«Los
antagonismos que se viven en el país en cuanto a la distribución del agua
agravan el problema, y en una misma ciudad no existe la misma distribución
a colonias de escasos recursos como en las colonias de mayor nivel
económico; el acceso, la distribución y la disponibilidad son inequitativos»,
afirmó investigadora de la Flacso.
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Distribución del agua es inequitativa |
Alrededor de 50 por
ciento del agua que reciben siete de cada 10 hogares mexicanos se pierde debido
a fugas, mala infraestructura o tomas clandestinas, aseguró María Luisa
Torregrosa y Armentia, investigadora de la Facultad Latinoamericana de
Ciencias Sociales (Flacso) y coordinadora de la Red de Agua de la Academia
Mexicana de Ciencias (AMC).
Pero además, la
inequidad en la distribución junto con la demanda del recurso que incrementa
proporcionalmente el crecimiento de la población, puede provocar una crisis
de abastecimiento para los próximos 20 años, donde las poblaciones marginadas
serían las más afectadas.
Tan sólo en México, las
entidades que presentan el menor porcentaje de acceso al agua entubada son
Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Veracruz y Puebla; mientras que los estados con
mayor acceso son Aguascalientes, Colima, Ciudad de México, Nuevo León y
Jalisco.
Refirió que el papel de
la ciencia y tecnología en la problemática del abastecimiento y acceso al
agua es importante, pero no son los únicos involucrados debido a que el tema
también está ligado estrechamente con los aspectos sociales, económicos,
políticos y culturales de las sociedades, de ahí la importancia del trabajo
interdisciplinario para la solución del problema.
A mayor población, mayor
demanda de agua
Desde la perspectiva
social en que trabaja el tema del agua, Torregrosa consideró que la
problemática en México es seria, pues su distribución es inequitativa y no
todos los municipios tienen la posibilidad de recibir el recurso a través del
sistema de tuberías. Sin embargo, la población mexicana tiene acceso al agua
potable a través de agua entubada, pozo comunitario o particular y por medio
del acarreo de llave comunitaria.
«En términos
poblacionales, México cuenta con más de dos mil 400 municipios y abastecer de
agua bajo la lógica de instalación de tuberías y sistemas centralizados a
comunidades con amplia dispersión geográfica sería un gran error», dijo.
Por esa razón, estimó
que en 20 años alrededor de cinco mil millones de personas en el planeta vivirán
en zonas urbanas, lo que repercutirá en una creciente demanda de los
servicios de agua y saneamiento y, en consecuencia, habrá una fuerte presión
sobre el agua.
«La escasez de agua
afecta a más de 40 por ciento de la población mundial y, sin duda, irá en
aumento, pues no sólo la demanda del agua va a la par del crecimiento
poblacional, también le añadimos el factor cambio climático, las zonas áridas
crecerán y la disponibilidad de agua será menor», indicó.
México y el mundo
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María Luisa Torregrosa y Armendía |
Alrededor de 11 por
ciento de la población mundial vive en zonas pobres o asentamientos dispersos
alrededor de las ciudades, hecho que reta a las organizaciones
gubernamentales a proporcionar suficiente agua y saneamiento.
Aseguró que en América
Latina existen países que tienen un menor producto interno bruto (PIB) que
México; sin embargo, tienen una mejor cobertura de agua y saneamiento, como
es el caso de Uruguay, Chile o Argentina, lo cual se debe a que poseen
sistemas de distribución de agua más equitativos que nuestro país.
«Los antagonismos que se
viven en el país en cuanto a la distribución del agua agravan el problema, y
en una misma ciudad no existe la misma distribución a colonias de escasos
recursos como en las colonias de mayor nivel económico; el acceso, la distribución
y la disponibilidad son inequitativos».
Además, está demostrado
que los problemas de agua de las ciudades del mundo son manejables, debido a
que la mayor parte del acervo teórico, así como la experiencia y la
tecnología, se encuentra disponible.
El derecho al agua
Torregrosa subrayó la necesidad
de entender el servicio del agua como un servicio público, comunitario,
social, donde se vea este recurso como patrimonio de la biósfera y un derecho
humano y no como una mercancía.
«El problema es que a
pesar de todas las inversiones que se han hecho y de las intenciones de
resolver el problema, todavía tenemos faltantes muy grandes», indicó.
Bajo este contexto, pidió
que la comunidad científica diseñe metodologías de diagnóstico
multidimensionales para resolver los problemas del agua y saneamiento y poner
este conocimiento a disposición de las autoridades correspondientes.
Con esta iniciativa se tendrían
elementos para contribuir en la preservación basados en la organización
social y la cooperación solidaria de la población, valores que la
especialista consideró fundamentales para el manejo sustentable del agua.
Fuente: Conacyt
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