenga cabellera la candidatura. Lo bueno para Vanegas
es que difícilmente podría haber dos descabezados al mismo tiempo y en el
mismo establo, porque se asegura que don Octavio Rivero Villaseñor ya estaría
oliendo a candidato fallido por el distrito siete local. Y es que al alcalde
que jamás pidió licencia con 90 días de anticipación como debió haber hecho,
a fin de poder ser candidato, los morenistas no le perdonan que haya sido un
chapulín de la grilla politiqueril
que se la pasó brincando de partido en partido hasta sentir que había caído
blandito en Morena. Así que habrá que esperar a lo que suceda en los siguientes
días. Al tiempo.
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