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Milenio Diario |
Tan conscientes estaban
con eso que la ciudadanía se encontraba hasta la coronilla de su caciquil proceder
como gobierno central como en las delegaciones del Distrito Federal, que el
dirigente nacional del Partido de la Revolución Democrática, Carlos Navarrete, infructuosamente
intentó curarse en salud a mediados de mayo pasado –según grabación divulgada
el primero de junio por El Universal–
cuando reconoció ante correligionarios y resentidos que ya veía cercana la
alternancia, por lo que en 2018, debido al deterioro del partido del sol
azteca, éste podría regresar a la oposición «como antes de 1997, cuando
gobernaba el PRI», que la ciudadanía decidió adelantar las circunstancias…
Sin embargo, no requería dones de pitoniso
para vislumbrar el inevitable principio del fin del perredismo en la capital
del país, debido a que sólo bastaba con echarle una ojeada a las prácticas de
corrupción y clientelismo de los presuntos adalides de la tan cacareada
«izquierda» como marca registrada de su propiedad, además de las reiteradas
torpezas –como el endurecimiento del programa Hoy no circula, el incremento al boleto del Metro y el
encarecimiento de multas a automovilistas, además de una larga lista de
estultas medidas– aunado a la avidez por allegarse recursos de los ciudadanos
del omiso jefe de Gobierno Miguel Ángel
Mancera…
Para empezar a cortar de tajo la presencia del perredismo en la
capital del país, los electores fueron a las urnas a manifestar con su voto
el hartazgo por los amarillos. Con lo que no se contaba fue que ante la
indiferencia de muchos ciudadanos para salir a votar por lo mismo –porque después de todo sufragar por uno que se dice
de un partido de izquierda que hacerlo por otro que dice provenir de otro con
tufo de derecha da exactamente lo mismo–, quienes sí lo hicieron y en
considerable número fueron las personas de la tercera edad que siguen viendo
en el líder político y espiritual del partido Movimiento de Reconstrucción
Nacional (Morena), Andrés Manuel López
Obrador, a su gran aliado y protector debido a la serie de apoyos que les
comenzó a brindar desde que estuvo como jefe de Gobierno del DF… Ningún
analista político se detuvo a reflexionar acerca del significativo papel que
terminarían por desempeñar en la jornada electoral del domingo pasado los viejecitos de López, quienes salieron «a la chita callando» el domingo a emitir
su voto a favor de los candidatos de Morena, lo que aunado a la inconformidad
de los ciudadanos por la corrupción en las delegaciones y las medidas
adoptadas por Mancera, esto acabó
por darle una configuración distinta al mapa político del DF…
Al final de
cuentas se cumplió el vaticinio de Navarrete,
quien como es de suponer buscó disfrazar la debacle de su partido en la capital del país por «una
recomposición», cuando los hechos indican que lo del domingo fue el principio
del fin del perredismo tanto en las delegaciones como en la Asamblea
Legislativa, de ahí que el dirigente de marras se haya puesto a maquinar de
inmediato una posible alianza con Morena para el 2018, y así recuperar la
mayoría en la Asamblea Legislativa y continuar como gobierno en el DF… Y es
que terminar con sólo seis de 14 delegaciones que gobernaba, Navarrete Ruiz seguramente acabó por reconsiderar
el prematuro destape de Miguel Ángel
Mancera a la Presidencia que hizo a una semana de haber arrancado la
pasada contienda electoral, y a eso se debió que en la conversación que le
grabaron con simpatizantes y resentidos de su partido, haya señalado al jefe
de Gobierno como uno de los culpables de que el PRD pierda la supremacía en la
capital…
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Con la debacle perredista Miguel Mancera también dejó de ser el gallo de Navarrete para el 2018, cuando seguramente buscarán postular a AMLO para ir en alianza |
De ahí que ahora esté convencido de que mejor será plantearle a López que están dispuestos a
postularlo como su candidato a la Presidencia dentro de tres años, sabedores
de que el tabasqueño acabará por aceptar, a cambio de ir en alianza y no
verse borrados del mapa electoral en la Ciudad de México… Aunque el reconocer
que es «algo natural» que todo partido que se prolonga demasiado tiempo en el
poder sufre un desgaste, ya es ganancia, por más que lo diga «de dientes para afuera»
este egregio representante de los Chuchos…
Ahora que si la Ciudad de México continúa siendo dizque «progresista y de izquierda», por
aquello de que entre el PRD y Morena tendrían más de 30 de 40 mayorías distritales,
esto es un decir, debido a que hasta donde se sabe, ninguno de quienes ahora están en el
partido de López votó en el Congreso
para que le subieran de golpe y porrazo los impuestos a los mexicanos nada más por la bendita reforma peñanietista de la miscelánea fiscal… Pero más allá de si la etiqueta
de izquierda les ha permitido a los perredistas medrar
con los cargos públicos –incluida la venta de candidaturas que ya vienen haciendo desde los tiempos de López y el señor de las ligas–, además de brindar protección como lo hicieron en
Guerrero con el entonces gobernador Ángel Aguirre Rivero y el presidente municipal José Luis Abarca, de Iguala, en plena
crisis por los lamentables acontecimientos que significaron la desaparición de los 43 estudiantes
de Ayotzinapa, el PRD acabó convertido en una especie de cártel político al servicio
del gobierno federal para votar en el Congreso todo lo que les indicaban desde Los Pinos…
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Los enfrentamientos de ciudadanos con los pillos de las ratagrúas del GDF se han vuelto más frecuentes porque los de Mancera ya no saben de dónde sacar más dinero |
De ahí que ahora también
se dé cabida a la posibilidad de que ante la larga lista de yerros de los perredistas,
que sumados a los del propio Presidente Enrique
Peña Nieto y demás integrantes de su gabinete (como el asunto de las
propiedades obsequiadas por una empresa constructora a varios de ellos, incluida la primera dama, Angélica Rivera, a la que de plano aquel echó por delante para que lo cubriera), el acuerdo del Pacto
Por México para que la Ciudad de México continuara siendo franquicia amarilla, de último momento tuvo qué modificarse previo a la jornada electoral para que las elecciones en la capital fueran derechas y se acabaran las versiones en el sentido de que ya todo estaba arreglado, como aquí apuntamos en varias ocasiones…
El caso es que la felicidad ciudadana por la derrota del partido que había
sido preponderante en el DF es relativa, dado que la gente está consciente
que en las delegaciones donde triunfó Morena van a continuar gobernando los mismos, por aquello de que todos tienen
un pasado perredista y, por consiguiente, poseen las mismas mañas, es decir, cojean de los mismos usos y costumbres… Como quien dice, la misma gata, nomás que revolcada. Habrá que ver entonces si en
verdad quienes obtuvieron un cargo de representación popular en las urnas el
pasado domingo son diferentes, por
aquello de la «honestidad valiente», como ha señalado hasta la saciedad López, y que presuntamente a él esa
virtud lo caracteriza… Sabe pues la gente de esas cinco delegaciones que
quienes relevarán a los perredistas son ex perredistas que dejaron al partido
no por un prurito de honestidad valiente,
sino porque se quedaron sin ninguna oportunidad de conseguir algún espacio de
poder con los amarillos, y que posiblemente vuelvan a padecer los mismos
problemas de ensoberbecidos auto promotores del culto a la personalidad, como
ya lo han sido en el pasado al desempeñar un cargo público… Habrá que esperar
a que los de Morena comiencen a desempeñarse en sus nuevas responsabilidades,
porque en la viña del apóstol de la democracia hay varios pájaros de cuenta
que, francamente, no creemos que por algún milagro divino ya se les hayan mochado
las uñas… Al tiempo.
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