domingo, 7 de mayo de 2017

Pelea de «Canelo» con «Junior» al más puro estilo de Jorge Kahwagi

Una exitosa farsa pugilística con el apoyo publicitario –pagado por supuesto con derechos de transmisión– de la televisión | El más claro botón de muestra de que el boxeo mexicano se encuentra en terrible crisis ante la carencia de grandes ídolos | Se aseguró de manera convincente que se iban a deschongar en el cuadrilátero debido a que ya llevaban más de cinco años mentándose la progenitora | Sin embargo, parecieron dos argüenderos de la jaula de las locas, por las cachetadas guajoloteras que le propinaba uno al otro | Quién sabe por qué anoche algunos al ver al «hijo de la leyenda» recordaron a aquel remedo de púgil que con el puro aire tumbaba a sus oponentes

Uno de los memes que inundaron las redes sociales con motivo de la farsa
La pelea de Julio César Chávez Jr y Saúl «Canelo» Álvarez es el mejor ejemplo de lo que significa una exitosa farsa pugilística con el apoyo publicitario –pagado por supuesto con derechos de transmisión– de la televisión para beneficio de quienes explotan el negocio del boxeo, o lo que queda de éste… Es también el más claro botón de muestra de que el boxeo mexicano se encuentra en terrible crisis, ante la carencia de grandes ídolos del tipo Rubén Olivares, «Mantequilla» Nápoles, el propio Julio César Chávez, Salvador Sánchez o Carlos Zárate, por mencionar solamente a estos… Y es que al lado de esas figuras que dieron lustre y gloria al boxeo nacional, los de anoche sólo pudieron figurar como un patético par de mamarrachos incapaces de provocar el más mínimo entusiasmo entre los aficionados, debido a que uno pareció que lo fueron a sacar de una parrillada sinaloense con los cuates para que se echara unos rounds de sombra y unos pesos a la bolsa, y al otro porque fue incapaz –quizá porque así estaba convenido en el guión para que no fuera a lastimar al Junior– de ponerlo cuando menos una vez en la lona ante su exasperante pachorra… La bolsa de la pelea, de manera extraoficial, es que «Canelo» se embolsó anoche solamente por flotar sobre el cuadrilátero ante un bulto cuya único mérito es el de ser «hijo de leyenda», una cantidad que supera los 20 millones de dólares… En tanto que las ganancias del engreído Chávez Jr no rebasaron los 10 millones de dólares… Y como la pelea se llevó a cabo en Las Vegas, el mayor centro de diversión, espectáculos y apuestas en el mundo, solamente en Estados Unidos la pela generó más de 60 millones de dólares en beneficios para los organizadores… Como los gringos son los amos en eso de montar espectáculos para dejar al público boquiabierto, las 20 mil entradas para la pelea del año literalmente volaron en la taquilla del Mobile Arena, con precios que iban de entre los 75 dólares la más barata hasta los 1,500 la más cara… Pero como allá sí está permitida la reventa, y debido a las pocas horas en que estuvieron a la venta las 20 mil localidades, hubo quien pagó hasta 30 mil dólares por un ticket para la pelea entre quienes –se aseguró de manera convincente– se iban a deschongar en el cuadrilátero debido a que ya llevaban más de cinco años mentándose la progenitora. Sin embargo, aquellos parecieron dos argüenderos de la jaula de las locas (sí, el antro del filme La Cage aux folles), por las cachetadas guajoloteras que le propinaba uno al otro, y las orejas de coliflor (por traumas continuos en el pabellón auricular) que hasta como con sadismo ponía el otro… Según estimaciones, en México la audiencia por la televisión pudo superar los 40 millones de espectadores a través de las dos televisiones públicas que la transmitieron (Televisa y TV Azteca)… El gancho para atraer la atención de los aficionados fue que a sus 31 años el junior aventajaba en triunfos a su oponente, porque había ganado dos peleas más, mientras que «Canelo» con 26 años, tenía récord de 48 peleas, por un empate y una derrota, con 34 nocauts… Otros ganones del fraude de pelea fueron las casas de apuestas obviamente, las que habían dado cuotas más generosas por el triunfo de Chávez que para el de «Canelo», lo que significaba que el amplio favorito era Álvarez, aunque minutos antes de la pelea, la distancia se había acortado… El caso es que la pelea resultó vil simulación sobre el cuadrilátero y la gente quedó decepcionada… A la espera de que algún día vuelvan a surgir grandes ídolos del boxeo que sin echar tantas habladas para los sensacionalistas medios de difusión, simplemente subían al cuadrilátero a fajarse como los buenos contra el rival que les pusieran, y no como se estila ahora que los organizadores de peleas convierten a cualquier piltrafa en boxeador estelar… Lo cierto es que quién sabe por qué anoche algunos al ver al «hijo de la leyenda» con los brazos pegados al cuerpo, como si le apestaran las axilas por no haberse untado algún desodorante, recordaron a Jorge Kahwagi, quien en su faceta de pugilista veía cómo sus contrincantes se iban a la lona aun antes de que les pusiera el puño encima… Quizá algo haya de cierto en eso de que al «Canelo» le salió lo samaritano y por recomendación de la leyenda misma no tuvo de otra más que compadecerse del pobre Junior y no pegarle tan fuerte como para dejarlo tirado en la lona… Al tiempo.

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