Ayer domingo MVS Radio dio
por terminada la relación de trabajo que tenía con la periodista Carmen Aristegui Flores, en virtud de
que la comunicadora «fijó como condición para resolver el problema que
enfrentamos la reinstalación de dos de nuestros colaboradores», apuntó la
empresa en un comunicado, con lo que se consumó el golpe a la libertad de
expresión luego de que ese espacio informativo y de opinión se había
significado por ser crítico del régimen, pero sobre todo tras de dar a
conocer el asunto de la «casa blanca» de la primera dama Angélica Rivera y el Presidente Enrique Peña Nieto, adquirida a Grupo Higa, uno de los consorcios
más beneficiados en la gestión como gobernador mexiquense del ahora primer mandatario;
entre otros temas que implican conflictos de interés entre funcionarios del
gabinete y empresas constructoras… El problema, según la empresa consideró «pertinente»
recordar en su comunicado, fue «que estos dos colaboradores fueron separados de
sus cargos por haber comprometido el nombre de MVS, sin contar con facultades
para ello y sin haberlo consultado previamente con la administración de la
empresa… Se trató de un diferendo jurídico que muy bien la empresa pudo
resolver en privado, si hubiese habido la intención de continuar con la
relación laboral en buenos términos una vez que la parte periodística
corrigiera su error, pero por el contrario la empresa que dirige Joaquín Vargas emprendió una campaña al
publicar desplegados de prensa y con mensajes transmitidos en sus estaciones
de radio, para dar a conocer que Aristegui
había decidido el uso de la marca MVS sin consultarlo antes con los
directivos del corporativo…
Sin embargo, es muy significativo –y hasta
explicativo–, que tras de que David
López fuera desplazado de la posición de comunicador del Presidente, su
lugar lo ocupara Eduardo Sánchez
Hernández, abogado especializado en asuntos empresariales de radio y televisión,
y quien fue vicepresidente corporativo de asuntos jurídicos y de
telecomunicaciones de MVS, de 2001 a 2006, y vocero y director jurídico en
años posteriores… Lo que definitivamente vino a favorecer los intereses de la
administración federal, sobre todo cuando trascendió que los reporteros Irving Huerta y Daniel Lizárraga, éste último coordinador de la Unidad de
Investigaciones Especiales del espacio que hasta el viernes dirigió Carmen Aristegui, investigaba la casa
de Malinalco del secretario de Hacienda, Luis
Videgaray, quien la adquirió a crédito con una tasa menor que la del
mercado a Grupo Higa… Luego de que se difundió el comunicado de MVS Radio en
su portal, el ombudsman de la audiencia de noticias de esa radiofifusora, Gabriel Sosa Plata, tuiteó cuatro mensajes: «Como
ombudsman MVS veo con preocupación y molestia que las miles de peticiones de
los radioescuchas no fueron escuchadas ni atendidas». En el segundo mensaje
destacó: «Es una noche triste para el periodismo y la libertad de expresión.
Por más que convocamos al diálogo, imperó la cerrazón»… En un tercer mensaje,
el ombudsman escribió: «Las condiciones impuestas a la periodista eran
simplemente inaceptables por dignidad profesional y por cambio unilateral a
su contrato»… Y en el último tuit aseguró:
«La audiencia de @NoticiasMVS tienen razón de estar molesta porque en este
diferendo fue ignorado totalmente»…
La decisión de MVS Radio de terminar su
relación laboral con Carmen Aristegui,
parece resumir un velado objetivo por rodear al Presidente de medios de
comunicación aplaudidores y condescendientes, como el propio Peña lo llegó a expresar con disgusto
en ruedas de prensa, ignorando que en ese tipo de encuentros con
representantes de empresas periodísticas estos no deben aplaudir a nadie
porque sólo van a cumplir con su trabajo de registrar la información oficial
proporcionada… Aunque se quiso presentar la recuperación de un espacio
radiofónico que se había convertido en constante problema para la credibilidad
del régimen como un diferendo jurídico, la acción significó un duro golpe a
la libertad de expresión –pero no su aniquilamiento–, así como un triunfo de
quienes pugnan por el regreso al presidencialismo totalitario donde aquellos
que osan cuestionar y criticar, pero sobre todo exhibir con pruebas asuntos
que rayan en la podredumbre de corrupción del sistema y sus beneficiarios,
simplemente son eliminados de los medios… Sin embargo, la libertad de
expresión continúa en las redes sociales con una ciudadanía más participativa
y crítica, dispuesta a mantener viva su percepción de las cosas, muy distinta
por cierto a la que le conviene a los de la clase política ver y difundir
principalmente en el extranjero a fin de conseguir el aplauso fácil con
mensajes lisonjeros… Mientras tanto, la periodista se presentó esta mañana a las instalaciones de MVS en Polanco para despedirse de sus compañeros de trabajo, aunque a sus colaboradores se les impidió el paso al interior... En el lugar estuvieron también algunos radioescuchas, quienes le expresaron muestras de apoyo y solidaridad a la comunicadora.
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