| Presunta víctima de robo que presentó identidad falsa |
Noticiudadana.- La supuesta víctima de un asalto fabricado por
elementos del sector Quetzal, de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) y
ministerios públicos de la agencia Iztapalapa 5 de la Fiscalía General de
Justicia (FGJ), ambas de la Ciudad de México, se acreditó con una identidad
falsa, revelaron familiares del joven actualmente preso en el Reclusorio
Oriente debido al dicho de aquel de que lo asaltó.
Según la carpeta
00383/03/2021, la supuesta víctima dijo llamarse Luis Ángel López Muñoz,
de 22 años, haber laborado como policía preventivo de la SSC, con placas
560983, así como haber sido compañero del Miguel Ángel Soriano Hernández,
placas 1124688, sindicado de ser uno de los fabricantes de los delitos contra
el joven preso de manera injusta.
Soriano Hernández
es señalado por ser uno de los policías que allanó el taller mecánico donde
fue secuestrado el uno de marzo de 2021, 30 minutos antes de que el joven
fuera detenido y acusado de haber asaltado con violencia a un transeúnte. El
policía del sector Quetzal también es señalado de haber disparado ese día
contra el padre del joven.
Según las
investigaciones por parte de la familia Torres Mancilla, con base a un
acta de nacimiento obtenida en Arcos de Belén, Luis Ángel es un niño de 10
años.
El supuesto
asaltado dijo vivir en la Colonia Desarrollo Urbano Quetzalcóatl, donde con
fotografía en mano fue ubicado, pero resultó ser un joven de 18 años que
llamarse Joseph, a quien vecinos de la colonia identificaron como vendedor de
postres en la zona y familiares rechazaron que se llamara Luis Ángel López
Muñoz.
La pesadilla de la
familia comenzó el 20 de diciembre del 2019 cuando Karla Meade Montaño –sobrina
del señor Abraham Torres, padre del detenido– y su esposo, Cesar
Augusto Márquez Espíndola, empezaron a ir al taller que la familia Torres
Mancilla tiene en la Calzada Ermita Iztapalapa 2751 a querer despojarlos del local,
pero como mostraron documentos que avalaban la legítima propiedad del
inmueble ya no procedió la denuncia de aquellos.
La familia Torres
Mancilla procedió a levantar varias actas en distintas fiscalías, sin que hayan
procedido debido a que la policía, aseguran, está del lado de Karla, ya que
siempre llega en compañía de elementos uniformados y jactándose de ser parte
de la banda del «Güero Fresa», señalado de dedicarse a extorsionar a
comerciantes de la zona.
La negligencia de
la SSC y la FGJ dieron impunidad a los tripulantes de una motocicleta que a
las 18:30 del jueves siete de mayo de 2020 intentaron ejecutar a Abraham en
Iztapalapa.
Abraham fue
atacado a balazos cuando estaba en la esquina de la Calzada Ermita Zaragoza y
la Calle Emiliano Zapata, en la Colonia Santa Cruz Meyehualco, de donde los
tripulantes de una patrulla de la SSC decidieron trasladarlo a una clínica
particular, de donde se retiraron de inmediato sin tomar datos ni dar tiempo
a la familia de apuntar el número de la unidad.
El apoyo de la SSC
fue solicitado por medio de la cámara de vigilancia ID 8376, en el lugar de
incidente, y según las primeras versiones, los sicarios que se desplazaban en
una motocicleta negra, de pista, gritaron que iban de parte de una persona
con quien la familia de la víctima mantiene un litigio por un terreno.
Mientras recibía
los primeros auxilios en la clínica particular por una herida en la frente,
con entrada y salida, familiares fueron a la agencia 9 de la Fiscalía
Desconcentrada de Iztapalapa, donde el personal de guardia se negó a recibir
la denuncia, al argumentar que no tenían validez documentos de una clínica
particular y se requerían los de un hospital público, donde se les tomaría la
declaración.
La negativa del MP
Iztapalapa 9, obligó a la familia de Abraham a trasladarlo por seis
hospitales públicos de la Ciudad de México para terminar en el de Xoco, donde
después de cinco horas tampoco recibió atención médica de emergencia, por la
contingencia del coronavirus, debido a lo cual terminó siendo atendido en la
casa de un familiar.
El Ministerio
Público adscrito a Xoco tampoco tomó su declaración, lo que ha permitido a
los sicarios continuar en libertad y crear condiciones para que los hechos se
desvanezcan, dado que el lugar se encontraba sin resguardo alguno, 24 horas
después de ataque.
Ese día llegaron
policías en 10 patrullas, pero se negaron a seguir a los agresores, al
argumentar que sólo había sido un cachazo.
El 21 de mayo la
familia de Abraham se dirigió entonces a la Coordinación General de Investigación
Estratégica en la Fiscalía de Investigación de Homicidio, donde quedaron en
checar cámaras del C5 y cámaras de fábricas o casas cercanas, por donde
huyeron los delincuentes.
Cuando salen de su
domicilio para dirigirse al médico a sus chequeos, personas desconocidas y la
familia fotografió a uno de los agresores, y cuando se dio cuenta de que
había sido descubierto cruzó la acera; la familia habló a la policía del
cuadrante y se presentaron en el lugar, pero se encaminaron en dirección
opuesta a que se les indicó que había tomado el individuo.
La familia al
temer por su vida, fue a Iztapalapa-10, pero ahí les dijeron que no se les podía
atender debido a la contingencia.
Por consiguiente,
los agresores siguen libres como consecuencia de la falta de respuesta de las
autoridades
El 21 de octubre de
2020, con policías del sector Iztapalapa, la sobrina de Abraham se presentó a
sacar fotografías, agredirlos verbalmente y amenazarlos de muerte; otra vez no
les hicieron caso en el MP, se les dijo que él había autorizado a que se tomaran
fotografías debido a que ella había denunciado primero.
El 13 de enero del
2021, alrededor de las 11:30 de la mañana, la familia atendió una llamada para
un trabajo en un domicilio de la Colonia La Conchita, en Tláhuac, donde ya
los esperaban tres personas, quienes los atacaron a balazos en la camioneta donde
se desplazaban. Luego de maniobrar el esposo forcejó con uno de los
individuos que se acercó a la ventana del vehículo, pero logró pisar el acelerador
y alejarse del lugar.
Policías del
sector Zapotitla detuvieron ciertamente a los agresores, pero ya en el MP de
Tláhuac 1 falsearon la secuencia de los hechos y, en versión contraria a de las
víctimas, permitieron que familiares de los agresores les pasaran ropa
diferente a la que traían al momento de ser detenidos, y los sicarios fueron
liberados por el juez de control por contradicciones en el expediente.
Cuando las
victimas preguntaron en la Fiscalía de Tláhuac por el avance de las
investigaciones, les respondieron que el expediente se había ido al Bunker,
sede de la FGJ, por lo que para ellos el caso estaba cerrado. Eso ha garantizado
impunidad a los implicados.
El uno de marzo de
2021, policías de sector Quetzal allanaron sin orden judicial y con lujo de
violencia el taller mecánico, donde la madre del joven relató lo siguiente:
«Le grité que por
favor ya no nos pegaran y le pregunté a mi hijo Abraham si estaba bien, fue cuando
uno de los policías dijo: ‘¿este es Abraham?’, y vi cómo se llevaban a las
19:30 a mi hijo sin ninguna orden, a rastras y golpeándolo, sin decirnos a
donde se lo llevaban».
La familia lo buscó
por varias agencias y lo ubicaron en la agencia Iztapalapa 5, a donde fue
remitido a las 19:50 por robo a transeúnte agravado.
El MP hizo caso
omiso a la denuncia contra los policías y de inmediato consignó al joven y se
negó a proceder contra ellos, al argumentar que solo cumplían con su trabajo.
El incidente fue reportado por teléfono a asuntos internos de la SSC y a
Visitaduría de la FGJ, donde se negaron a presentarse al lugar, aun cuando
habían asegurado a la familia que ya iban en camino.
La abogada de
oficio Alma Castillo Guevara comentó a la madre de Abraham que su hijo era un
delincuente, y lo que se pretendía presentar como prueba de su inocencia no
servía. Las pruebas incluían videos y testimonios de testigos, por lo que mejor
era que se declarara culpable y se fueran a juicio abreviado, lo que obligó a
la familia a recurrir a un abogado particular.
En dicho caso se
tienen demasiadas irregularidades, el MP no presentó más pruebas que los
dichos de la supuesta víctima y los policías, sin que hayan ratificado sus
declaraciones, además de que no se le ha podido localizar a la presunta
víctima en el número de teléfono celular que dio como referencia.
Previo al ataque
de los policías al taller, el sector Quetzal se ha negado a prestar las
medidas cautelares establecidas por el MP de Tláhuac 1, en su calidad de
víctimas.
La SSC, la FGJ y
el gabinete de Seguridad Ciudadana y Procuración de Justicia de la Ciudad de
México, tendieron una coraza de protección institucional en torno a los
implicados, en uno de los casos liberación de sicarios y fabricación de
delitos contra inocentes.
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