| Tráiler de Corena que en flagrante violación a la ley ambiental descargaría cascajo en suelo de conservación |
Personal de Corena –Comisión de Recursos Naturales y Desarrollo
Rural– a bordo de un tráiler en cuya góndola transportaba cascajo proveniente de Paseo de la Reforma,
ingresó el pasado viernes a la Ciénega de Tláhuac para vaciar su
descarga en un predio de suelo de conservación que es propiedad del señor Alan de la Rosa, quien de inmediato reportó
el hecho a la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa). | La placa del tráiler cuya góndola iba cargada de cascajo |
En el lugar se presentaron policías de investigación, los cuales requirieron
al conductor del tráiler que mostrara la documentación correspondiente, pero éste
sólo contaba con una hoja en la que se decía que el cascajo provenía de una
empresa con domicilio en Paseo de la Reforma 445 en la alcaldía Cuauhtémoc. | Según la hoja transportaba 32 metros cúbicos de cascajo |
El chofer dijo estar adscrito a la dirección de Maquinaria de
Corena, donde su jefe es Basilio Garcés, funcionario que al enterarse que
aquel había sido descubierto por el señor De la Rosa y detenido por
policías de investigación de la Profepa, inmediatamente envió a dos empleados
para que se llevaran el tráiler y rescataran al conductor. | El material provenía de una construcción en Paseo de la Reforma |
La mañana de este lunes, quien dijo llamarse Héctor Aguilar, también
de Corena, se comunicó vía telefónica en tres ocasiones con el señor De la Rosa y, de
acuerdo con el testimonio del propietario del predio, recibió amenazas del
funcionario.
Profepa
agradece el compromiso del señor De la Rosa
Posteriormente, el señor De la Rosa recibió un correo electrónico de la
Profepa en el que le agradecen su «participación comprometida y activa» al
haberles comunicado los hechos. «La transformación de México» así lo requiere,
precisa el organismo.
Sin embargo, le «sugieren» que como de los
hechos denunciados «no se desprenden actos, hechos u omisiones de competencia
de esta Procuraduría», acuda ante la Alcaldía de Tláhuac a denunciar la
situación.
Le recuerda que «la Ley General del Equilibrio Ecológico y la
Protección al Ambiente establecen que las alcaldías tendrán a su cargo las
funciones y servicios públicos, entre ellos la recolección, traslado,
tratamiento y disposición final de residuos sólidos urbanos e industriales
que no estén considerados como peligrosos; así como la aplicación de las
disposiciones jurídicas relativas a la prevención y control de los efectos
sobre el ambiente ocasionados por dichos residuos».
Respecto a la situación de que está recibiendo amenazas, la Profepa le
conminó a que «presente su denuncia ante la Agencia del Ministerio Público
más cercana a su domicilio».
«Lo anterior es así ya que –dice la Profepa en su correo electrónico–,
si esta Procuraduría realizara cualquier tipo de acto jurídico en relación
con el asunto que nos ocupa, estaría invadiendo la esfera jurídica de
competencia de las citadas autoridades, por lo cual sus actuaciones
carecerían de validez», ello con fundamento en la Ley Federal de Procedimiento
Administrativo. Lo cierto es que esta ocasión un pequeño propietario descubrió a tiempo una práctica que en Corena puede ser más habitual de lo que se supone.
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