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Las agresiones de Miguel Herrera. futboltotal.com.mx |
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Luego de los escándalos
de corrupción que tras de muchos años finalmente destapó el FBI en la
Federación Internacional de Futbol, así como del polémico arbitraje de Mark Geiger en el partido del equipo
representativo de México contra el de Panamá, dentro de la llamada Copa de
Oro (o Copa Robo como la bautizaron
algunos en las redes sociales), organizado por una Confederación (la
Concacaf) cuyos directivos también estuvieron involucrados hasta el cuello en
actos de corrupción, los dirigentes del redituable espectáculo futbolero del
país tienen la oportunidad de enmendar su error que consistió en acatar la
instrucción de los dueños del balón –en este caso de la empresa Televisa– para
que fuera impuesto como entrenador de la selección nacional Miguel Herrera, quien responde al
mote del «Piojo»… La nueva agresión que este individuo hizo en contra ahora
del comunicador Christian Martinoli,
evidenció una vez más que el tipo debió haber sido sometido a tratamiento psiquiátrico
por los de la propia Femexfut, debido a que constituye potencial peligro para
quienes llegan a estar cerca de él a causa de que no se sabe cómo vaya a
reaccionar ante determinadas circunstancias… El asunto va más allá de lo que
corresponde al deporte-espectáculo, y se impone a los necios argumentos que
en defensa del entrenador esgrimen sus allegados y simpatizantes, en el
sentido de que destituirlo del cargo iría en perjuicio del proceso del equipo
en su objetivo de clasificar a la Copa del Mundo de Rusia, porque en primer
lugar el conjunto tricolor no ha tenido ninguna mejoría tras de su
participación en el certamen mundialista, y prueba de ello es el miserable
papel que hicieron en la pasada Copa de Oro, donde de igual forma como
sucedió en la Copa América quedó de manifiesto que el susodicho «Piojo» tiene
muy limitados conocimientos de estrategia futbolera… Se trata de que al
frente del equipo de los presuntos mejores futbolistas mexicanos está un tipo
que tiene problemas de personalidad y cuyos desequilibrios emocionales ha
comenzado a transmitírselos a los jugadores, lo que se refleja dentro y fuera
de la cancha, al asemejarse más que un grupo de profesionales del espectáculo
deportivo una pandilla de rijosos dispuestos a agredir con gesticulaciones y señas
obscenas (cosa de recordar al matalote que le apodan el «Maza», ineficaz
defensa que fue arrastrado por habilidosos delanteros caribeños y
centroamericanos en la pasada Copa de Oro), e incluso hasta con mensajes en
la red social de Twitter, como sucedió con los hermanos Giovani y Jonathan Dos
Santos, al apoyar las agresiones del entrenador Herrera contra Martinoli
en el aeropuerto de Filadelfia… Un individuo arrebatado que agrede a quienes
cuestionan su mediocre trabajo al frente de la denominada selección nacional,
debe ser cortado de tajo de la organización, so pena de que continúen
sucediendo este tipo de ataques contra comunicadores que, si como anotamos en
nuestro espacio del pasado sábado, es un reflejo de la situación de extrema violencia
que se vive en México y padecen millones de compatriotas, y en automático
proyecta la imagen de indolencia e impunidad entre los beneficiarios del
redituable negocio del futbol en el país…
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Además de que fue un ataque a la libertad de expresión de un comunicador |
Para acabarla de amolar, la hija del
«Piojo» Herrera, que por esas
cuestiones de déspota nepotismo –tan de usos
y costumbres en el país– también forma parte del contingente de viajeros
frecuentes de la selección nacional, de igual forma participó en el penoso
incidente en el aeropuerto de Filadelfia al soltarle una cachetada a Luis García y proferir mentadas de
madre a los comunicadores de Televisión Azteca. Lo que definitivamente
contribuyó a agravar una situación que sólo podrá ser remediada por los
dueños del balón con la destitución de ese conflictivo entrenador cuyo pasado
de pleitista lo persigue –cuando fue jugador del Atlante (1994) pateó a un
aficionado en el estadio del León, y en 1993, en partido de la selección mexicana
ante Honduras en el Estadio Azteca, perdió la cabeza y le propinó una entrada
criminal al hondureño Dolmo Flores–,
y que por lo visto se le acentuó con el paso del tiempo, así como por haber
sido colocado en una posición que le acarreó renombre y aplauso que el tipo, por
su supina ignorancia, desconoce cómo conducirse con ecuanimidad… Así que
dejar al «Piojo» en el cargo de entrenador del equipo de futbol
representativo nacional, enviará el mensaje de que en el país la impunidad,
como hija predilecta de la corrupción, sigue campeando no solamente en el
ámbito político, sino en el espectáculo futbolístico, uno de los más
redituables del mundo –del que necesita la clase política para legitimar su
actuación en sus distintas posiciones, de ahí que invariablemente vayan de la
mano–, y que para variar también ha necesitado del estercolero de amarres,
sobornos y extorsión para engrasar su compleja maquinaria… Hoy a las 10 de la
mañana celebrarán una junta los directivos de la Femexfut para determinar el
futuro del «Piojo», un tipo para quien los atractivos contratos de
comerciales de publicidad han quedado vedados, debido a que desde el
vergonzoso incidente en el aeropuerto de Filadelfia la percepción que de él
tiene la sociedad mexicana es la de ser un energúmeno intolerante indigno de
figurar como ejemplo de nadie… Al tiempo.
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