Si algo
caracteriza a la Comarca Lagunera es el deplorable estado del transporte
público desde hace muchísimos años, y cuando parecía que todo se iba a
componer en materia de movilidad, llegó el presidente populista y lo echó
todo a perder.
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Por Sergio Rojas
Como candidato ofreció que apoyaría el Metrobús en La Laguna
Si algo caracteriza a la Comarca Lagunera –región comprendida entre los
estados de Durango y Coahuila– es la deplorable situación que guarda el
transporte público y no de ahora, sino de hace por lo menos unas cinco
décadas.
Incluso, el deterioro del transporte público que sobre todo circula
entre las tres principales ciudades –Torreón, Gómez Palacio y Lerdo– se acentuó
debido a la corrupción de las instancias municipales responsables del
tránsito municipal, aunado a la prevaleciente inseguridad.
Las consecuencias son que cuando el reloj marca las 20:00 horas, los
autobuses rojos y los verdes interrumpen su circulación y, por consiguiente,
quien no cuenta con automóvil y se encuentra en Torreón y debe transportarse
a Gómez o Lerdo, y viceversa, ya no puede hacerlo.
A menos que prefiera hacerlo exponiéndose a caminar de noche grandes
distancias y ser presa fácil de la delincuencia.
O molestar a algún familiar para que vaya por uno en automóvil.
El caso es que como ahí el sistema de taxis por aplicación no ha podido
entrar debido a la corrupción de las autoridades, si no se tiene la opción del
familiar, la otra posibilidad es hospedarse en un hotel o, de plano, quedarse
en la calle.
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En Gómez Palacio ni los conductores de los autobuses rojos se salvan de las mordidas que les dan los perrunos inspectores de la presidencia municipal |
Porque ni los taxis tanto de Durango como de Coahuila tampoco pueden cruzar
la línea divisoria entre las dos entidades, marcada por el Río Nazas, debido
a que si lo hacen a cualquier hora, son detenidos por los tránsitos que cual
vil fieras depredadoras que deben reportar cuotas a sus jefes, le quitan
hasta el último peso o, incluso, la unidad misma si lo esquilmado al infeliz
conductor se les hace poco.
De pronto la luz pareció llegar a los habitantes de esa región hace
poco más de un año, los cuales no tienen vehículo propio para trasladarse a
sus centros de trabajo, ya sea en Torreón o en Gómez Palacio y Lerdo, cuando
fue anunciada la obra del Metrobús, el cual comunicaría las tres ciudades.
En Torreón, donde se caracterizan por tener un espíritu emprendedor –con
todo y lo corrupto que resultan ser la mayoría de servidores públicos–,
comenzaron las obras del Metrobús alcanzando hasta el día de hoy un avance
del 80 por ciento.
Todavía cuando el mentado «mesías tropical» llegó a Torreón en campaña,
prometió que de llegar a la presidencia de la República respetaría el
proyecto del Metrobús para que los habitantes de La Laguna tuvieran mejor movilidad.
Sin embargo, hace una semana el populista «mesías tropical» regresó a
la Comarca Lagunera, específicamente a la parte correspondiente a Durango, y ante
algunas protestas el ensoberbecido y trastocado por el poder sometió la
construcción del Metrobús a una de sus delirantes consultas públicas a mano
alzada.
Obvio, como entre los casi cinco mil seguidores del desquiciado
presidente había numerosa presencia de transportistas –que, como con los
taxistas en el caso de Uber, no quieren competencia–, el populista dio por
cancelada la construcción del Metrobús.
La medida pasó a fastidiar a miles de laguneros que son usuarios del patético
transporte público que ahí funciona, y sólo porque el presidente decidió
quedar bien con una fracción que como en el caso de su aeropuerto y el
mentado tren maya, no son representativas de la mayoría.
Pero es el estilo de quien busca consolidar su dictadura con medidas absurdas
y la dádiva estúpida para engatusar a sus fanáticos, los que aún no quieren
ver que el presidente nos lleva a todos al desfiladero.
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