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La Cooperativa comienza a rendir dividendos, al menos para pagar los servicios. Fotografías de Sergio Rojas |
Debido a la falta de
generación de ingresos y oportunidades en la comunidad de Bomintzhá, Hidalgo
–colindante con la Refinería de Tula–, sobre todo para mujeres que son cabeza
de familia y se encuentran en situación de vulnerabilidad, como parte de su
política social y estrategia de desarrollo comunitario Petróleos Mexicanos
impulsó el proyecto «Agarra el hilo» a través del Programa de Apoyo a
Comunidad y Medio Ambiente (PACMA), al integrar con veinte costureras una
sociedad cooperativa de responsabilidad limitada de capital variable… Se
trata de la Cooperativa Textil Bomintzhá, la cual está integrada por veinte
mujeres que trabajan en dos turnos, quienes se dedican a producir uniformes
de dos piezas y overoles que requiere el personal de empresas subcontratistas
de Pemex, así como camisas blancas y filipinas –prendas éstas últimas que ya
exportan a España–, además de maquilar todo tipo de ropas para compañías
textiles establecidas en la región… A través del PACMA, Pemex solicita a los
proveedores que un porcentaje de lo que perciben por un proyecto lo destinen
a acciones sociales en las comunidades donde se encuentran establecidos, por
lo que en el caso de la Cooperativa Textil Bomintzhá la empresa Obredecht, la
cual lleva a cabo diversas obras en la Refinería Miguel Hidalgo de Tula, se
dio a la tarea de identificar las necesidades de esa comunidad… En opinión de
Bernardo Bosch, gerente de
Responsabilidad y Desarrollo Social de Pemex, la conjunción de esfuerzos con
las empresas más importantes que trabajan para la paraestatal a fin de ser
socialmente responsables, fue lo que permitió coincidir con la empresa Obredecht,
en donde ya tenían diseñado un proyecto que consideraba la equidad de género
y la inclusión social a través de cooperativas textiles…
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La población de Bomintzhá colinda con la Refinería Tula |
«Nosotros no
queremos descubrir el hilo negro ni el agua tibia», dijo el también
responsable del PACMA con relación a que en Obredecht aplicaron el proyecto «Agarra
el hilo» de manera muy profesional. «Efectivamente, este proyecto fue
concebido por ellos y creemos que ahora, cuando ya probó que sí funciona, en
esta suma con Pemex las trabajadoras de la Cooperativa Textil pueden hacer
los uniformes del personal de toda la Refinería», comentó… «La política
social de Pemex está enfocada a cambiar la calidad de vida en las comunidades
donde nos encontramos operando», explicó, y con satisfacción expresó que las
costureras experimentaron un gran cambio. Porque «no nada más es coser»,
dijo, se les dio capacitación con lo que aprendieron cómo se deben llevar las
finanzas en casa además de que elevaron su nivel de autoestima. «Las veinte
costureras son diferentes en la Cooperativa y también lo son en sus casas;
pero sobre todo, son ejemplo en su comunidad y ahí es donde Petróleos
Mexicanos necesita enseñar que estamos cambiando», señaló…
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Comunidad de Bomintzhá, en Hidalgo, colindante con la refinería de Tula |
«Agarra el hilo»
es un proyecto que, en opinión de Bernardo
Bosch, se puede replicar en zonas como Salina Cruz, así como en otros
sitios con importante concentración de compañeros petroleros… Al decir de Marcelo Dafonseca, gerente
Administrativo Financiero y de Relaciones Comunitarias de Obredecht México,
Hidalgo es la quinta entidad que más migrantes masculinos envía a los Estados
Unidos; sin embargo, en las comunidades se quedan las esposas de quienes
migran, con bajo índice de escolaridad y, por consiguiente, con considerable
vulnerabilidad, por lo que en su empresa procedieron a aplicar el programa «Agarra
el hilo»… «La cooperativa no fue llegar y ¡pum!,
ya está, no –expuso Marcelo–.
Tuvimos que diseñar todo un proceso al igual que lo hacemos con nuestras
obras. Primero nos acercamos con los líderes comunitarios, nos presentamos y
les dijimos, oye, estamos aquí, vamos a trabajar en un proyecto con Pemex;
les explicamos un poco ese proyecto y, una vez que nos ubicaron, comenzamos a
identificar las necesidades de la comunidad. Entonces vimos qué podíamos
hacer»… Primero se pusieron a trabajar en la recuperación del espacio,
ubicado dentro de las instalaciones de la comisaría ejidal del pueblo, y
posteriormente fueron integrándose las señoras… Como al principio no había
capital, para el arranque de la Cooperativa Textil la empresa Obredecht
proporcionó los insumos. Ahora, a poco más de un año de haber iniciado sus
actividades, las costureras de la Cooperativa Textil ya tienen ingresos por
concepto de ventas… «Van mejorando –aseguró Dafonseca–, pero lo fuerte de ellas son los uniformes debido a su
proximidad con la refinería. Así que van en expansión y tendrán más demanda
de uniformes, por lo pronto producen dos mil prendas al mes, lo cual es una
producción fabulosa para ellas»… Tras de que al inicio de la Cooperativa
Textil ninguna de las trabajadoras estaba dispuesta a asumir el compromiso de
cumplir de lunes a viernes con el horario en la Cooperativa Textil, de llegar
a las siete de la mañana y salir a las tres de la tarde, para el caso de las
que deben cubrir el primer turno, en días pasados dieron una muestra de su
cambio de actitud cuando en la población de Bomintzhá se celebró la
tradicional festividad de la Natividad de María, por lo que se vieron
imposibilitadas para presentarse en su centro de trabajo, aunque eso sí, con
anticipación advirtieron a sus clientes: «No se preocupen, no vamos a
trabajar dos días porque no va a haber forma de hacerlo –debido a que la
calle es invadida con juegos mecánicos y estands–, así que vamos a trabajar
el sábado medio turno y con eso compensamos el trabajo y luego, al siguiente
sábado trabajamos otro poco más», refirió Dafonseca… Saben que ya son dueñas del negocio y que deben
entregar cierta cantidad de uniformes a un cliente que no quiere saber si
hubo o no fiesta patronal en Bomintzhá; «es entonces cuando se puede
constatar el cambio de la etapa del asistencialismo al de ser emprendedoras,
y eso fue algo muy importante», destacó…
Las prendas cumplen con
requerimientos de contratistas
Al decir de la gerente María Cristina Franco León, la
Cooperativa Textil Bomintzhá, Sociedad Cooperativa de Responsabilidad
Limitada de Capital Variable comenzó a funcionar hace más de un año… «Fue una
convocatoria abierta que se hizo a las mujeres de bajos recursos de la
comunidad que quisieran participar en un taller para hacer prendas de
confección, de vestido, de telas, pero sin percibir sueldo al menos durante
los primeros tres meses, hasta que hubiera alguna utilidad. Al lugar de la
cita, la biblioteca del pueblo, llegaron más de 30 personas, pero el número
se redujo a 20 mujeres. Con ellas se procedió a formar la Cooperativa, nueve
en el turno de la mañana (de siete a 15 horas) y once en el turno de la tarde
(de 15 a 22 horas) », explicó… «Empezamos con siete máquinas, entre ellas una
cortadora de mano; vino el primer recurso y así pudimos confeccionar los
primeros productos que fueron playeras; después fue el overol. Ahorita
estamos en la maquila para una empresa a la que le hacemos batas para doctor,
así como para enfermera y otras más para laboratorio. Nosotras solamente
cocemos y les empaquetamos el producto. Pero además fabricamos el overol y el
uniforme cumpliendo cien por ciento con las normas y especificaciones que nos
piden los contratistas de Pemex», subrayó… Con un dejo de satisfacción Cristina manifestó que a los cuatro
meses de que en marzo de 2014 fuera difundida la convocatoria entre la
población, el 16 de julio de ese año sacaron la primera prenda…
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Otra vista de la iglesia de Bomintzhá |
La cooperativa comienza a ser
redituable
La mayoría de las
costureras en su papel de amas de casa se dedicaban solamente al cuidado de
sus hijos y las menos tenían algún negocio propio, «pequeño pero lo tenían»,
recalcó la gerente de la Cooperativa Textil. «Sólo una que otra sabía coser,
así que la mayoría recibió capacitación en la escuela del Conalep; ahí nos dieron
cursos de costura, nos asesoraron para confeccionar las prendas y que éstas
salieran con calidad»… Reconoció que la empresa de un tiempo a la fecha ha
comenzado a ser redituable. «Hasta ahorita nos ha dejado para pagar la
nómina, la luz y para un sustento. Sí nos ha dejado para pagar deudas, aunque
ganancias todavía no», acentuó. Ahora en la Cooperativa tienen el flujo de
ingresos por concepto de ventas y el anticipo de los clientes, porque
solicitan el correspondiente adelanto para comprar el material con el que
puedan trabajar… Con respecto a cómo percibe el futuro de la Cooperativa
Textil, Cristina respondió que lo
veía «muy bueno», aunque aclaró que lo será siempre y cuando ellas puedan
contar con más máquinas de coser, además de las correspondientes para el
bordado y estampado, porque eso es lo que les impide dar al cliente mayor
tiempo en la entrega del producto confeccionado. Sobre todo cuando se acerca
el momento de pasar a la segunda etapa en la que el número de costureras
deberá aumentar a 50… «Si tuviéramos una bordadora o el equipo para hacer
serigrafía, esto acortaría nuestros tiempos de entrega y tendríamos opción de
contar con un poco más de pedidos. Igual, si tuviéramos más máquinas
tendríamos más personal, podríamos producir en volúmenes mayores sin que se
nos agranden los costos, porque te traes un overol en 200 pesos y eso lo
tenemos que ofrecer a 300 pesos, y no nos alcanza debido a que nuestras
máquinas no son cien por ciento industriales, entonces se tarda más el proceso»,
refirió… Mencionó que Pemex les brinda la ayuda necesaria para que puedan
reunirse con los subcontratistas. «Nos apoya para que nosotras vayamos y les
digamos que nuestra cooperativa es de desarrollo social y que estamos
vendiendo lo que es el overol y el uniforme. A través de Pemex nos conocen»,
afirmó… Y es que antaño, aunque sólo la barda perimetral de la Refinería de
Tula la separaba de la población, la comunidad de Bomintzhá no tenía ninguna
relación con Pemex, por consiguiente no había sido beneficiada por la
política social de la empresa. «Lo único que habíamos recibido de Pemex
habían sido dos pipas, y eso usadas, para el transporte de agua», aseveró… Lo
cierto es que hasta el momento, dijo, ya se encuentran en lista de espera 30
mujeres que aspiran a incorporarse a la Cooperativa Textil…
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La señora Estrellita Lara Viveros |
De vendedora de tortillas a
costurera
Antes de integrarse a
la Cooperativa Textil, la señora Estrella
Lara Viveros vendía tortillas en Bomintzhá, pero cuando se enteró del
proyecto de inmediato fue a apuntarse en la lista para ser tomada en cuenta,
aunque entonces, y como suele suceder en ese tipo de comunidades, ella fue
una de las principales opositoras al proyecto… Sin embargo, como había
trabajado toda su vida en diferentes oficios, muy pronto se convenció de que
jamás iba a poder sacar adelante a sus tres hijos si seguía vertiendo el
nixtamal en la máquina y recoger, pesar y vender tortillas. Sobre todo,
porque Estrellita, como le dicen
sus compañeras, tenía la ventaja de que ya sabía coser y le gustaba la idea
de trabajar como costurera. «De aquí soy», pensó. «Si seguía de tortillera
nunca iba a progresar, no iba a pasar de ser la empleada», reflexionó… «Cuando
me enteré del proyecto, luego luego
vine a ver de qué se trataba. En un principio no me gustó que no fuera a
haber sueldo, pero aun así estuvimos aquí», dijo… Sin dejar de puntear una
prenda en la máquina de coser, Estrellita
aceptó que sí le cambió la vida haber pasado a formar parte de la Cooperativa
Textil. Porque, dijo, «una así, con un trabajo así, siente más estabilidad,
por eso le pedimos a Dios que esto crezca para que tengamos nosotras un
futuro mejor y que tengamos que darle a nuestros hijos»… Por lo pronto, el
panorama cambió en su casa, porque con lo que ganaba su marido como obrero no
les alcanzaba. «Él no se fue a los Estados Unidos a buscar trabajo aun cuando
aquí los sueldos son muy bajos, se quedó con su familia y con mayor razón
tengo que ayudarlo a sacar adelante a nuestros hijos», expresó Estrellita… Sonriente, reconoció que «el
trabajo lo disfruta una cuando le gustan las cosas», especialmente cuando «hay
mucho apoyo entre todas las compañeras de la Cooperativa». Y es que recordó
que a todas las conocía desde antes, porque con algunas fue a la escuela,
aunque no a todas les hablaba. Dijo haber estudiado en la escuela del pueblo
hasta el segundo de secundaria, luego dejó los estudios para ponerse a
trabajar, aunque posteriormente terminó la instrucción en el INEA… Para Bernardo Bosch la idea es que «Agarrando
el hilo» llegue a tener 100 costureras, porque el proyecto, «que nació muy
chiquito», en Bomintzhá debe crecer. «Ahora lo que buscamos es potencializar
el proyecto, y el éxito está en las sinergias», apuntó… La política social de
Petróleos Mexicanos es muy sólida, afirmó. «Antes había varias políticas
sociales porque éramos varias empresas, pero hoy es una sola en la cual la
Gerencia de Responsabilidad y Desarrollo Social funge como conciliadora entre
las necesidades operativas de crecimiento de nuestra industria y las
necesidades legítimas de esas comunidades donde venimos operando», concluyó.
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