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Total, la corrupción somos todos |
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Y lanzó la primera piedra... |
Tras de aquella parodia que en 1976 el vulgo
socarrón hizo de la que había sido la frase de campaña de José López Portillo de «La solución
somos todos» por la de «La corrupción
somos todos», 40 años después el presidente Enrique Peña Nieto volvió a tropezar con la misma piedra
significada por sus infortunadas declaraciones cuyo presunto objetivo habría
sido el de aderezar sus choros discursivos para dar la nota a los
condescendientes medios de difusión que cubren sus actividades, al asegurar
que en materia de corrupción en México no hay nadie que pueda aventar la
primera piedra… Quizás por encontrarse en la palestra de sus desventuras al
encabezar el inicio de la presunta semana
de la transparencia, el más vapuleado y desacreditado mandatario de la
historia moderna de México consideró que abordar otra vez el tema de la
corrupción podría contribuir a limpiarlo cuando menos un poco del pestilente
estiércol que le manchó su plumaje como figurativo pájaro –señalado por la
ciudadanía por su posible condición de ser de cuenta–, representado por escándalos como el de la casa
blanca… Luego de que justo hace poco más de dos años sorprendió a todos con
aquello de que la corrupción es un asunto de orden cultural, y que para
combatirla había que partir del reconocimiento de ese hecho para construir
una nueva cultura ética en la sociedad mexicana, Peña pareció retar a sus detractores tanto de la clase política
como de los medios de difusión, al referir que dicho tema que tanto lacera, se
encuentra en todos los órdenes de
la sociedad y en todos los ámbitos,
de ahí que no haya «alguien que pueda atreverse a arrojar la primera piedra»,
debido a que «todos somos parte de un modelo» que, según él, ya está «desterrando
y deseando cambiar»…
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El flamante avión presidencial que puede recorrer 14 mil kilómetros sin hacer escala para reabastececimiento de combustible |
Aun cuando en el caso de los gobernadores corruptos que se
enriquecieron con el endeudamiento público y el ostensible desvío de recursos,
al parecer solamente pretender paliar el escándalo con tenues suspensiones de
derechos –verbigracia el ex gobernador veracruzano Javier Duarte– como sucede con los afiliados al preponderante Partido
Revolucionario Institucional –aunque a Humberto
Moreira, ex gobernador de Coahuila, se le brindó toda la protección posible
desde Relaciones Exteriores y la procuradora Arely Gómez–, y con el ex gobernador de Sonora, el panista Guillermo Padrés, por lo visto nadie quiere
tocarlo ni con el pétalo de la grácil hoja de un rollo de papel sanitario. ¿Entonces?
¿Qué corrupción es la que está desterrando Peña?... Porque hasta donde se sabe –de la poquísima información
que logra ser filtrada a los medios–, de los miles de millones de pesos que
literal y descaradamente todos los de esa ignominiosa lista se embolsaron a
fin de adquirir la mayor cantidad de bienes inmuebles al amparo de la impunidad
que les dio su gestión, una irrisoria cantidad podrá pellizcárseles para
continuar con la simulación del combate a la corrupción… Por lo pronto, hoy
se cumple el segundo día del enésimo viaje del presidente Peña al extranjero, cuya justificación
se la dio el fallecimiento del exmandatario israelí Shimon Peres. Así que apenas terminó de largar su rollo macabeo acerca
de que la corrupción seguimos siendo todos
–como en los tiempos del nepotismo Jolopista–
y el pretensioso Peña –por aquello
de sus ínfulas de ilustrado, gran estadista y ciudadano universal, como calificó
al pacifista– emprendió el vuelo al Medio Oriente para estar presente en las
honras fúnebres de Peres…
Porque
aunque aquí francamente el presidente no sirve de mucho, y de eso pueden dar
testimonio millones de compatriotas, lo cierto es que el monto por el combustible
del avión presidencial bien hubiese sido utilizado en rubros de significativa
importancia para diversos sectores de la población. Un avión como un Boeing
747 utiliza aproximadamente un galón de combustible (unos cuatro litros) cada
segundo. Según el sitio web de esa empresa aeronáutica, en el transcurso de
10 horas de vuelo podría quemar 36 mil galones (unos 150 mil litros); así que
si un avión 747 graba aproximadamente cinco galones de combustible por milla
(12 litros por kilómetro), habría que ver cuánto consume el Boeing 78-8 «José
María Morelos y Pavón» del presidente Peña
(cuyo costo fue de dos mil 169 millones 544 mil 630 pesos) y que puede
recorrer hasta 14 mil 500 kilómetros sin recargar combustible. Travesía que harán
sin chistar debido a que la distancia entre la Ciudad de México y Tel Aviv es
de 12 mil 477 kilómetros (7,486.2 millas)… Así que para estar solamente «una
horas» en Tel Aviv, como según informaron de Los Pinos, y si se toma en
cuenta que un galón de gasolina para avión cuesta 4,04 dólares en Estados
Unidos, muy similar a lo que cuesta un galón de gasolina para coches, lo
conveniente hubiese sido que desde aquí el presidente hubiera enviado sus
condolencias por la muerte del Premio Nobel de la Paz… Después de todo, a
donde quiera que se pare Peña en
cualquier lugar del mundo, como sucede aquí en México, ya es mal visto, pero
como decían los antiguos: El zorrillo
no huele su cola, mucho menos en esas instancias de poder… Por eso fue
que para algunos, al hablar acerca de que la corrupción somos todos y retar a
sus detractores para que lancen la primera piedra, lo único que el presidente
hizo fue curarse en salud antes de irse de paseo a Israel. Porque en realidad
lo único que el mexiquense quiere es emprender un viaje al extranjero como
para alejarse del sitio donde es cuestionado por todo –si no es que hasta de
los propios Pinos donde la primera dama también podría estar hasta la coronilla
de tener que verle la cara a diario, como se ha evidenciado en algunos videos
de sus apariciones públicas–, y feliz sería si pudiera permanecer lejos del mundanal ruido significado por la crítica
mordaz y el perseverante escarnio a través, por ejemplo, de las redes
sociales… Al tiempo.
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Apoyo a jóvenes sin experiencia laboral, ofreció Jesús Padilla Zenteno |
Durante la entrega de
apoyos económicos a jóvenes que finalizaron sus prácticas laborales en el
sector público y privado, el presidente de la Confederación Patronal de la
República Mexicana en la Ciudad de México, Jesús Padilla Zenteno, aseguró que una de las tareas primordiales
de la instancia que representa es incentivar las oportunidades de empleo, por
lo que se comprometió a acompañar de manera significativa las iniciativas que
realiza el Gobierno de la Ciudad en favor de sus habitantes… «Maximizar las
oportunidades de empleo para los ciudadanos es una tarea transversal y fundamental
del sector empresarial, por lo que las acciones que hoy emprende el Gobierno
de la Ciudad a través de la Secretaría del Trabajo local, son esenciales, y
desde la iniciativa privada impulsaremos y apoyaremos de manera permanente»,
ofreció… Padilla Zenteno destacó
que el apoyo que se brinda a los jóvenes que aún no cuentan con experiencia
laboral, «incentiva y activa la economía de la capital a través del empleo
formal, inhibiendo rutas alternas que incrementan la inseguridad capitalina»…
Reconoció que México tiene muchos problemas, por lo que dijo estar convencido
de que el primer empleo debe ser una alternativa para un empleo digno y
adecuado; «una iniciativa adecuada y satisfactoria que les permita vivir de
la mejor manera y que impida la tentación que hoy tienen los jóvenes de optar
por otras alternativas que no son acordes para vida y la cohesión social»…
Manifestó que el primer empleo es la oportunidad de inserción laboral de
muchos jóvenes que buscan acceder a una mejor calidad de vida, y es también
la oportunidad de trabajar por un entorno más competitivo donde el sector
público y privado unan esfuerzos para impulsar la economía de la Ciudad de México…
«Debemos estar seguros de que este vínculo entre lo público y lo privado tiene
que ser primordial para ofrecer oportunidades a los jóvenes, construyendo condiciones
para crear entornos más competitivos, con seguridad pública, acceso a la
salud y empleos adecuados para todos», indicó… Los apoyos económicos fueron
entregados por el jefe de gobierno capitalino »,” con el que se busca
terminar con la brecha existente entre los recién egresados ante la falta de
experiencia laboral.
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Cristina Pacheco y Luis Barjau |
Para Cristina Pacheco, el escritor Carlos Monsiváis (1938-2010) fue un
amigo entrañable, con quien compartió el gusto de caminar por las calles de
la ciudad, esas que durante cuatro décadas han sido retratadas en su programa
de televisión Aquí nos tocó vivir.
La periodista dictó la conferencia inaugural de la Cátedra Carlos Monsiváis 2016, instalada por
la Dirección de Estudios Históricos del INAH… «Carlos compartió conmigo esa ciudad nocturna y magnifica que
existió alguna vez, y una de sus vertebras, la Avenida Insurgentes, en aquel
tiempo tenía una atmósfera, una luz que formaba un paisaje urbano tan
imponente; era como la prolongación de la Facultad de Filosofía, de la
Universidad Nacional Autónoma de México», dijo… Tras de agradecer la
invitación a un lugar que durante muchos años fue el centro de trabajo de su
esposo, José Emilio Pacheco
(1939-2014), la autora del libro Humo
en tus ojos precisó que no es antropóloga ni historiadora, «sólo una
periodista que ha contado una larga crónica, un álbum de familia en el que ya
se asoman cuatro generaciones»… En su conferencia La calle: la mejor narradora de la Ciudad de México, evocó que en
ese andar por la ciudad escuchó una «infinidad de voces» que brotaron, y de
esas voces habló con Monsiváis,
«porque el personaje de mi trabajo siempre ha sido, de alguna manera, la
Ciudad de México y en esa ciudad siempre estaba Carlos», dijo… «Cuando lo conocí yo era estudiante y al mismo
tiempo trabajaba como secretaria de la Revista
de la Universidad Nacional Autónoma de México, él me parecía un hombre
muy atractivo; oírlo hablar era una delicia, no se dirigía a mí, claro,
hablaba con Salvador Elizondo,
pero con el tiempo nos hicimos muy amigos»… «A Carlos le debo mucho —prosiguió—, con él hice largas caminatas
desde Ciudad Universitaria hasta algún punto de Insurgentes a donde me
acompañaba, siempre me hablaba de libros, me contaba historias y me platicaba
con alguna frecuencia de sus amigos, entre ellos José Emilio, a quien sólo había visto pocas veces»… Al decir de
la periodista, «Carlos Monsiváis
siempre estará unido a mi vida y a la de José
Emilio Pacheco, porque fue él quien nos presentó. Posteriormente, en una
ocasión José Emilio me acompañó a
mi casa, empezamos a caminar y caminamos juntos por 52 años»… En el terreno
profesional, Cristina recordó que
cuando inició su programa Aquí nos tocó
vivir, fue muy criticada por querer entrevistar a los pobres, pero Monsiváis siempre guardó un
silencioso respeto, hasta que con el tiempo le empezó a llamar para decirle
que determinada emisión le había gustado… La columnista del periódico La Jornada dijo que la última vez que
habló con el autor de Escenas de pudor
y liviandad fue en 2009, cuando le pidió que los acompañara a España a
recoger el Premio Cervantes que le otorgaron a José Emilio, «pero Carlos
ya no salía y eso fue como una despedida»… Por su parte, Luis Barjau, coordinador de la actividad académica, refirió que
la Cátedra Carlos Monsiváis nació a
iniciativa de un grupo de investigadores, quienes deseaban mantener viva la
memoria del escritor, cronista y ensayista mexicano… Recordó que Monsiváis siempre estuvo presente en
el INAH, donde fue investigador desde 1972 hasta 2010, y en la Dirección de Estudios
Históricos donde fundó el Seminario de la Cultura Nacional; posteriormente
impartió un taller del libro en el que aportó su impresionante erudición. «Fue
un cronista especializado en temas mexicanos, particularmente de la Ciudad de
México», indicó… La cátedra continuará el próximo lunes tres de octubre con
la conferencia Carlos Monsiváis y el periodismo,
que ofrecerá Luis Hernández, y el cuatro
de octubre Marta Lamas dictará la
ponencia Monsiváis, el misógino
feminista, en la sede de la Dirección de Estudios Históricos (Calle
Allende 172, Tlalpan Centro), a las 17 horas.
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