El sotol es la bebida típica en los estados norteños
de Chihuahua, Coahuila y Durango | La graduación alcohólica del sotol varía entre los 38 y 45 grados,
dependiendo del productor | Antiguamente
el sotol se utilizaba con fines alimenticios, religiosos, medicinales y para
elaborar cestería | La
empresa sotolera San Antonio, en el municipio de Cuencamé, Durango, fue fundada
por el señor Juan Antonio Vázquez hace 50 años
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El sotol –o cereque– es una bebida ligada al Norte
de México, destilado del agave de la piña que corona esa planta nativa de
Chihuahua, Coahuila y Durango –cuya denominación de origen la obtuvo el ocho
de agosto del 2002, por lo que se ha posicionado como la bebida típica de esos
estados–, que además de engalanar la majestuosidad del desierto en planicies
y cañadas, el aguavino como que reafirma
y vigoriza la identidad cultural de los norteños.
Porque las plantas, al
resistir los extremosos climas del desierto, lograron pasar su primera prueba
de calidad al significarse por ser las más sanas y fuertes. Se trata de un
agave silvestre, aunque no es como los magueyes, más bien es un matorral
cercano a la familia de las Nolinaceae,
es decir, tiene una relación más directa con las cebollas y los ajos. Su
apariencia es como una explosión de bayonetas delgadas y espinosas (El norte de México sabe a sotol). La graduación alcohólica del sotol, que se
elabora a partir de una variedad de agave, la Dasylirion wheeleri, varía entre los 38 y 45 grados, dependiendo
del productor. La planta debe subsistir bajo calor desértico, pero contar con
la suficiente cantidad de agua, condiciones necesarias para elaborar un licor
de calidad.
Antiguos pueblos lo
utilizaron como alimento
El sotol ha tenido usos
muy variados, antiguamente se utilizaba con fines alimenticios, religiosos,
medicinales y para elaborar cestería, textiles, cuerdas y calzado (El sotol, una bebida con el exquisito sabor del desierto); por ejemplo, algunos pueblos como los kikapús
de Coahuila, los indios conocidos como «mezcaleros» y los apaches del sur de
Estados Unidos, quienes lo utilizaban como alimento (El sotol, bebida de tradición prehispánica).
Desde hace 800 años los rarámuris y
anasazis han producido bebidas fermentadas a partir del sotol; ellos cocían
la piña del sotol y el jugo que se extraía, lo mezclaban con otras hierbas y
lo tomaban a manera de vino o pulque. Sin embargo, la bebida tal cual se
conoce en la actualidad, se produce de manera posterior a la llegada de los
españoles, ya que a los nativos de la región les eran desconocidos los
métodos de destilado basados en el uso del alambique o incluso de ollas de
barro (El sotol, Wikipedia).
Sotol San Antonio, en el
municipio de Cuencamé
En la carretera federal
49, que comunica a Gómez Palacio con la ciudad de Durango, muy próximo al entronque
de la carretera que va hacia la Presa Francisco Zarco (Francisco Machado se
llama el asentamiento ahí localizado), del lado izquierdo yendo de norte a
sur se localiza el depósito de sotol San Antonio, empresa que fundó el señor Juan Antonio Vázquez hace más de medio siglo y que tiene 15 años en su lugar actual, donde
se cosecha, cuece, fermenta y destila el sotol. A decir de Alejandro Galván, responsable de la
comercialización del sotol, la empresa comenzó a funcionar a un lado de la
autopista Gómez Palacio-Durango, en un rancho que se llamaba Santa Teresa.
Pero ahora se llama San Antonio y es la número uno de la región, precisó. En
el estado de Durango el sotol se produce artesanalmente en los municipios de Ciudad
Lerdo, Mapimí y Cuencamé, siendo especialmente apreciado el de la región de
Torrecillas, que es donde se localiza la empresa San Antonio.
En un recorrido
por el lugar, el cual puede realizar cualquier visitante que decida hacer un
alto en el camino para refrescar el gaznate con un helado sorbo de sotol en
sus distintas variedades, debido a que lo mantienen refrigerado por las
altas temperaturas que se registran en el lugar durante la temporada de calor –si acaso sólo falta el
queso para acompañar la degustación–, se encuentra la hornilla –un hoyo en la
tierra– donde son quemadas la piñas de las palmas previamente cortadas con
seis años de edad, tiempo que se considera como el idóneo para ser
procesadas. Ahí se cuecen durante 12 horas, una vez que las piñas están en su
punto, se apaga el fuego con agua y se dejan reposando por tres días, de esta
manera empiezan a fermentar y se impregnan del sabor a humo, leña y tierra,
dando el rasgo distintivo de la bebida.
Posteriormente, son sacadas las piñas
del horno para machacarlas en trozos pequeños, y depositarlas en tinas de
madera enterradas en el suelo, donde se remojan con agua y se dejan
fermentar. Al término de esta fermentación, el bagazo se cuela y el agua
fermentada se destila en un alambique, obteniendo lo que los sotoleros llaman
vino o aguavino. Finalmente, el aguavino pasa por una segunda
destilación purificándose, gota a gota, proceso que llega a tardar unos tres
días… En la destilación es cuando el vapor pasa al cuarto donde son llenados
los tambos.
Diversas modalidades de sotol
En el caso del sotol
blanco el tiempo para el último paso es entre cinco a siete meses. El tiempo
del sotol añejo es de un año. En el cuarto de venta del depósito de sotol San
Antonio se encuentran diversas moda-lidades de esa bebida, como el típico
blanco, recomendado para acompañarlo con comidas frescas. Mientras que el sotol
reposado se le puede combinar con platos fuertes –chilaquiles, mole o
enchiladas–, en tanto que la versión añeja se puede servir como digestivo
después de consumir algún corte de carne.
Por fortuna, desde la década de los
años 90 del siglo pasado el sotol ha tenido notable resurgimiento en su
producción. Pero sobre todo, se vuelve a recuperar la tradición de brindar
con sotol en las conmemoraciones familiares. Porque, como señala el sitio
Mujer Gourmet (El sotol, ni tequila ni mezcal), si el tequila sigue siendo el destilado
más conocido a nivel internacional del país azteca, el mezcal no le va a la
zaga y se recupera en cada antro de la ciudad y en los paladares más
exigentes, por no hablar del legendario pulque… Pero faltaba otra de las
bebidas típicas y más tradicionales, esta vez con carácter puramente norteño:
el sotol. Así que en su próxima visita al Norte no deje de procurar un
acercamiento con esta refrescante bebida que durante mucho tiempo fue
satanizada, como el pulque, por detractores de oficio… ¡Salud!
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sábado, 16 de julio de 2016
El Norte de México huele y sabe a sotol, con denominación de origen
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Estoy fascinada con esta historia. Gracias favor de hablat del licor de membrillo. Felicidades
ResponderEliminarCon mucho gusto lo haremos. Esperamos hacer una próxima visita al lugar para poder escribir de los demás licores. Muchas gracias por leernos.
EliminarEste comentario ha sido eliminado por el autor.
EliminarComo puedo comprar la bebida desde Los estados unidos.
ResponderEliminarTe lo puedo mandar en la combi
EliminarYo fui y compré muy bonito y limpio lugar.
ResponderEliminardonde lo puedo comprar aca en gomez palacio.
ResponderEliminar8714156304 Marcame soy distribuidor
EliminarQue precio tiene la botella
EliminarMandas a domisilio gto
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