| Octavio Rivero, dizque trapecista del vodevil político |
El que
políticamente se niega a morir es el alcalde de Milpa Alta, el as del
trapecio de la grilla circense y partidista, Octavio Rivero Villaseñor,
quien después de haber quedado como el perro de las dos tortas (al menos en su nuevo partido, sin posibilidad de reelección y sin candidatura a diputación), a pesar de
su reciente salto mortal con giro invertido y tres maromas al frente hasta terminar
agarrado al columpio de Morena, y que hasta hace unos días andaba regalando
tinacos a diestra y siniestra por colonias y pueblos de esa demarcación con
tal de llamar la atención de la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, a
fin de que ésta influyera en la decisión de quienes integran la cúpula de
dicho partido para concederle la candidatura por el distrito siete local, que
comparten Tláhuac y Milpa Alta, ahora transmutó en promotor de prospectos a
ser candidatos de diversos partidos políticos para la elección de junio.
En efecto, nos
dicen que ya a la desesperada, don Octavio anda cual agente promotor,
pero no de jugadores de futbol, sino de colaboradores y operadores suyos para
ver si logra quedarse con algo una vez que la reelección no se le hizo por
parte de su nuevo partido, Morena. Parece que ya sólo falta que como aquellos
que ofertan su mano de obra en las afueras de la catedral metropolitana, don Octavio
saque su banquito afuera del edificio de la Alcaldía y coloque sus muñequitos sobre
la banqueta para ver si en algún partido se interesan por comprarlos.
Nos cuentan que los
productos que el alcalde busca vender son algunos de sus más fieles y leales
colaboradores que, de paso, también le hicieron segunda en los dos años pasados
que tuvo de calentura política, cuando anduvo empecinado en cuajar su mentado
proyecto denominado Movimiento 16 (M16), por el que pretendía conformar un
gran corredor naranja en el sur de la capital del país, específicamente en
las alcaldías Milpa Alta, Tláhuac y Xochimilco, por aquello de que todavía
estaba afiliado a Movimiento Ciudadano, partido por el que había alcanzado la
alcaldía en alianza con PAN y PRD, así como la mano del priista y entonces
jefe delegacional Jorge Alvarado.
Pero como en
Movimiento Ciudadano nadie le tomó en cuenta su supuesto trabajo y perdió el
apoyo de sus aliados debido a sus ambiciones de consolidarse como el cacique
de la antigua Malacachtepec Momoxco, don Octavio se juntó con los del
Partido Encuentro Social –después Encuentro Solidario– y pidió a sus
incondicionales que lo seguían en M16 que se pusieran a desafiliar a quienes ellos habían afiliado a Movimiento Ciudadano y después hicieran lo conducente para
que los afiliaran al PES. Sin embargo, en el PES no le funcionó la jugada y
entonces se tiró al trapecio mayor a fin de caer en la red de los de Morena.
Tras de dejarse
ver en los actos públicos del presidente López en el Zócalo capitalino,
ciertamente ahí comenzaron a verlo como un prospecto de militante de la
cuarta transformación, y para acelerar su aceptación en el partido
preponderante aceleró las prácticas clientelares y se puso a regalar tinacos,
obviamente con presupuesto de la alcaldía, hasta que el engrudo se le hizo
bolas cuando supuestamente golpeó a una vecina inconforme porque a ella y los
de su grupo no les había tocado nada. Aun así, don Octavio seguramente
hasta se llegó a ver con una curul luego de que doña Claudia Sheinbaum
anunció la incorporación del alcalde milpaltense a Morena, pero no, nunca hizo el anuncio público porque lo tuviera considerado para una candidatura, el salto
mortal lo dio a conocer pero sólo con fines propagandísticos.
Así que ahora el
susodicho alcalde anda, como ya anotamos, cual promotor de futbolistas en el draft buscándole acomodo en algún
equipo a sus representados. Nos cuentan que ya propuso a Misael Cruz
–actual encargado del despacho– y a Gardelia Evillano –directora de
Desarrollo e Inclusión Social– para la alcaldía de Milpa Alta. ¿Por qué
partido? Nos dicen que ya los ofreció en el Partido Verde y en el PES, que es
donde le han abierto la puerta para ver de qué calidad son las fruslerías que ofrece.
Porque, como es de
suponer, el mismo don Octavio va incluido en el kit de prospectos y él, como todo mortal que ya está infectado
por probar las mieles de un cargo público, quiere ser postulado como
candidato al congreso local por el distrito 7, sí, el compartido entre
Tláhuac y Milpa Alta. Y es que tan seguro estaba el alcalde que la jefa de gobierno ya
lo tenía entre sus considerados para una candidatura, que hasta pagó la renta adelantada
de su casa de campaña en el Barrio de la Asunción de San Pedro Tláhuac.
En tanto que para
el partido de Redes Sociales, Rivero Villaseñor busca acomodar a como
dé lugar a Abdul Ramos –actual concejal milpaltense– como candidato a
la alcaldía, mientras que a Nathaly Leyva Hernández –quien fungía como
su operadora política en Tecómitl– busca ponerla como candidata a una
diputación federal. Pero de vuelta con el Partido Verde, el trapecista del
circo de tres pistas de la grilla politiqueril
busca acomodar a Alberto Melo para la alcaldía, mientras que a la ex
diputada local y ex priista Karla Valeria Gómez –directora de
cultura de su administración– en el distrito 7.
Así las cosas con tan
singular personaje que, según nos cuentan, se niega a ser excluido de la
historia local debido a caracterizarse como un insignificante político que por
andar de lángara terminó por perder la confianza y credibilidad de una buena parte del
electorado milpaltense… Al tiempo.
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