No importaron dislates, escándalos y contradicciones para
encumbrarla como presidenta nacional del Partido de la Revolución Democrática |
Los capos de las tribus más aguerridas y canibalescas del agónico
perredismo le entregaron el bastón de mando | Dizque
busca la unidad quien ha sido estigmatizada por sus declaraciones cargadas de
visceralidad | Propició el
rompimiento entre su grupo y el DIA (Diálogo por la Reconstrucción de
México), por no habérsele otorgado la candidatura para jefa de gobierno
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Quien como presidenta
de la Comisión de Gobierno de la Asamblea Legislativa combatió a quien en
2010 fue su correligionaria de bancada Edith
Ruiz Mendicuti, cuando ésta denunció públicamente las dádivas de entre
200 y 800 mil pesos que por instrucciones de Marcelo Ebrard se repartieron a asambleístas de todos los
partidos para votar a favor de las reformas al Código de Procedimientos
Civiles y Código Civil que permitieron los entonces denominados matrimonios gays en la Ciudad de México, y gracias
a la impunidad de los perredistas como pandilla predominante en la capital
del país jamás se aclaró el papel que la ex aeromoza desempeñó en la entrega
de dinero a los diputados locales y mucho menos se esclareció la procedencia
del recurso para lo que fue una descarada compra de votos, Alejandra Barrales Magdaleno fue
designada –mediante el montaje de una elección– dirigente nacional de su
partido, sí, el de la Revolución Democrática… Aun cuando la trivial
presidenta del partido del sol azteca debutó como mamá hace poco más de un
año, motivo por el cual el benévolo de Miguel
Ángel Mancera le concedió justo hace un año una especie de beca al
designarla como titular de una secretaría que, de plano, no sirve para nada
porque las funciones que debería cumplir son planeadas y desarrolladas en la
dependencia federal y, por consiguiente, quienes ahí nutren a la burocracia del
gobierno de la Ciudad solamente se hacen pentontos
–la de Educación Pública–, para que tuviera tiempo de dedicarse por completo
al cuidado de su hija, razón por la cual casi nunca la vieron pararse en su
oficina (no te acabes izquierda),
los cabecillas del colapsado partido decidieron darle su regalo de cumpleaños
el pasado 16 de julio, un día antes de que cumpliera los 49 años de edad,
encumbrándola como su dirigente nacional… Aun cuando Barrales carece del perfil que requiere un partido en terapia
intensiva, pero sobre todo de la credibilidad necesaria por lo desacreditada
que ha quedado luego de una larga lista de escándalos en los que se ha visto
involucrada, como aquella licencia por 30 días que le concedió el 23 de
noviembre de 2010 a la entonces oficial mayor de la Asamblea Legislativa, María de Lourdes Cedillo Rivas, tras
de la compra ilegal de mobiliario para las oficinas de los asambleístas, con
lo que violó el artículo 43 de la Ley Federal de los Trabajadores al Servicio
del Estado, reglamentaria del Apartado B del artículo 123 de la Constitución
(Que es improcedente licencia a Oficial Mayor de la ALDF), los capos de la grilla politiqueril y mandamases de las
tribus más aguerridas y canibalescas del agónico perredismo decidieron cederle
el desvencijado bastón de mando… O tal vez se lo entregaron para tener a
quién mangonear mejor… De otra forma no se explica que se le haya conferido
la dirigencia de un partido al que gracias a la alianza que su anterior
presidente –Agustín Basave– hizo
con el PAN en las pasadas elecciones donde consiguieron el triunfo en siete
entidades, en este momento estarían preparándose las honras fúnebres para un
moribundo, porque para ser francos un alto porcentaje de los electores
votaron por lo que significó el partido blanquiazul, al menos en cinco de los
siete estados que ganaron, como fue el caso en Durango, donde el partido del
sol azteca prácticamente no existe… La ex líder sindical de las sobrecargos que
entonces fue relacionada con Eduardo
Pérez Anaya, uno de los sobrecargos de Aeroméxico detenidos en España en
posesión de cocaína y acusado de narcotráfico (Diputada Barrales escoge a sus amistades), aunque ella negó alguna relación sentimental
aun cuando no pocos trabajadores y personal cercano a ella afirmaron lo
contrario, parece ser la responsable de planchar el camino para que el actual
jefe de gobierno de la Ciudad, Miguel
Mancera –y quien se dice sin partido cuando le conviene– tenga alguna
posibilidad de agenciarse la candidatura presidencial perredista en 2018.
Porque en ese partido, definitivamente, militan por fortuna buen número de
mujeres con mucha mayor capacidad intelectual y gran carisma que Barrales, pero sobre todo con mayor
independencia de criterio; de ahí que sea difícil de entender que al final
los jefes perredistas hubiesen torcido por la más trivial de sus opciones
para que, en primer lugar, consiga unificar a las tribus (lo cual se lee mejor que si uno escribe corrientes porque se evita caer en
analogías lingüísticas), y posteriormente consiga sacar del atolladero en que
se encuentra dicho partido… Sobre todo cuando ha sido estigmatizada por sus
declaraciones cargadas de su correspondiente dosis de visceralidad que han
derivado en descalificaciones, insultos e imputaciones, como recurso de
precandidata frustrada, como fue el caso de cuando se tuvo que resignar a no
ser la candidata a la jefatura de gobierno para cederle el paso a Miguel Ángel Mancera, con quien se
dice que también tuvo una relación sentimental y que incluso éste
prácticamente la dejó vestida y alborotada
frente al altar… Unidad,
posibilidad que en esa ocasión ella misma desechó por sus rabietas, al
propiciar el rompimiento entre su grupo y el DIA (Diálogo por la
Reconstrucción de México), por no habérsele otorgado la candidatura referida…
¡A s’órdenes
jefe!
Lo cierto es que Barrales se ha caracterizado por su
analfabetismo funcional, lo que quedó demostrado a su paso por la Asamblea
Legislativa, en casos como aquella ocasión en que nunca pudo definir si los
diputados iban a bajar o no la tarifa del agua en el Distrito Federal, y como
presidenta de la Comisión de Gobierno, respondió con esa verborragia pastosa
que caracteriza a buena parte del peladaje arribista, transfigurado en
sabelotodo de gabinete dispuesto a ilustrar al populacho en cualquier asunto
que se le requiera de la administración pública, que: «Acordamos una mesa con
funcionarios, con el secretario de finanzas, el tesorero, el procurador fiscal,
etcétera» (el bendito etcétera como
un recurso de los más socorridos por quienes la sesera no les da para más y
les permite evadir los lapsus linguae), mesa de trabajo para plantear una propuesta
en conjunto que les permitiera abordar la problemática del agua en la Ciudad… ¿Y bajarán las tarifas? Preguntó entonces
perseverante informador. «Eso no está sujeto a discusión –cantinfleó Barrales–, hay un problema con el
abastecimiento del agua, por el uso del agua, tenemos que abordarlo, y el
otro tema que compartimos, primordialmente preocupación del jefe de gobierno
(¡ole!) es el impacto que puede
tener con la ciudadanía» (Mesa que más trabaje le bajo la tarifa del agua)… Conocida por desfacer el lenguaje, Barrales
fue de las que calificó al DF como «territorio vanguardista» en materia de
derechos humanos en diciembre de 2010, cuando en su discurso lisonjero aduló
al entonces jefe de gobierno (Marcelo
Ebrard, hoy confundido en el anonimato parisino a causa de sus presuntos desvíos presupuestales claro está),
por aquello de que había sido designado el mejor alcalde del mundo, porque según dijo «muchos países del
mundo» (valga la rebuznancia) han
reconocido su empeño, trabajo y promoción de los derechos humanos (La capital, bastión de los derechos humanos)… El mismo, por cierto, que la dejó colgada de la brocha en la Asamblea
Legislativa, tras de que la entonces presidenta de la Comisión de Gobierno buscó
convencer a incrédulos y reticentes correligionarios acerca de que la tarifa
del agua debía incrementarse en más del siete por ciento… Alguien que por
buscar fama y celebridad para aplicarla a sus aspiraciones políticas, lo
mismo posó para una revista de frivolidades, que llegó a someterse al
antidoping (Le aplicaron la prueba antidoping a la diputada Barrales) para, como solía decir entonces, «confirmar
congruencia», sobre todo cuando anunció la creación de un instituto para
prevenir adicciones el cual, obviamente, jamás fue concretado; sin embargo,
ahora es la dirigente nacional de un partido donde nunca han cuajado las
buenas intenciones…
De defensora de mujeres a
encubridora de «dipuporno»
Otra de las
contradicciones de la flamante dirigente nacional del PRD fue su presunto
apoyo incondicional para el castigo a golpeadores y violadores de mujeres, por
lo que su bancada (la abrumadoramente mayoritaria en la Asamblea Legislativa),
dizque había presentado hasta enero de 2011 varias iniciativas (El tremendo chacaleo con la diputada Barrales) para formalizar la detención y arresto de
aquellos, además de complementarlo con la persecución de oficio… Fue cuando
alardeaba a los cuatro vientos de que la Ciudad de México se había convertido
en la primera entidad del país en proteger la integridad física y psicológica
de las mujeres que pudieran haber sido «víctimas de agresión en el hogar y en
su entorno social y laboral» (La diputada Barrales es promovente de reformas), porque hasta incluso acuño el término de «promovente»
por aquello de que la Asamblea Legislativa era promotora de reformas… Sin embargo, cuando en junio de 2012 se
supo por un video grabado subrepticiamente por una trabajadora que el
delegado perredista de Tláhuac le había pedido una felación a cambio de
otorgarle su base, la diputada Alejandra
Barrales literalmente se escondió y jamás volvió a aparecer en su papel
de feminista; luego de que acudió muy puntual a los informes de trabajo de Rubén Escamilla a la explanada del
edificio delegacional, donde largó a la concurrencia sendos choros
discursivos con su estilo cantinflesco… De risa, porque la actual dirigente
nacional del partido del sol azteca adoptó entonces el discurso de que de 2007
a 2010 habían sido denunciados en la capital del país 63 mil 690 delitos en
tres modalidades, el psico-emocional, la agresión física y la sexual, por lo
que 46 mil 111 mujeres habían sido víctimas de delitos y, según esto, 18 por
ciento consistieron en ataque sexual (violación o abuso)… Así que esa fue
otra de las acostumbradas simulaciones de Barrales, quien por lo visto fue colocada en la presidencia
perredista para cumplir la función de alcahueta de algunos que todavía
suponen que como partido tienen posibilidades de ganar la Presidencia de la
República en 2018, sobre todo si el candidato llega a ser el omiso y veleidoso
de Miguel Ángel Mancera… Por eso
consideramos que a los perredistas no les va a quedar mayor opción que volver
a ir en alianza para la elección de ese año, ya sea con sus aliados recientes
del Partido Acción Nacional o, quizá, también, con los del partido Movimiento
de Regeneración Nacional (Morena), si es que quieren salvar el registro; sólo
que en ambos casos –ya tendrán tiempo para decidir con cuál partido se alían–
será con un candidato que definitivamente no militará en el sol azteca,
debido a que la imposición de Barrales
en lugar de unir acabó por dividir aún más a las tribus perredistas… Así que
la única manera en que los del sol azteca podrían llegar a presumir de que
por fin alcanzaron un día de estos la unidad, será porque se acabaron de ir del
partido todos los inconformes (¿y a dónde más se están yendo sino es a
Morena?) con esta nueva imposición… Por lo pronto, los dislates, escándalos y
contradicciones de la telenovela de la presidenta Barrales aquí seguiremos enumerándolos en posteriores entregas… Al
tiempo.
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lunes, 25 de julio de 2016
Barrales, posible alcahueta de liderazgos preponderantes del PRD
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