¡Feliz Navidad!
En esta Nochebuena expresamos
nuestros parabienes tanto a las más asiduas lectoras y lectores como a los
ocasionales leedores, deseándoles un cúmulo de satisfacciones en la grata
compañía de sus seres queridos, hoy que los mejores manjares se ponen a la mesa
para continuar con la tradición de reunirse con la familia en torno a la
celebración cristiana del nacimiento de Jesús. Reciban todos fraternales
abrazos.
Condensa
Cena de Navidad antiguas tradiciones
La habitual Cena de Navidad es un condensado de tradiciones
y sazones que encuentran su origen tanto en la antigüedad romana como en el
mundo prehispánico, pero que mantiene un sello mexicano y una profunda
advocación religiosa. Para José Luis
Curiel, especialista en nutrición y gastronomía, entre los componentes
litúrgicos de la cena navideña destaca el hecho de que durante la Noche Buena
era obligatorio, al menos en el período colonial, guardar la vigilia, por lo
que ante la imposibilidad de servir en la mesa el tradicional guajolote que se
reservaba para el 25 de diciembre, paulatinamente se incorporaron pescados y
hierbas como el bacalao y los romeritos dentro de los platillos de la
celebración… Sin embargo, el guajolote era desde el siglo XVII un elemento
insustituible del arte culinario colonial, puesto que incluso en el reglamento
de alumnos de la Real y Pontificia Universidad de México se especificaba que
para aprobar los exámenes de profesión era necesario obsequiar ejemplares del
ave a sus diferentes sinodales… Y es que, de acuerdo con el especialista, el
guajolote era un símbolo de elegancia y riqueza que sustituía al pavo real,
especie que durante la Edad Media no sólo era símbolo de unión, de gusto y de
fortuna, sino que también representaba un elemento ante el que los caballeros
hacían los más variados juramentos, como el de conquistar una tierra o derrotar
algún enemigo… Pero sin duda, dice el químico, el aspecto litúrgico es
fundamental. A través de sus investigaciones detalla que en algunos recetarios
antiguos se prescribe que el relleno del pavo debe contener tomillo y hierba,
que en las creencias de la época ésta había sido utilizada para cubrir el
pesebre en el que nació Jesucristo…
El guajolote mexicano es símbolo mundial de la Navidad, asevera José Luis Curiel al comentar que su
consumo dio paso a toda una tradición en cuanto a la compra del ave, su cuidado
y finalmente su sacrificio y preparación para acompañar la Cena de Navidad…
«Todavía en los años setenta, sino es que un poco después, pasaban las señoras
de puerta en puerta con su guajolote y la gente los compraba, los alimentaba de
manera abundante para engordarlos y se les incrementaba en su dieta una
almendra cada día para darles sabor. Después se les cortaba el pescuezo, se
desplumaban y se metían al horno en una maravillosa tradición», apunta… Detrás
de cualquier platillo se encuentra una historia que muestra cómo se ha ido
transformando. Así por ejemplo, explica, los romeritos, elaborados con el
tradicional mole que baña al quelite, en sus inicios se utilizaba el ahuautli –de atl que es «agua», y huautli,
que quiere decir «alegría»– para elaborar las tortas que los acompañan… «El
amaranto de agua, que es como hueva de chinche acuática que crece en la zona de
Texcoco y que se servía en el mercado de San Juan, se preparaba en una tortita
de huevo acompañando a los primeros romeritos; el camarón es mucho más
reciente», expresa… Sin embargo, afirma que a pesar de que una gran variedad de
platillos tienen un origen extranjero, la cocina mexicana les ha dado su propia
personalidad. «El ponche tiene una cierta influencia inglesa; la palabra ponch significa té con pasitas y ron.
Pero nosotros somos más astutos, ya que le agregamos una gran cantidad de
frutas de la época como tejocotes, lima o guayaba, elaborando un caldo
extraordinario», señala… «Y cómo olvidar en este sabroso inventario a los
buñuelos, un postre navideño que proviene de una antigua tradición que ha
adquirido rasgos locales, ya que los romanos hacían una especie de bolas que
arrasaban con los puños, a los que llamaban puñuelo»,
puntualiza… «Desde el siglo XIV –agrega–, en España encontramos recetas que
hablan ya de buñuelos, pero aquí lo hacemos a nuestro estilo: buñuelos de
viento, de rodilla, con requesón; y si uno va a Oaxaca los sirven rociados con
miel de piloncillo o con anís; o si, por el contrario, lo prefieres remojado,
van sumergidos en la miel y al terminar se arroja el plato de barro a la
calle»… Pero sin duda, afirma, las posadas y la colocación son dos de los
ingredientes más importantes de las festividades navideñas en México; las
primeras surgen ex profeso como un
mecanismo de evangelización en el que a través de la representación del
nacimiento de Jesucristo se enseñan
los elementos más importantes del catolicismo… Por su parte, la colación
proviene de la palabra latina collage,
que denotaba el alimento que se les proporcionaba a los monjes durante las
lecturas que el padre Prior
realizaba en los conventos; entonces, una conferencia o lectura acompañada de
comida es una colación. Pero con el tiempo, aclara, el concepto cambia y pronto
el término se refiere a una comida completa que se regala en ciertas fiestas,
una de las cuales es la Navidad… Los alimentos de la cena navideña están
cargados de simbolismo, como la nuez que alude a la esperanza o la granada al
amor, además de que en un tiempo representaban el poder económico de los
comensales. Por eso no es casual, dice, que en el segundo banquete de Hernán Cortés en 1538 se sirvieran
«gallinas de tierra y gallos de papada, con los picos y pies punteados como
símbolo de riqueza»… «Sin embargo, si bien todas las tradiciones sufren ciertas
modificaciones al paso del tiempo, como sucedió con el conejo y el cordero que
han caído en desuso para estas fiestas, hay otras que permanecen, que forman
parte de nuestras cocinas, por lo que difícilmente tendrán cambios en el corto
plazo», concluyó.
160 mil acudieron a zonas arqueológicas por
«13 Baktún»
Teotihuacan recibió la mayor cantidad de visitantes |
Felíces porque el mundo no se acabó y sí dio inicio una nueva era |
Casi 160 mil personas
acudieron del 21 al 23 de diciembre a las principales zonas arqueológicas del
área maya del país, así como a Teotihuacan, motivados por la culminación de la
fecha 13 Baktún, señalada en el calendario de Cuenta Larga y el comienzo de un
nuevo ciclo de esa antigua civilización, evento que coincidió con el solsticio
de invierno. La mayor cantidad de visitantes se dio este domingo, en razón de
que este día el acceso a estos sitios es gratis… El Instituto Nacional de
Antropología e Historia informó que durante los tres días se reportó un saldo
blanco, sin incidentes de consideración entre los visitantes, ni afectaciones a
los monumentos prehispánicos, resultado del operativo implementado en
coordinación con los gobiernos de Yucatán, Quintana Roo, Campeche, Tabasco,
Chiapas y estado de México, y las autoridades municipales… Chichén Itzá y
Uxmal, en Yucatán; Tulum y Cobá, en Quintana Roo; Palenque e Izapa, en Chiapas,
y Teotihuacan, en Estado de México, fueron los sitios más concurridos de estos
días. Los cinco estados del área maya en conjunto recibieron alrededor de 118 mil
personas, cantidad a la que se sumó la captada en Teotihuacan, con 42 mil
personas, de las cuales 23 mil se registraron este domingo 23… En total, las
principales zonas arqueológicas del área maya del país, junto con la Ciudad de los Dioses,
registraron una afluencia de 150 mil 956 personas, durante los tres días… La
cifra de esta ocasión es prácticamente la misma que se registró el pasado 21 de
marzo durante la celebración del Equinoccio de Primavera en los sitios
prehispánicos, cuando mayor cantidad de visitantes acude por ese cambio
estacional… Fue este domingo 23 de diciembre, el día que mayor cantidad de
visitantes recibieron las zonas arqueológicas, debido a que la entrada es
gratuita para el público nacional, así como por el comienzo del periodo
vacacional de fin de año… El INAH informó previamente, durante meses, del
significado real de la fecha 13 Baktún en calendario maya de Cuenta Larga, y
permitió que los visitantes pudieran expresarse al interior de los sitios
arqueológico en orden y de acuerdo con lo que la ley permite… Durante los tres
días, Tulum se puso a la cabeza con el mayor número de visitantes, que sumó 38
mil 322. Por su parte, la
Zona Arqueológica de Chichén Itzá registró 23 mil 760
personas, de las cuales la mayor parte se concentraron frente a la Pirámide de Kukulcán, uno
de los edificios más prominentes de esta antigua metrópoli y que se ha
convertido en un emblema de la cultura maya en todo el mundo… La distribución
por zona arqueológica fue de la siguiente manera: Tulum 38,322, Coba 11,756,
San Gervasio 8,500, y San Miguelito y Museo Maya de Cancún 3,164, todas ellas
en Quintana Roo; Chichen Itza 23,760, y Uxmal 5,936, ambas en Yucatán; mientras
que en Chiapas, Palenque recibió a 11,039 e Izapa 4,205; Comalcalco, Tabasco,
1,197; Edzna, Campeche, 1,077, y Teotihuacan, México, 42 mil visitantes.
Nombres, hechos, actitudes
Zona arqueológica de Tecoaque, Tlaxcala. Fotografía de Mario Montaño |
Siete zonas se sumaron al
mapa arqueológico de nuestro país. Con la misión de fortalecer y enriquecer el
patrimonio arqueológico del país, el Instituto Nacional de Antropología e Historia
(INAH) abrió en 2012 siete nuevas zonas arqueológicas en los estados de
Chiapas, Hidalgo, Tlaxcala, Quintana Roo, Guanajuato y Oaxaca, lo que acrecentó
a 187 el número de sitios de este tipo abiertos a la visita pública en México y
con ello el conocimiento sobre el pasado prehispánico de su territorio…
Resultado del rescate, exploración y restauración de las antiguas edificaciones
por parte de especialistas, a partir de este año ya pudieron ser recorridos los
sitios arqueológicos de Atzompa (Oaxaca), Pahñú (Hidalgo), San Miguelito
(Quintana Roo), Tecoaque (Tlaxcala), Lagartero e Iglesia Vieja (ambos en
Chiapas) y El Cóporo (Guanajuato), que se suman al mapa del patrimonio cultural
del país… Desde perspectivas encaminadas hacia formas incluyentes e integrales
de conservación de los recursos arqueológicos, a estos antiguos lugares también
se les dotó de infraestructura y servicios necesarios para la educada atención
de los visitantes, así como museos de sitio y salas de interpretación que
ayudan a comprender la relevancia cultural de cada uno… Dichos centros
ceremoniales, además de abundar en el conocimiento de culturas como la maya y
la zapoteca, ponen en relieve los alcances de civilizaciones y tradiciones poco
conocidas, como las culturas xajay y zoque… Aunque algunas de las zonas
arqueológicas abiertas durante el año, tienen antecedentes de ocupación siglos
antes de Cristo, alcanzaron su esplendor centurias después, por ejemplo,
Iglesia Vieja tuvo su auge entre 250-600 d.C., mientras San Miguelito, en Quintana
Roo, fue poblado en un periodo tardío, hacia 1250-1550 d.C… De acuerdo con Antonio Huitrón, director de Operación
de Sitios del INAH, del vasto patrimonio arqueológico de México, 187 sitios
cuentan con condiciones para su visita, distribuidas de la siguiente manera:
Zona Maya con 57 zonas arqueológicas; Centro de México con 44 (casi el 50 por
ciento están en el estado de México); Golfo de México con 17; Norte con 14;
Occidente con 12, y Oaxaca y Guerrero con 10 cada uno… La selección de las
siete nuevas zonas arqueológicas abiertas este año, se basó en cuatro
criterios: certeza jurídica en lo relativo a los predios sobre los que se
asientan los monumentos arqueológicos; el establecimiento de un programa de
investigación a corto, mediano y largo plazo; su conexión a poblaciones
necesitadas de fuentes de empleo; y finalmente, la accesibilidad y dotación de
servicios para su visita… Otro aspecto innovador en el manejo de las nuevas
zonas arqueológicas es su armonía con el entorno natural inmediato. Adicionalmente,
como es el caso de Lagartero, en Chiapas, cuya poligonal está asociada con
áreas naturales bajo protección, de modo que la parte ecológica se preserva
como integrante imprescindible del patrimonio cultural… Asimismo, la apertura
de estos sitios también contempló la participación de los tres órdenes de
gobierno y de las comunidades con acciones concretas para su protección y
conservación a largo plazo… Así, «cada una de estas zonas puestas en valor
—concluyó el arqueólogo Huitrón—,
amplían las posibilidades de conocimiento sobre las culturas prehispánicas que
poblaron los actuales estados del país, y representan importantes destinos
culturales que aprovechados adecuadamente serán polos para el desarrollo social
y humano»… El Cóporo (Guanajuato),
ubicado a 15 kilómetros al sur del municipio de Ocampo, fue un antiguo centro
de poder que, entre 500-900 d.C., llegó a dominar cerca de 30 asentamientos del
Valle de Ocampo, en el hoy noroeste guanajuatense. Sus vestigios
arquitectónicos son testimonios de la compleja estratificación social que tuvo,
compuesta por sacerdotes gobernantes, militares, administradores, comerciantes,
alfareros, lapidarios y campesinos, entre otros sectores… Atzompa (Oaxaca), fue habitado entre 650 y 900 d.C., y aunque junto
con otros conjuntos, rodea el espacio principal de Monte Albán, no se trató de
un barrio más de la gran urbe zapoteca, sino de una pequeña ciudad satélite. Se
fundó en la colina norte, desde donde tenía control sobre el fértil Valle de
Etla, del cual procedía el tributo y se podía vigilar la Mixteca, región con la
que había rivalidad… El Pahñú (Hidalgo),
se localiza en Tecozautla, sobre una loma que fue acondicionada para elevar los
edificios del centro ceremonial integrado por tres conjuntos. El asentamiento
es contemporáneo de las culturas de los periodos Clásico y Epiclásico, que en
la región están representadas por Teotihuacan y Tula, respectivamente. Además,
en el ámbito local se adscribe dentro de la cultura xajay, que se desarrolló
durante cinco siglos, de 450 a 950 d.C., aproximadamente… San Miguelito (Quintana Roo), se encuentra en el kilómetro 16 del
Bulevar Kukulcán, en Cancún, y formó —junto con el sitio El Rey— parte de un
gran conjunto de templos, altares, palacios y casas de madera y palma,
dispuestos a lo largo de casi tres kilómetros. El asentamiento se creó
alrededor de 1200-1350 d.C. Para el siglo XV, poco antes de su abandono, era
parte de una provincia llamada Ekab («tierra negra», en maya), que era un
territorio gobernado por varios linajes… Tecoaque
(Tlaxcala), fue habitado por los pueblos teotihuacano y acolhua, y destacó
por ser una de las urbes prehispánicas que logró la captura de una de las
caravanas de Hernán Cortés, en 1520. Sultepec-Tecoaque tuvo dos momentos de
ocupación: el primero, por teotihuacanos durante el periodo Clásico (300-500
d.C.); el segundo, por acolhuas que reocuparon el lugar en el Posclásico (1300
a 1520 d.C.). Se integra por aproximadamente 15 estructuras distribuidas en un
centro ceremonial con cuatro templos y un área habitacional… Lagartero (Chiapas), es un sitio
colindante con Guatemala que fue habitado hace mil 700 años y representó un
lugar de paso de aspectos culturales e ideológicos entre distintos grupos de
filiación mayense. Se pueden observar cuatro pirámides, nueve altares, un juego
de pelota, siete basamentos habitacionales y tres estructuras… Iglesia Vieja (Chiapas), se yergue
sobre una elevación a 740 metros sobre el nivel del mar, a cuatro kilómetros al
norte de la ciudad de Tonalá. Destaca por su arquitectura realizada con grandes
bloques de piedra granita, de hasta dos metros y mayores a una tonelada, lo que
lo convierte en uno de los pocos sitios megalíticos en México. Pudo ser la
capital de esa región en el periodo Clásico Temprano, hacia 250-400 d.C… ¡Hasta
el miércoles!
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