 | Suspensión de servicios no acatada hasta el 16 de enero |
La
complicidad entre funcionarios de la Comisión Federal para la Protección
contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) y la actual administración del Sanatorio
Trinidad ha quedado al descubierto tras revelaciones de quien tomó el control
del mismo en el área médica, donde se confirma que el hospital sigue operando
ilegalmente, incluso después de ser desalojado por incumplimiento de las
normas sanitarias que han sido violentadas flagrantemente.
En una
reunión con el personal del establecimiento, el subdirector médico del
Sanatorio Trinidad, Jesús Torán Sierra, fue muy claro al revelar
que el pasado 16 de enero desalojaron el nosocomio porque tuvo un aviso
previo de Cofepris. «Como se los digo a ustedes. Yo me enteré como a las 4 de la tarde
cuando me hablaron y me advirtieron, gracias a una persona, contacto que
tengo en Cofepris nos avisó (sic) y
nos dijo, ‘señores, desocupen el sanatorio porque les van a caer y si los ven
que están trabajando (inaudible) les van a cerrar’».
Este
testimonio confirma la versión de Patricia Pancardo, familiar de un
paciente desalojado, quien fue entrevistada mediante un video la noche
del 16 de enero, señalando que el movimiento dentro del hospital se debía a
una visita programada de Cofepris para el día siguiente. «Si Cofepris checa
que tienen pacientes, les clausuran. Si ustedes pueden observar, están
sacando equipo médico, están sacando todo lo del hospital», denunció.
Obvio que
ese viernes 17 de enero no encontraron movimiento porque trasladaron a los
pacientes a varios hospitales, pero a la mayoría de los 32 internados ese día
a uno en particular, el hospital San Luis, donde hasta el día de hoy tienen
un acuerdo de subrogación de servicios donde rentan los quirófanos y las
habitaciones para los pacientes que aún llegan a solicitar servicio del
Trinidad.
«El viernes
17 de enero, llegó un funcionario de la Cofepris y así como entró, salió. Sólo
revisaron que los sellos no estuvieran rotos», declaró un trabajador del
hospital que no quiso dar su nombre por el temor de perder el empleo que aún
tiene.  | En la lista de Cofepris, eso sí, aparece un sanatorio de Tláhuac clausurado |
A pesar de
las pruebas públicas sobre los presuntos delitos cometidos en el nosocomio –incluyendo
cirugías realizadas en quirófanos clausurados desde el 27 de octubre de 2023
y la suspensión oficial de servicios desde el 18 de septiembre de 2024– el
Sanatorio Trinidad continúa operando en otro centro hospitalario con casi el
mismo personal, porque desde el 16 de enero ya han dado de baja a al menos 17
personas.
Trabajadores
del Trinidad han entregado evidencias que muestran cómo médicos y compañías
aseguradoras siguen llevando pacientes a los que cubren gastos médicos
mayores a un lugar que legalmente no debería estar en funcionamiento.
Este
personal ha manifestado que en un contubernio entre la administración del
Trinidad y Cofepris, ambas, tanto la institución particular como funcionarios
del organismo gubernamental, están ganando tiempo para que el personal
calificado de la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos
Sanitarios dé autorización a una solicitud de construcción con el fin de
adecuar los quirófanos, y con ello, después de la remodelación completa al
área, quitar los sellos de clausura y suspensión para dejar todo como si nada
hubiera pasado, pasando por sobre los derechos de pacientes que incluso
murieron tras ser operados en quirófanos clausurados.
Sin
embargo, que el Trinidad vuelva a funcionar legalmente no es tan fácil como
sus actuales administradores lo consideran. Deben resolver una serie de instrumentos
legales que van desde la autorización de construcción, reubicación de sellos
para permitir la construcción, el cumplimiento de al menos cuatro licencias
que están en vilo y otros.
Al hacer el
convenio temporal de subrogación de servicios con el Hospital San Luis, de
acuerdo con información en nuestro poder, se le pidió a este nosocomio que no
surtiera los medicamentos ni los materiales, ya que el Trinidad llegaría con
todos sus insumos, incluyendo sus trabajadores, a los que hacen trasladarse hasta
allá sin ninguna seguridad laboral. Sin embargo, esa es otra de las
irregularidades cometidas con la complacencia de Cofepris, porque la farmacia
carece de responsable sanitario desde agosto de 2024 que se desapareció del
establecimiento el doctor Julián Guinea, es decir, que no existe quien
responda a la compra y venta de psicotrópicos para las cirugías, por lo que
están incurriendo en otra ilegalidad.
Por otra parte,
las irregularidades y maltrato a las enfermeras y demás personal se ha
acentuado, porque Adriana Beltrán Mallén, administradora del Trinidad,
al desconocer el movimiento hospitalario junto con el equipo nuevo que está a
su servicio, ha dejado de abastecer medicamentos y materiales de forma
oportuna a los pacientes que están en el San Luis, poniendo en riesgo su vida
y la tranquilidad de las enfermeras y enfermeros quienes temen que los
pacientes a su cargo se pongan graves.
Hay
desabasto de medicamentos básicos y cada vez que se recetan, tienen que salir
a comprarlos, con lo que se genera el problema de que a los pacientes no se
les está medicando con oportunidad; existe un desfase de hasta cinco horas.  | Clausura de quirófanos no acatada hasta el 16 de enero |
Este
entramado de corrupción no sólo viola la ley, sino que ha costado vidas.
Existen reportes de pacientes que murieron tras ser operados en quirófanos
clausurados, lo que hace aún más urgente la intervención de las autoridades
para evitar que esta red de impunidad siga funcionando.
La pregunta
entonces es: ¿Por qué Cofepris, en lugar de aplicar la ley, advierte a los
infractores? ¿Cuántas vidas más se pondrán en riesgo antes de que se actúe
con firmeza? Las pruebas están sobre la mesa. Ahora, la responsabilidad
recae en las autoridades para acabar con esta red de corrupción que atenta
contra la salud y la vida de los pacientes en México.
Pero a
pesar de que ayer 4 de febrero se solicitó a Cofepris una respuesta a través
de su oficina de Comunicación Social, no hubo respuesta. _____ Fuente: Difunet
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