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Javier Duarte de Ochoa |
Tan seguro estaba el ex gobernador de Veracruz, Javier Duarte, que su compromiso
contraído con el presidente Enrique
Peña desde sus días en campaña como candidato, le daba carta de inmunidad
para no irse a esconder tan lejos –como sí lo hizo Tomás Yárrington, quien vivía plácidamente nada menos que en
Florencia, Italia–, que quizá por eso consideró más conveniente pasar una
larga temporada vacacional en Guatemala mientras en México con el tiempo se
olvidaba lo de su desfalco al patrimonio veracruzano por más de 50 mil
millones de pesos… Cuando Manlio Fabio
Beltrones era presidente del CEN del PRI, había buscado infructuosamente que
al menos Javier Duarte de Ochoa
pidiera licencia al cargo de gobernador de Veracruz antes de la elección del
cinco de junio de 2015 y con ello evitar el voto de castigo –lo que
finalmente sucedió en siete entidades–, pero éste logró mantenerse en el
cargo gracias al «compromiso económico» contraído desde 2012 con el presidente
Peña Nieto… Sucedió que al
enterarse de la intención de Beltrones,
Duarte de Ochoa vino a Los Pinos, «alegó
lo que a su parte consideró y se quedó en su cargo, y nos hizo todo el daño
que nos tenía que hacer», comentó después una fuente consultada… Por eso Duarte consideró que a él, en caso de
que alguna instancia internacional llegara a capturarlo, le iba a suceder
igual que a su ex correligionario Humberto
Moreira, ex gobernador de Coahuila, quien de igual forma tenía un
compromiso contraído con Peña, por
lo que al extraditarlo a México, como fue el caso del ex dirigente del
partido tricolor, las acusaciones en su contra también se disolverían por
obra y gracia de los de su cofradía política. Debió haber pensado que las
acusaciones de diversos delitos de corrupción y crimen organizado,
desaparecerían con el tiempo… De ahí que aún falte por ver el siguiente
capítulo de la intrincada historia de los politicastros insertos en la clase de
los usufructuarios del poder, una vez que transcurra el período de
linchamientos mediáticos y la consecuente expiación de culpas por parte de
los simuladores del mercado electoral, como Margarita Zavala que fue la primera en aventar la piedra tuitera
sin recordar lo que su marido causó en Pemex, junto con otros de su partido y
que ahora se encuentran instalados plácidamente en el Congreso… Al parecer Javier Duarte no consideró necesario
ir más lejos a esconderse, ni siquiera contempló la posibilidad de hacerse
alguna cirugía facial como para despistar incautos, lo que podría reforzar la
hipótesis de que se sentía protegido, como al final de cuentas lo han estado,
insistimos, su ex compinche partidista Moreira,
así como el perredista Marcelo Ebrard,
quien tras de su escandalosa gestión en el gobierno capitalino por el
endeudamiento público jamás visto y la multimillonaria desviación de recursos
durante la construcción de la fallida línea 12 del Metro, negoció un buen
acuerdo para que lo dejaran disfrutar de su fortuna en París… Al final de cuentas, a Raúl Salinas de Gortari lo sacaron de la cárcel y se le regresó su cuantiosa fortuna, no mayor por cierto a lo que el veracruzano desapareció... Lo cierto es
que Duarte también pudo pecar de
incauto, por aquello de que no se dio por bien servido con que lo dejaran
pelarse del país, ahora sí que con casi
todo y chivas, y que eso finiquitaba cualquier compromiso contraído con el
presidente, lo que lo llevó a instalarse muy cerquita del terruño… Esta vez Peña Nieto no presumió en sus redes
sociales la captura de Duarte, como
lo hizo con la captura de capos de la droga que casi a la par de las
detenciones –por obvias razones– aprovechó para presumir al país que su
gobierno actúa y cumple con la justicia… Cuando todavía era candidato a la
presidencia, Peña Nieto presumió en
un programa de Televisa que los gobernadores de Quintana Roo, Chihuahua,
Campeche y Veracruz eran «ejemplo de la renovación de su partido»… Aunque cuatro
años más tarde, ya como presidente de la República, se olvidó de su
declaración durante el foro «Impulsando a México», organizado por el grupo El Financiero Bloomberg, en donde al
momento de las preguntas y respuestas, un periodista le cuestionó si todavía
pensaba que Javier Duarte era
ejemplo del nuevo PRI, por lo que dijo no recordar «yo la alusión, pero
seguramente en algún momento la hice, si es la referencia que hacen»… Luego
dijo que el PRI «ha sido artífice y constructor de las grandes instituciones,
no exento de errores, no exento de fracasos, no exento de desaciertos, como
me parece ocurre en todas las fuerzas políticas del país»… El caso es que
estamos ante un montaje más de la captura de un pez gordo de la política
mexicana, realizada por la Interpol, y potencial candidato a ser diputado una
vez que regrese al país y se disuelvan los cargos de corrupción y crimen
organizado tras de cumplirse el objetivo de su detención luego de celebradas
las elecciones de junio próximo (ahí está nuevamente el ejemplo de Humberto Moreira en Coahuila, quien
será legislador local voten o no por él)… Porque, al igual que en el caso de Yarrington a quien se le localizó
debido a la visita que le hizo un familiar, en el de Javier Duarte dieron con su paradero dizque por un vuelo privado
en el que viajaron a Guatemala ocho familiares… Pero en fin, la podredumbre
de corrupción en los ámbitos del poder seguramente también ha trastocado a
los usufructuarios de éste, debido a que cada vez son tan predecibles estos siniestros
políticos que hasta llegan a suponer –porque no podemos asegurar que estén aptos
para ejercer la función de pensar–
que quienes integran la población son tan ingenuos que se tragan sin chistar todos
los cuentos con que pretenden justificar su permanencia en el cargo o vil
hueso… Habrá que ver, pues, si como guión de telenovela los comediantes en
cuestión se van a apegar a él, o saldrán con que para taparle el ojo al macho
al rufián veracruzano, el más grande pillo de la historia de México –cuál robo
del siglo ni qué ocho cuartos del celuloide–, lo van a poner a la sombra por
algún tiempo.
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