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La jefa de Gobierno va por el mismo camino que su antecesor en eso de tener una distorsionada visión de la realidad, bien por su estulticia o por conveniencia propia |
La
visión que le han hecho creer desde Tláhuac a Claudia Sheinbaum, jefa de
Gobierno, con respecto a la alarmante situación de inseguridad que viven los
habitantes de esa demarcación, es que la descomposición social y los
problemas de inseguridad, incluido el surgimiento y fortalecimiento del
cártel de la localidad, es resultado del «abandono de 15 años en las tierras
de cultivo.
Y
como la gobernante acostumbra muy seguido pecar de ingenua, o navega con esa
bandera por así convenir a los intereses de quienes integran la nueva mafia
del poder, se pone a repetir semejante barbaridad –sobre todo cuando pisa
Tláhuac–, tras de que el campo en esa demarcación en su gran mayoría está abandonado
porque a sus dueños –y sobre todo a los descendientes de estos– dejó de
interesarles trabajar la tierra.
Sin
embargo, insistir en endilgarle a la sociedad capitalina y, especialmente, a
la de Tláhuac, tamaña mentira, deja la sensación de que sus dichos son para
encubrir a un correligionario suyo, quien como delegado en la pasada
administración pactó –y co-gobernó, según fue evidenciado en medios de
comunicación– con el abatido líder del cártel de la localidad.
Durante
su participación en un congreso de ingeniería, ciencia y gestión ambiental organizado
por la Asociación Mexicana del mismo nombre (AMICA), celebrado a fines de
octubre, Sheinbaum aseguró que «la falta de inversión y desarrollo económico
propició que los jóvenes se acercaran a actividades relacionadas con la
delincuencia».
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