Era de suponerse que durante la inauguración de la Línea 12 del Metro, la «línea dorada» del «mejor alcalde del mundo», la ovación que recibió Marcelo Ebrard en la estación de Parque de los Venados fuera tributada por correligionarios y colaboradores suyos –únicos invitados al convite, mientras afuera del recinto se escuchaban gritos de protesta… Y es que el de hoy fue, definitivamente, uno de los días más felices del alcalde «más maiceador del mundo», porque la línea de múltiples nombres –«línea del bicentenario» es otro–, la de rodada férrea y costosa infraestructura aérea y subterránea, tuvo inversión de 24 mil millones de pesos, de cuya cantidad presuntamente un quince por ciento debió corresponderle por concepto de comisiones tras de concesión de la obra a quien otorgó la misma tras de la simulación correspondiente de una licitación. Así cómo no iba a estar feliz… Sin embargo, en nuestra columna de la edición impresa de la revista Nosotros, dimos a conocer en 2008 con muchos días de anticipación a la realización de la presunta licitación, que la obra iba a ser concesionada a la empresa Ingenieros Civiles Asociados, tras de que el fatuo gobernante se había reunido con los directivos de ICA para cuestionarles cuánto iba a ganar él por favorecerlos con la obra. Y no nos equivocamos… En su gran día, el «demócrata e izquierdoso» se refirió a una supuesta consulta pública que supuestamente fue realizada por su administración entre ciudadanos capitalinos en 2007 para ver si la «mayoría» aprobaba la construcción de la Línea 12, lo que en su momento también aquí desmentimos, debido a que la dichosa consulta solamente fue una farsa debido a que la decisión ya estaba tomada y, como es costumbre en el fatuo gobernante, sólo necesitaba pretextos para arremeter en contra de quienes llegaran a oponerse a su ambicioso proyecto… Como fue el caso de los ejidatarios de San Francisco Tlaltenco, a los cuales despojó de sus tierras con el argumento de que la obra sería para beneficio público y por tanto había qué expropiárselas, en lo cual y como es tradición en Tláhuac, contó con el apoyo del jefe delegacional, Gilberto Ensástiga, y de los líderes acomodaticios de los pueblos que siempre han esgrimido el argumento de su oriundez para conseguir significativos beneficios y congraciarse genuflexos con el gobernante en turno. Aunque ninguno de ellos fue invitado hoy a la inauguración de la «línea del Centenario» –de la Revolución– en la estación Parque de los Venados… Aún así, el jefe de Gobierno sólo se refirió a «numerosos juicios en la zona ejidal de Tláhuac», pero omitió decir que toda la fuerza de su administración la empleó para reprimir a quienes se opusieron a su «línea dorada»… Otra de las estaciones en donde hubo protestas de vecinos fue en la de Lomas Estrella, no por la construcción de la obra sino porque debido a ella la delincuencia ha sentado sus reales en la zona, por lo que de no tener respuesta de las autoridades van a impedir el acceso de usuarios a la Línea 12… Ebrard estuvo acompañado en su gran fiesta por el Presidente Felipe Calderón, quien no desaprovechó la ocasión para endilgarle al respetable otro de sus densos choros discursivos de fin de gestión; el secretario de Gobernación, Alejandro Poiré; Dionisio Pérez-Jácome, secretario de Comunicaciones y Transportes; Bernardo Quintana, presidente de ICA; Carlos Slim, del Grupo Carso, así como prácticamente todo el gabinete del gobierno capitalino… Bienvenida la obra que beneficiará significativamente a los habitantes de la delegación Tláhuac, aunque el flujo mayor de usuarios provendrá del estado de México. Lo condenable fue el método de avasallamiento, represión y chantaje que utilizó el suspirante presidencial para el 2018.
Nombres, hechos, actitudes
Disertan sobre dualidad de la muerte entre los mayas. Para los mayas, la dualidad entre la vida y la muerte era un ciclo en el que la materia se desintegraba pero el alma subsistía, y tardaba cuatro o cinco años en llegar al Xibalbá o inframundo; después de ese tiempo, el espíritu se diluía y entraba por medio del suspiro en la boca de una mujer embarazada para revivir en otro ser y reiniciar así un nuevo ciclo… Esta antigua concepción será tema de la conferencia que ofrecerá el arqueólogo Edgar Daniel Pat Cruz, del Instituto Nacional de Antropología e Historia, como parte del ciclo «La visión de la muerte entre los mayas», que se realiza en el auditorio del Centro INAH Campeche, y que continúa hoy a las 18 horas… El especialista señaló que como parte de su ponencia titulada «La muerte y sus representaciones en la cosmovisión de la cultura maya», se referirá a algunas investigaciones de epigrafistas sobre la iconografía y estudios de tradición oral, según los cuales la diferencia entre la vida y la muerte para esta antigua civilización radicaba en la materia… El cuerpo humano era el que perecía, pero el alma del individuo permanecía y era requerida por el dios maya de la muerte, Ah Puch, que lo guiaba en el interior del inframundo. Luego de un tiempo, el alma o Píxan del individuo revivía en otro ser y recomenzaba el ciclo»…. Los mayas creían que el cosmos se formaba por tres estratos: el cielo, que se componía de trece niveles, la Tierra , y el Inframundo o Xibalbá, de nueve. La tierra está situada entre el cielo y el Xibalbá, y es el sitio donde se da la contienda de la vida y la muerte, donde se producen el choque y la armonía de los contrarios, lugar sagrado entre los mayas, símbolo de la dualidad y origen de la vida y de la muerte al que sólo podían penetrar los representantes de los dioses en la Tierra… Pat Cruz explicó que la muerte estaba asociada al inframundo, el caos, la oscuridad y la destrucción, mientras que la vida se vinculaba con el cielo, el orden, la luz, el sol, la creación y la racionalidad… Añadió que esta ambivalencia se representaba a través de diversos elementos, como la Ceiba , que era el árbol sagrado de los mayas, cuya parte superior simbolizaba el cielo, mientras que la raíz era la entrada al inframundo… «Otra representación que encontramos en su cosmogonía son los animales considerados portadores de la muerte, como el búho, que cuando cantaba la gente le tiraba piedras, porque se creía que su canto vaticinaba la muerte. Y lo mismo ocurría con los zopilotes, que se han podido identificar en diversos contextos arqueológicos, como cerámica o pintura mural», comentó el arqueólogo del Centro INAH-Campeche… También se refirió a una idea que prevalecía entre los mayas, que era la existencia de portales hacia el inframundo, como las portadas de estilo zoomorfo de diversos monumentos, muy comunes en Campeche, que tenían representadas fauces de animales y se pensaba que al entrar ahí, se ingresaba al Xibalbá. Otros portales son las cuevas o cenotes, donde se han encontrado gran cantidad de osamentas… Asimismo, abordará en su ponencia las características específicas de los contextos mortuorios, tanto de la elite como de la gente común, que se han encontrado en toda la península. «Los gobernantes mandaban construir grandes edificios mortuorios para ser enterrados en ellos, como la de los soberanos Garra de Jaguar, en Calakmul, o Pakal, en Palenque, cuyas cámaras mortuorias destacan por su arquitectura y riqueza iconográfica, así como la presencia de bienes suntuosos, como cuentas de jade y orejeras, además de su vestimenta y algunos utensilios», dijo… En tanto, los enterramientos del resto de los habitantes eran más sencillos y se realizaban dentro de las mismas áreas habitacionales, por lo regular en las esquinas de las estructuras, dentro de vasijas o cistas de piedra, acompañados de elementos de su vida cotidiana, aseveró el Daniel Pat… Señaló que como parte de esta concepción, permanece entre los mayas actuales la tradición de darle la bienvenida a las almas de los muertos, los días 31 de octubre, uno y dos de noviembre, colocando altares con los alimentos que les gustaban a los difuntos. A esta milenaria tradición se le nombra como Hanal Píxan (comida de ánimas)… Como parte del ciclo «La visión de la muerte entre los mayas», también participan este martes 30 de octubre, al concluir la ponencia del arqueólogo Edgar Daniel Pat Cruz, el investigador David Reyes con el tema «Tanatología. Un enfoque clínico». El auditorio del Centro INAH Campeche se ubica en Calle 50, número 36, entre 14 y 16, Centro Histórico de Campeche… ¡Hasta el miércoles!
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