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El jefe de Gobierno armó su tinglado para subirse al tren del oportunismo mediático |
Luego de que el 12 de marzo de 2014 suspendió el servicio de la línea 12 del Metro entre las estaciones Tláhuac y Atlalilco, debido a una falla estructural de la vía, daños en durmientes y fijaciones de rieles además de su consiguiente desgaste, esto es, veinte meses y sin mayor reparo ni objeción ante el evidente fraude a la sociedad mexicana que significó suconstrucción, el jefe de gobierno del Distrito Federal, Miguel Ángel Mancera, armó ayer su tinglado ayer domingo en torno a la fraudulenta obra a fin de encabezar la ceremonia de reapertura de 11 de 20 estaciones cerradas
por fallas en el diseño y construcción de la línea del Sistema de Transporte Colectivo... Previo a ser el primero en abordar el tren del oportunismo político, el jefe de gobierno envió un mensaje a las «muchas voces» que, según
dijo, «apostaron porque no íbamos a
llegar a este día», por aquello del tiempo que se había fijado para la reanudación del servicio: veinte meses con 17 días.
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Marcelo Ebrard ni siquiera fue invitado, aunque viviera en Francia, a la reanudación del servicio de su línea dorada |
En la que es considerada como el monumento más grande a la corrupción de
un gobierno en el Distrito Federal, un asustadizo Miguel Ángel Mancera, por aquello de que en ningún momento de su discurso se atrevió emitir algún pronunciamiento o
que fijara su postura con respecto a la cuestionada obra de su antecesor, Marcelo
Ebrard Casaubón –auto exiliado en París aun cuando siempre retó a quienes
desde el PAN en las tribunas de los congresos federal y local, incluso desde mucho antes de que presuntamente
los maiceara como fue el sello distintivo de su gestión, para retarlos a que le
comprobaran que él había firmado un solo documento relacionado con
la construcción de la línea 12–, para tratar de contribuir al esclarecimiento del desvío de millones de pesos de dicha obra, optó por eludir el tema. Más bien el timorato jefe de gobierno llegó un momento en que se envalentonó al sentirse arropado por los suyos y aseguró que «hubo varias voces
que apostaron a que sería verdaderamente difícil, si no es que imposible, que
pudiéramos estar en la reapertura de la línea 12».
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Mancera disfrutó la reapertura de la línea 12 como si fuera su juguete nuevo |
En el colmo del oportunismo político, el
insólito doctor Mancera develó una placa y una escultura conmemorativa por la fecha de reapertura de las estaciones que faltaban por entrar en servicio de la fraudulenta línea 12 del
Metro… Si acaso, Jorge Gaviño Ambriz, el director del STC Metro, quiso ser más directo al aludir los multimillonarios recursos despilfarrados en la
obra y habló de «millones de pesos convertidos en chatarra y en rebabas de acero,
pernos cercenados, sujeciones rotas, desgastes excesivos, rieles ondulados,
ruedas deformadas, durmientes inservibles, balasto convertido en arena y
grava». Pero nadie se atrevió a hablar de esos otros miles de millones de pesos que desaparecieron en la danza de recursos y que ni siquiera en las instancias procuradoras de justicia se tiene el más mínimo interés indagar su paradero. Eso sí, Mancera y Gaviño se regodearon con la ignominiosa esfinge
con la que se rinde culto a la podredumbre de corrupción de un gobierno
de seudo izquierda en la escultura Ondulatum
Est Ave Fénix, del artista plástico Francisco
Cárdenas.
| Chitón, nadie lo va a fusilar, es de los nuestros, parece decir el militar |
El fastuoso acto de precampaña armado por jefe de gobierno incluyó un reconocimiento al propio Mancera por parte de una organización denominada «Asociación
Latinoamericana de Metros y Subterráneos», según ésta, premió al gobierno capitalino por la rehabilitación de la fallida
línea 12, independientemente de que lo tenía que haber hecho debido a que era la obligación. Le entregaron una placa al doctor Mancera por la rehabilitación de la multimillonaria obra, luego de que el mandatario capitalino anunciara el supuesto levanta miento de una encuesta a fin de justificar el incremento al precio del boleto
para ingresar al Metro.
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La dulce vida de Marcelo Ebrard en París |
La construcción y los trenes de la llamada «línea dorada» requirió una inversión de
47.9 mil millones de pesos, dos mil millones de pesos más que el costo para la construcción (partiendo de cero) del
tren bala México-Querétaro, el cual y según lo informado por el gobierno federal será ocho veces más grande y de material
avanzado… También de acuerdo con el gobierno capitalino, la rehabilitación demoró 20 meses
luego de que hubo un diagnóstico con expertos internacionales (la empresa TÜV Rheinland), así como dos
fases de trabajos correctivos: en tramos rectos y curvas con radio mayor a
550 metros, se reemplazó el balasto para reducir las vibraciones y fueron
aplicadas soldaduras «aluminotérmicas». Y en una segunda fase, para curvas de
radio menor a 550 metros, fueron sustituidos todos los elementos de vía:
riel, durmientes, fijaciones y basalto en 16 curvas… Sin embargo, en ningún
momento se hizo mención a qué empresa constructora le correspondió hacer el apuntalamiento del tramo del viaducto
elevado que se localiza en Avenida Guillermo Prieto casi esquina con Avenida
Tláhuac, en Zapotitlán, tema que aquí en nuestro espacio hemos abordado en dos ocasiones (Ni Mancera ni Gaviño quieren voltear a ver la
fractura de la línea 12, del 30 de septiembre, e Imposible
reabrir la línea 12 en noviembre, a punto de derrumbarse, del siete de septiembre), por lo que
quedará pendiente el correspondiente informe sobre todo a la ciudadanía de la zona oriente del Valle de México acerca de cuáles fueron
las causas que llevaron a solamente apuntalar la estructura elevada con seis tubos de
acero, y determinar no que no era necesaria su demolición y nueva construcción.
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Lo que el viento a Juárez le hace la justicia al Carnal en París |
Puede ser que en previsión de los costos políticos que para el jefe de
gobierno le hubiese significado el haber retrasado aún más la reanudación del
servicio en la línea 12, decidió jugársela con el tramo del viaducto
elevado incluido y, al igual que lo hizo Ebrard
en su momento al adelantar la inauguración de su «línea dorada» sin haber sido terminada, a fin de capitalizar el efecto político en sus
pretensiones presidenciales para 2018… Mancera y Gaviño están plenamente convencidos de
que al menos en lo que resta del sexenio en la jefatura de gobierno no habrá más cierre de la línea 12, habrá, se dijo, mantenimiento preventivo constante, aunque éste sea pagado
con dinero de los contribuyentes capitalinos. La línea 12 sigue absorviendo recursos, de la misma fuente por cierto de donde los obtuvo quien ahora se da una vida de lujos
y confort en París, al aprovechar que en la clase política mexicana nadie puede arrojar la primera piedra, ante el riesgo de ser lapidado con el destape de su propia cloaca… Por lo pronto, habrá que ver si mejoró el servicio que ofrecía la línea 12 hasta antes de que
fueran cerradas 11 estaciones. Se tendrá que comprobar si valió la pena haber invertido otros mil 100 millones de pesos más a la obra que, a decir del director del Metro, significó el costo de la rehabilitación del tramo colapsado. El problema es que para el ciudadano
común siempre estará la duda acerca de qué fue lo que sucedió realmente con
la suspensión por 20 meses de la operación de la línea 12… Al tiempo.
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