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Para vecinos de los alrededores el albergue se convirtió en un problema |
El albergue temporal que
el gobierno mexicano había habilitado en el Faro de Tláhuac y que al final se
convirtió en un foco de inseguridad para los habitantes de los alrededores
del Bosque Tláhuac, debido a que a decir de estos grupos de migrantes
centroamericanos se salían a delinquir, luego de casi dos meses fue cerrado
este jueves.
A decir de la Comisión
de Derechos Humanos capitalina, luego de «brindar ayuda humanitaria a los migrantes
que llegaron a la Ciudad de México», finalmente el albergue fue cerrado.
En un comunicado, la Comisión
detalló que el 14 de noviembre arribó al estadio Jesús Martínez «Palillo» de
la Magdalena Mixihuca la tercera caravana migrante, conformada por unas mil
200 personas, en su mayoría salvadoreñas, acompañadas por el padre Alejandro
Solalinde.
El 19 de noviembre se
trasladaron casi 700 personas a la Casa del Peregrino de la Arquidiócesis
Primada de México, en la alcaldía Gustavo A. Madero, donde permanecieron seis
días más.
En espera de cumplir sus
trámites migratorios, el 24 de noviembre unas 400 personas se trasladaron al
Faro de Tláhuac. Sin embargo, este jueves concluyeron las acciones en el albergue
dirigidas a un grupo de 45 migrantes que permanecían ahí, por lo que se
decidió cerrarlo.
El equipo del padre Solalinde
informó que la mayoría de esas personas ya contaban con documentos migratorios
desde el 21 de diciembre.
De ese grupo, 25 personas
fueron trasladadas al albergue de Hermanos en el Camino, en la Colonia Martín
Carrera, de la alcaldía Gustavo A. Madero.
El resto de las personas
ya habían sido contratadas por empresas de Monterrey, Guadalajara y Morelia.
Durante este mes y medio
de la permanencia de las tres caravanas, de manera continua se ofrecieron servicios
de alimentación, médicos, legales y seguridad, provistos por el Gobierno de
la Ciudad de México, los cuales fueron proporcionados por las
secretarías de Gobierno, Salud, Desarrollo Social, Seguridad Pública, Protección
Civil, DIF y las alcaldías.
Según dicha Comisión, con
el cierre del albergue temporal del Faro de Tláhuac hubo «saldo blanco
durante toda la atención brindada a la población migrante desde el sábado tres
de noviembre», aun cuando los vecinos de los alrededores del Bosque tuvieron
que redoblar sus precauciones debido a que grupos de migrantes salían a
exigir dinero a quienes por ahí transitaban.
De acuerdo con la CDHDF, «esta Ciudad demostró
una gran solidaridad con la población proveniente de varios países de Centroamérica»,
al grado de que el alcalde de Tláhuac, Raymundo Martínez Vite, olvidó los problemas
que los habitantes de colonias y pueblos tienen para ir a tomarse la foto con
el activista Solalinde.
La comisión destacó que desde el primer día
de su llegada a la ciudad y hasta hoy, estuvo presente en cada uno de los lugares
habilitados como albergues para las personas migrantes y personas refugiadas.
También agradeció a las
organizaciones civiles e internacionales, así como a todos los que contribuyeron
para que se ofreciera atención a esos grupos.
«La CDHDF reconoce la articulación
y coordinación de acción del Gobierno de la Ciudad de México y de las alcaldías
durante estos casi dos meses», dijo el organismo en su comunicado.
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