| «Es Claudia», sí, pero Claudia Ramos, del PRI. Fotografía Facebook |
La efervescencia del «corcholatismo» morenista y del destape de posibles suspirantes a
la candidatura de los tres partidos políticos de oposición unidos en la
alianza Va por México empieza
también a calentar el suelo de Tláhuac, lo que hizo que ya una concejala
pegara el primer brinco para levantar la mano y ser tomada en cuenta en el
reparto de candidaturas en el 2024.
Sin mayor trascendencia hace unos días la
concejala Claudia Elena Ramos,
militante del Partido Revolucionario Institucional, dio a conocer en su red
social la visita a Tláhuac de su correligionario Adrián Ruvalcaba, alcalde de Cuajimalpa y sempiterno suspirante a
la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, así como del dirigente
capitalino del menguado partido tricolor, Israel Betanzos, mano derecha desde hace varios años del
impresentable Cuauhtémoc Gutiérrez de
la Torre, detenido en diciembre de 2021 y actualmente preso en el penal
del Altiplano acusado de trata de personas en su modalidad de explotación
sexual.
El «rey de la basura» o «pepenas», como también se
le conoce, y quien además fungió como operador
político de Marcelo Ebrard Casaubón en 2006 cuando éste fue candidato del Partido de
la Revolución Democrática, para que llegara a la jefatura de
gobierno de la Ciudad de México.
Tal acto de «presentación» como suspirante a una candidatura por la coalición Va por México –y que también sirvió para que Ruvalcaba Suárez regresara a Tláhuac
en literalmente «visita de doctor», llamó la atención –nos dicen–, no por lo
desangelado que estuvo el evento –con apenas un centenar de militantes de
casa–, sino porque no fue invitado Alejandro
Durán, el empresario que en las dos más recientes elecciones le proveyó a
su partido de los votos suficientes para que otros –y ninguno de los de su
grupo político de simpatizantes, que por cierto, nunca se atrevieron a
transformar la agrupación en un movimiento de mayor repercusión o, como
suelen decir algunos convencidos del dizque cambio, con «altura de miras»–
pudiera disfrutar de las bondades que brinda una concejalía y que veremos más
adelante.
Según refieren los observadores, Claudia Ramos no invitó al empresario
porque ahora quiere ser ella la candidata a la alcaldía Tláhuac –tras dos
períodos consecutivos como concejala– y busca que Israel Betanzos se comprometa con su causa y le dé su aprobación.
Lo cierto es que la suspirante priista es muy poco
conocida en Tláhuac. Desde que con la venia del susodicho «pepenas» le arrebató
la concejalía a Emilio García –a quien
por derecho le correspondía– para ocupar un primer período como tal, muy poco
se ha preocupado por trascender con su trabajo desde ese órgano colegiado.
Caso contrario no sólo de Alejandro Durán, sino de la joven militante de Acción Nacional, Nidia Martínez Molotla, quienes en
reciente encuesta realizada por una empresa llamada «Gobernartemx», acerca de qué figuras de la oposición son
mayormente preferidas en Tláhuac rumbo a la alcaldía del Frente Amplio por México, ella va a la cabeza con 21% de las
preferencias, seguida del empresario con un punto menos.
Y aunque el tercer lugar de los que incluyó la
encuestadora es para quien usufructúa la franquicia del PAN en Tláhuac desde
hace varios años, Marco Ramírez,
con apenas 12% de las preferencias –y con su esposa Patricia Álvarez que también ya cumple su segundo período como
concejala–, es de llamar la atención que quizá esta vez, siempre y cuando no
haya «mano negra» como sí la hubo en 2021 por un legislador que opera para el
liderazgo del morenismo preponderante en la demarcación, la joven profesionista
podría ser la mejor opción de dicho frente opositor.
Máxime cuando según esa misma casa encuestadora dio
a conocer que la distancia entre la alianza entre Morena y sus «partidos
bisagra» (Verde y PT) y el Frente opositor (PAN, PRI y PRD), para ganar la
Ciudad de México en 2024, es de sólo seis puntos.
Porque en lo que corresponde a las preferencias de
los potenciales electores de Tláhuac, acerca de a quién le gustaría que fuera
la candidata a la alcaldía en 2024 por Morena-PT y Verde, la que ocupa el
primer lugar es la actual alcaldesa Berenice
Hernández, con 29%, seguida de la diputada federal oriunda de Milpa Alta,
Guadalupe Chavira, con 14%.
La encuesta de «Gobernartemx» (la que por cierto
en ningún lado deja ver la metodología que emplearon para su levantamiento),
presenta un apartado en que la población consultada calificó con 51% de
aprobación el trabajo realizado por Berenice
Hernández al frente de la alcaldía Tláhuac.
Concejalías, mina de oro
El caso es que las concejalías son lo de hoy.
Trascendió que Ricardo Monreal,
una de las «corcholatas» morenistas que recientemente visitó Tláhuac, lo que en
realidad tiene pactado con el presidente de la dizque transformación no es la
candidatura presidencial de Morena en 2024, sino 16 concejalías –una por cada
alcaldía de la Ciudad de México–. ¿Para qué quiere las concejalías?, se
preguntará usted. Pues para poner incondicionales.
Y es que la suma de lo que podría recolectar es bastante
atractiva. Un concejal gana 35 mil pesos mensuales, más 25 mil pesos del
asesor «A» (pesos más, pesos menos) y unos 20 del asesor «B», dan como
resultado 80 mil del águila. Al año son 960 mil pesos, suma nada despreciable.
Nos dicen que una de las concejalías que con votos
Alejandro Durán contribuyó a que el PRI ganara en Tláhuac en 2021, la pidió
nada menos que un tal «Alito». ¿Ha escuchado hablar de él? Sí, es otro
impresentable de dicho partido. Alejandro
Moreno, quien trabaja como dueño del menoscabado partido.
Resulta que una de las dos concejalías que
corresponden al tricolor la tiene Claudia
Elena Tamos, pero la otra fue ocupada por un tal Richard Ulises Solórzano Jiménez. ¿Lo conoce? ¿Ha escuchado
hablar de él? Seguramente no, porque ni siquiera vive en Tláhuac, radica en
la Cuauhtémoc, de ahí que sólo visite la concejalía una vez a la semana, y
eso un rato, o para levantar el dedo en señal de aprobación o visto bueno de
algo que corresponda al oficialismo.
Pues bien, esos 960 mil pesos del águila –según
dichos de las malas lenguas– van a parar a los bolsillos de «Alito» –menos la
cantidad por la comisión que se le paga al presunto concejal por sus valiosos
servicios–, amén de alguna o algunas otras concejalías en vaya usted a saber
en qué alcaldías más.
Cuentan que el día en que los concejales rindieron
protesta de sus cargos ante Berenice Hernández, el único que no llegó a la
cita fue precisamente don Richard, y es que nadie en el PRI capitalino se
preocupó en decirle cuánto tiempo tomaba llegar a Tláhuac, sobre todo
si elegía la opción por donde el gobierno capitalino lleva más de dos años reparando la Línea 12
del Metro.
Así que ya sabe usted la importancia que tienen
las concejalías, no tanto porque quienes se desempeñan como tal deban supervisar
y evaluar las acciones de gobierno, tanto en el control del ejercicio del
gasto público o con la aprobación del proyecto de presupuesto de egresos
correspondiente a la alcaldía, sino por el dinero que significa cada una.
¡Cosas
veredes que non crederes!, lector, lectora,
en esta mundanidad de avideces y codicia tan exclusivo de la politiquería.
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